Ardiente y frio. 10

Eliot miraba, con seriedad el cuerpo de Emily, aun que su mirada reflejaba calma, en realidad luchaba con su dominio interno, de solo ver el cuerpo desnudo de Emily le provocaba unas ganas incontrolables, y sabia que era su culpa.

Al darle de beber sangre de demonio a un humano no sólo curará sus heridas, si no que también, serviría como un afrodisíaco, y uno muy fuerte, uno que ni con una pastilla podría calmarlo, el humano estaría experimentado en carne propia, el desespero del deseo carnal, sentíria una ganas tan abrumadoras, Eliot miraba al otro extremo de la habitación mientras pensaba que hacer, en más de cinco siglos de existencia nunca le avia pasado algo como esto y eso era lo que más le molestaba, como no se acordaba los efectos secundarios que causaba su sangre.

Sus pensamientos fueron interrumpiendo al sentir, unos brazos rodear su cuerpo, en su espalda sentía la presión de de sus pesones , que por el frio ya estaban erizado, esto solo empeoraba todo, como rey de la lujuria, sabia que no se podría contener por mucho más tiempo. Eliot se alejo con brusquedad, evitando el tacto, sus ojos se toparon con los de Emily, estos desbordaban lujuria y deseo, sus mejilla estaban tan rojas, al igual que sus gruesos labios, estos se abrieron sacando su lengua y mojado sus labios, Emily actuaba de una manera tan seductora que Eliot cada ves más estaba perdiendo la batalla contra si mismo.
   
—Que me dijiste antes...— dijo Emily mientras se acercaba cada ves más, Eliot puso cara de no saber de qué hablaba —que no eras mi mamá, pero podía llamarte... Daddy— los ojos de Eliot volvieron a cambiar, quedando completamente negros.

Eliot tomo a Emily y como si fuera nada la tiro la cama, para luego ponerse en cima de ella, y besarla ferozmente, ahora eran dos, que no podían controlarse, Eliot devoraba los labios de la inexperta de Emily que aveces con torpeza, se confundía del lado donde tenía que girar la cabeza o aveces mordía la lengua de Eliot cuando el quería examinar su cabida bocal.

Las manos de Eliot no se pudieron quedar quietes por muchos tiempo, con una de sus manos tocaban cada parte del cuerpo de Emily, sus besos bajaban hasta su cuello, recordado con enojo donde aquella criatura la avia mordido, incluso sentia el aroma de esa asquerosa criatura, con molestia su rostro para luego morde el otro lado de su cuello, aun que la mordida de un demonio no era tan diferente a la de un vampiro, avía solo la diferencia que Eliot no chupaba nada, de esta manera quitaba el aroma de aquella bestia y marcaba a Emily como suya.

Emily  sin embargo, no dudo en soltar un gemido de dolor, Eliot terminó, y siguió con su camino de besos, hasta llevar muy por dejaba de su pelvis, con sus manos, sostiene su muslo, que sin pensalo clavo nuevamente sus colmillos haciendo que Emily se retorciera  de dolor, para Eliot eso era placentero, aun que nunca se avía atrevido a morde a ninguna otra sabia que lo que eso significaba, ahora el no tenía ningún pudor, quería profanar de la manera más impensable, sabia que era virgen eso lo exitaba aún más  aún más, el deseo de probar carne fresca, ser el primero en tocarla, hacia que su lujuria se desbordara aún más.

    Emily, miraba a Eliot con vergüenza pero a la ves con exitasitacion, era el primer hombre que miraba su cuerpo, el cual estaba tan serca de su parte más íntima, en sus ojos conectaron con los de Eliot, dejándola sin aliento, se incorporó, quitando su camisa y a la ves su pantalón, quedándose solo en bóxer, su cuerpo quedo expuesto dejadon ver sus tatuajes, que tenía en sus brazos y en la pierna derecha, en su torso, avía cicatrices, al igual que su rostro, que no se avía tomado el tiempo de detallar muy bien, una cicatriz atravesaba su ojo izquierdo aunque no se le miraba ningún daño, la cicatriz era muy visible.

Eliot se abalanzó sobre Emily, miestra se la comía a besos, una parte de su cuerpo ya estaba en pesando a despertar Emily lo sentía, lo sentía con el leve rose de su pierna entre medio de Eliot, los besos de Eliot fueron hasta sus pechos, con delicadeza, sus labios besaban la punta de estos, probando cosquillas a la chica y leves gemidos, cada ves más subía de nivel, haciéndolo más brusco y placentero, llenado la habitación de gemidos de dolor y placer mezclados.

Sin que se diera cuenta la forma de Eliot salio a la luz, unas enormes alas negras que salían de su espalda, unos cuernos con una forma de casi a un espiral, de color negro salía de su cabeza no eran tan grandes pero tampoco tan pequeños, sus ojos cambiaron completamente a negro, y por alguna razón su tamaño avía aumentado, en su forma "humana" media un metro ochenta y nueve, y  ahora media más de dos metros, Emily era solo un pequeño enano a conpracion.

Eliot subió su rostro mirada, para encontrase con la de Emily, para su sorpresa esta tenía los ojos cerrado, su rostro estaba completamente rojo y en papado de sudor, su cuerpo ya no ardía de una manera pervertida, su cuerpo eradiaba un calor, Eliot toco su frente por iniciar, se dio cuenta de  que tenía fiebre, a este punto Eliot no sabia si maldecir o agradecer, su demonio lujurioso avía salido a la luz y quería saciarse, estando a punto de devorar el cuerpo de una humana virgen, todo se viene cuesta abajo.

    "Tercer efecto secundario; fiebre"

Eliot se maldición a si mismo, esta chica, estaba ardía en fiebre, se sentía fatal de saber que estuvo apunto de hacer algo más, que Emily seguro lo odiaría más, al ver tan indefensa podía ver el reflejo de un niño, con su camisa, la vistió, tapando su cuerpo.

    —¡Royer... llama al doctor inmediatamente!— grito Eliot mientras salía casi corriendo de la habitación.

Este se dirigió hasta su despacho, donde alguien ya lo esperaba.

    —Valla, valla, así que era verdad lo que dijo Lilith... ¿Lo disfrutaste?— con esta última palabra señalo su cuerpo, estaba a medio vestir, con unos simple pantalones de pijama sueltos, dejaba ver todo su abdomen.