Mi luz

Una vida rota. 4

Inglaterra, mismo lugar
3:00 AM
 


 

Hace 18 años 
 


¿Tanto el amor como el destino era casualidad o alguna obra y gracia echa por algún dios o deidad? Hasta donde tenemos entendido, nosotros conocemos la palabra "amor destinado" el amor que está planeado a aparecer en tu vida y quedarse hay para siempre o simplemente es un juego de cupido aveces el destino se divierte y puede que esas personas nunca puedan estar juntas, y siempre tendría que depender otras personas si quieren caminar: Un amor, un corazón y un destino.

Pero cuando separamos estas palabras, asociamos el "destino" con lo malo, toda historia, película, libro... etc, comienza y termina, con la palabra; "ese era tu destino" lo cierto es que el destino es una fuerza que está por encima de nosotros y que nos empuja hacia una sucesión inevitable de acontecimientos, de circunstancias de las que no podemos escapar.

Algo así va mucho más allá de una simple sincronicidad, supone llegar a pensar que nada ocurre por azar, sino que estamos determinados. 
Y como era de esperarse el pasado siendo así más claro como el agua y más turbio que la marea, no era que algo de lo que no puedes sepultar.

Camila, solo mantenía su calma, sabiendo lo que pasaría de aquí en adelante con Emily, su destino ya estaba predeterminado, camila siempre fue una mujer muy estricta y cuando de su Emily se trataba era mucho más severa, a pesar de que nunca demostró afecto de madre e hija, en su corazón le dolía todo lo que le estaba pasando, desde que Emily había llegando a su vida, se avía convertido en la luz del hogar, en ese tiempo camila estaba pasando por el momento más orrible de su vida, el echo de que no podía tener hijos, estaba en su segundo aborto espontáneo, al parecer su vientre no era acto como el de una mujer normal, los fetos nisiquiera pasaban los dos meses por máximo de gestación.

Pero cuando su esposo, ahora ex marido, llegó con una canasta un poco desgastada y entre ella avía una hermosa niña, de piel blanca y su extraño color de pelo, tan blanco como la nieve , y no podía faltar sus ojos, su lado izquierdo era completamente negro, y su lado derecho, tenia pigmentos blancos y un poco azules, unos ojos que no era algo que se viera todos los días, para camila fue como la misericordia de su gran señor todo poderoso, un ángel enviado del cielo...

Al pasar de los años, camila gozaba de una encantadora hija, un amoroso esposo, un techo y felicidad absoluta, todo esto hubiera seguido así si no fuera por esa noche del lunes, a las tres en punto de la madrugada un Escandaloso ruido que provenía de la puerta principal, incluso a los lejos se escuchaba los gritos de dolor y llanto de los aldeanos.

El llanto de la bebé Emily, había atraído por completo a aquella entidad desconocida, la puerta se hizo añicos en cuestión de segundos, las partículas de polvo y maderas bolanban por toda la habitación, haciendo que la pareja tosiera y la bebé llorara mucho más.

Una criatura orripilante se dejo ver en la puerta, su color negro y cubierto de una sustancia bizcosa, daba terror solo de sentir su presencia, el aire tóxico inundó las fosa nasales de la pareja, el hanbiente se volvía cada vez más tóxico aquel olor neasabundo que desprendía esa criatura, se sentía como oler las mismísimas fosas del infierno, olía a amoniaco, excremento, putrefacción... era solo repugnante.

Aquella bestia mantenía una sonrisa espeluznante, sus sonrisa se entendía de oreja a oreja, sus ojos color rojo y negro, la bestia tomo aire y dejo escapar el grito más aterrado del mundo, tanto así que sus tímpanos chorraban sangre, sus filosas garras las arrastraba por las paredes a cada paso que se acercaba, dejando a su paso marcas enormes, su asquerosa baba verdoso y bizcoso, que parecía ácido.

Victor a pesar del dolor que sentía no había soltado a la pequeña, en ningún momento, para la bestia nisiquiera era un impedimento, sus enormes garras tomaron a Victor, para luego lanzarla al otro extremo de la habitación, haciendo que atravesará la pared por completo, y cayera inconsciente.

Los lamentos de la bebé se hacían más sonoros, incluso creaba una molestia a la enorme bestia, aumentando su furia. Camila , su madre, era lo único que la protegía, pero ni esto era suficiente para detenerlo. Camila , su padres, estaba empeñado a proteger a su hija, con el precio de su vida.

Como era de esperar, aquel ser repugnante se aproximaba cada ves más, sus afiladas garras se estiró con la intención de tocarlo, sus pisadas se sentía pesadas, la madera vieja sonaba, sentía más deseo de comer un alma joven e inocente ¡Su favorita!

Camila abrazaba fuerte mente a su pequeña dándole la espalda al demonio, con temor Camila, solo esperaba lo peor -Perdoname mi niña- susurraba en el oído de la niña, sus ojos se habían cerrado, en espera del primer movimiento de la vestida, al paso de unos segundos, aquella criatura simplemente se dejo de escuchar sus pasos.

El pánico era el que atormentaba, Camila estaba tan asustada, todo su cuerpo se estremeció, nisiquiera sentía control cobre su cuerpo, no podía moverse, se sentía como sus si estuviera anclada con el suelo, los lamentos de su niñas habían parado mágicamente, todo lugar se sentía pesado , pegada a su pecho pidiendo misericordia de un gran dios divino que la escuchara.

-¡Te ordeno que te detengas!- una voz ronca y áspera, se escucho a sus espaldas, se encontraba petrificada, no sabia tan siquiera que pesar, sentía miedo, angustia, una sensación desgarradora de sentir que "literalmente " Te llevará el diablo....
-Camila...- su voz gruesa hacia eco, acaso dijo su nombre -Camila...- otra - Camila...- y otra, acaba llamado se escuchaba más lejos.
-¡Camila!...- una gota de sudor resbalaba de su frente a su vez que su pecho estaba que explotaba, sus ojos se encontraron con los de Víctor, que por su expresión se le notaba muy angustiado.




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