?Cuerpo sin corazón. 12

A lo largo de la vida de Eliot, sus deseos carnales siempre abian sido calmados por semi-demonios, o simplemente esclavas en el averno, criadas, una que otra ves, con las mujeres de los condes y hasta sus hijas, pero nunca se atrevió a tocar un simple humano, para el los humanos eran débiles sabia que nisiquiera resistirian a sus masculinidad que de por si su tamaño no era algo que se viera todos los días, no quería que por intentar y desatar ese demonio posesivo y con un enorme apetito, llegue a matar "sin querer" a un humano, aunque también, nunca tuvo curiosidad de querer estar con uno. ¿Por que todo eso cambió? hasta ahora, sentía el fuerte aroma que desprendía Emily, una mescal tan exquisita, que lo hacía perder la cabeza, ¿Talvez era un olor normal entre los humanos? ¡No! Su tiempo en la tierra a sido el tiempo suficiente como para llegar a saber el olor de lo humanos, se sentía asquiento la primera ves que llegó a intentar poseer a un humano, sus almas corrompidas de una manera repugnante, Eliot se llama así mismo idiota e hipócrita al ver lo malas que eran los seres humanos, cuando siglos antes en descontrol y rebeldía arrasó con la mitad de un pueblo...

Todos estos pensamientos llegaban, tan sólo oler el pequeño cuerpo de Emily, sentía su energía, su esencia, su espíritu llamándolo a gritos, incluso el olor se intensificaba por su virgen flor, deseaba quitársela, siendo ella la primera mujer virgen que probaría, pero debía controlarse sabia que en el estado que estaba ahora no duraría ni la primera ronda.

Aregañadiente Eliot la bajo lentamente, Emily apenas los pies tocaron suelo se alejo rápidamente de él, dejándolo con un sabor amargo en la boca.

"¿Que era esto? Una sensación de insatisfacción, ¿Por que estaba enojado? ¿A caso era por esta humana?"

El cuerpo de Emily comenzaba a estremecer se, por un momento sentía como su corazón se detuvo, una extraña fuente de corriente recorrió todo su cuerpo, creando un choque, en segundos su cuerpo colapsó, antes de que este tocara el suelo, Eliot ya la tenía sujetada en su brazos.

-¡Maldición!- expreso molesto, Eliot se estaba dando cuenta que su sangre ya no le servía, esto solo significaba una cosa, el veneno se esparsia con rapidez.

Eliot tomo el cuerpo de Emily y sin pensarlo abrió un portal, dejando ver una cueva donde está tenia tonalidades rojizas y negras, atravesó el portal en el fondo abia una puerta de madero, del mismo color, en esta tenía calaveras humanas y otras con cuerpo que adornaban la dentrada, arriba de esta abia un pequeño letrero con sangre, donde estaban grabadas la palabra "lucĭfer" Eliot no dudo tan siquiera en dentra, dejando ver un corredor de cuarzo, aluminado con enormes candelabros.

Eliot corrió por todo el lugar hasta llegar a donde quería, un enorme salón, con paredes negras y alumbrados por algunas antorchas dejando ver un camino, con una alfombra rojo vino, en el otro extremo estaba un trono echo en piedra con alguno espirales, al igual que los otros cuatro que estaban aún lado de este, dos en cada extremo. Un hombre con unos rasgos hermoso, se encontraba descansado en este trono, su expresión era neutra, sus facciones era perfecta, su cuerpo era el ideal, era el hombre perfecto...
-¡Hermano! ¿Que paso con tus modales? Acaso as tomado malas costumbres de Jacob...- una fuerte vos resonó en todo el lugar, su vos sonaba tranquila, pero ala ves era relamente escalofriante, eran tan aspera y gruesa -Al parecer no vienes solo... ¿Y esta criatura quien es?...- una rojiza mirada se calvo en Eliot, este solo la agachó en seguida con Emily aún en sus brazos, quedando de rodillas.
-Saludos a el gran señor de las tinieblas... hermano, perdona por mi repentina llegada, pero... necesito de tu ayuda- expreso Eliot con respeto.
Aún que Eliot tenía un título importante no se comparaba con su hermano mayor... Lucifer era el más poderoso de todas sus hermanos, por algo era el rey que gobernaba lo más profundo del infierno... o bueno así fue como nuestro creador lo decidió.

-¿Asi?- respondió sin interés -Explicate...
-Ella es... Mi prometida, a sido envenenada... Un vampiro de nivel 2 la a mordido, su creador... esta muerto, te pido ayúdame a salvarle... hermano- la mirada de Eliot seguía agachada, aun que fuera su hermano, tenía que mostrá su respeto como su Rey .
-¿Prometida... de verdad hermano? Y... Asmodeo Levántate y alza tu cabeza, aun que sea un Rey, no dejo de ser tu hermano, cuida tu orgullo...- Asmodeo su verdadero nombre, "Eliot" era su nombre en el mundo humano.
-Prometí que está sería mi última prometida- respondió Asmodeo mientras miraba el cuerpo de Emily agonizar 
-Dejame ver a la criatura- tomo su cuerpo y lo extendió ante los ojos atentos de lucifer, a la velocidad de la luz el ya estaba enfrente de Emily. -Su pulso es débil...- comento, miestra sus ojos atravesaban su cuerpo, literalmente, dscaneadolo meticulosamente -Es raro...- dijo mientras mientras miraba un punto fijo en su cuerpo -debió aver muerto hacer horas... más sin embargo, aquí está- susurraba para si mismo.
-Que quieres decir con eso hermano...- pregunto Asmodeo sin entender nada.
-No morirá, solo necesita expulsar el veneno, es todo...- dijo con simpleza, seguía mirado su cuerpo, más allá de la piel, miraba sus entrañas miraba como su corazón palpitar, miraba sus venas bombear sangre...
-esta diciendo que...- Asmodeo miró con enojo a lucifer, sabia de que estaba hablado.
-así es... utilizando por miles años, para llamarnos y nosotros lo para curarnos- lucifer caminaba de un lado para otra son quitarle la mirada a Asmodeo.

El "ritual" era un poco sádico, si se puede llamar así, consistía en darle de tomar de la gran copa de cuerno, teniendo que tomar de las cascadas de fuego, a la ves ambas muñecas tenía que ser cortadas, dejando que su sangre fluya, el liquido se encargaría de limpiar toda impureza del cuerpo, saliendo la malesa, aun que el costo era grande, avía la posibilidad de que fallará, de que Emily no fuera lo suficientemente fuerte como para soportar el dolor, para un demonio beber de las cascadas de fuego era más como tomar una bebida agria, un humano sentíra como su garganta se quema, sintiendo miles de cuchillos hirviendo clavando su piel una y otra vez.