Mi luz

Boda...20

  El matrimonio se supone que tenía que ser una unión de amor, respeto y compromiso entre la pareja, nisiquiera me imaginaba yo con algun hombre, pero solo deambulaba de todas las historias que leía, creía que sentiría aquellas inmencionables Mariposas, esas lágrimas, esas risas y aplausos, todo en una ambiente de felicidad.


Ver como todo sale a tu gusto, las flores, los colores, el vestido, el salón lleno de personas que a más una no conoces, la comida, con una típica torre de copas de cristal  bien apiladas cuidadosamente, el espacio entre medio para cuando quieras bailar, las mesas y sillas decoradas, y la decoración en medio.
Todo tenía que ser perfecto.


La banda de fondo tocando tus piezas favoritas, miestras bailo como nunca junto a la persona que le diste el "si" hace apenas unas horas.


Si, muy lindo para hacerse realidad!"


Aquí estaba, arreglando me para la gran boda, en tan solo unos cuantos minutos, seria oficialmente la esposa de Eliot. Miraba mi reflejo, mentía mi rostro sereno, solo estando esperando que esta tortura acabara pronto.
   Mi maquillaje estab listo, al igual que mi cabello solo faltaba poner me el velo y los tacones.
   —¿Estas lista?— dijo la rubia, sin emoción —Sales en 20 minutos, mientras quédate aquí— me senté en el sofá con una gran incomodidad por lo enorme que era el vestido y lo apretado que estaba el corsed.


De repente la puerta se abrio de golpe dejando ver a Samuel, sentí como mi corazón se tranquilizó un poco, no mentía cuando dijo que estaría guapo.


Me levante y fui hasta el, recibiendo me con un fuerte abrazo, me tomo de la manos sin dejame de mirar con esa sonrisa tan tan única de él.


   —Estas aquí— dije, recordando lo que hablamos la última ves.
   —Si, estuve ocupado, pero estoy aquí. No me perdería este día— me llevo de nuevo al sofá y nos sentamos en el, aun con nuestras manos unidas.
   —¿Y bien, que opinas?—
   Pregunté refiriéndome a mi vestido y maquillaje.
   —Emily, lo único que puedo decir, es que nunca en vida había quedado tan fascinado por una mujer, que estoy corto de palabras.
   Con tuve la risa de lo cursi que sonaba .
   —No bromees, odio este vestido. Pero, Tu no te quedas para nada atras. Estas guapo como siempre.
Aprecie su elegante traje, de negro y un broche de plata en forma de cuervo.
   —Emily, tengo que decirte algo.
Su sonrisa se desbanecio.
   —Despues de la boda, me temo que no podremos hablar más. O bueno no como antes.
Dijo, arrugado su miranda con pesadez, mi sonrisa se borro y solo me quede quieta sin si quiera parpadear.
   —No entiendo, ¿Por que?
   Mi cabeza daba vueltas, no entendía que pasaba.
   —No puedo explicarlo— confesó —Nisiquiera se como explicar— se rio de si mismo —Pero... Emily... yo, ya lo lamento
   —Samuel no te estoy entendiendo. ¿Por que te disculpas?—
Sus ojos se intensificaron más, sentía como desde sus palabras sumaban, ¿Acaso estaba nervioso?.
   —Por lo que haré, antes de que me arrepienta, una ves que le digas "si" ami hermano, no podre hacerlo.

 


Sin entender nada, me tomo del rostro y junto sus labios con los míos, fue un delicado beso.


Mi cuerpo se paralizó. Sus labios se movían de una manera tierna y delicada, sus labios suaves como algodón de azúcar.


Mi mente y cuerpo quedaron fríos, pero no tarde en reaccionar. Me separé rápidamente y lo miro sorprendida, toque mi boca donde recientemente había estados sus labios. Seguían húmedos.


   Me levante alejándose de él.


   No podía quitarle los ojos de encima, mis rostro lo podía sentir caliente.


   —Emily—
Se levanto acercándose ami, pero rápidamente me aleje, en estos momentos estaba teniendo miedo.
   —Escuchame
   —¿Samuel, como pudiste hacer eso? ¡Hoy en el día de mi boda!— su rostro se arrugó, se sentía molesto, que irónico soy yo la que deveria estar enojada.
   —Porque te importa ¿Acaso estas enamorado de él?.
Mire el suelo mientra repasaba la pregunta, claro que no era cierto, yo lo odiaba.
   —No, pero no se merece esto, no merece que lo engañe de esta manera.
Sus ojos me miraron analizandome, no sabia que pensaba, no sabia que quería decirme con su mirada.
   —¡Joder Emily!....yo... lo lamento— arrugó su entrecejo mientras me miraba, acercándose, pero cada paso que daba yo retrocedía.
   —¿Te gustó?— 

indague.
   —No— dijo como si no entendiera mi pregunta.
   —¿Entoces porque me besaste? ¿Que pasaba por tu mente al hacerlo?— estaba molesta, sentía que había sido utilizada para un juego tonto, por culpa de él había engañado a Eliot
   ¿Esto se consideras como engaño?
Me sentía terrible, a solo unos minutos de mi boda, me sentía mal conmigo misma.
   —Yo... yo. No lo sé, desde hace tiempo algo me atrae a ti, solo verte, creas confusiones que nunca tuve—
   —Vienes aquí, besas a la novia de tu hermano me haces cometer una infidelidad, ¿Por algo que tu no sabes?.
   Estaba enojada pero a su ves no quería estarlo.
Samuel era un chico muy lindo, su carácter era un poco raro, aveces sus bromas era como las de un anciano de 70 años o más.


No podía negar que si nos uvieramos conocido en otras sircustancias, talvez el final de esta historia sería diferente. Pero ahora estabamos 
Aunque no amara a Eliot, me sentía que lo estábamos traicionando, me sentía como esas chicas de mi colegio, aun que solo fuera sus labios los que me tocaron, me sentía sucia, sentía que había echo algo que no debía.

Eso simplemente me perturbaba.
   —Emily no se que siento, pero algo duele no poder aver sido una opción.
   —Samuel, yo no escogí estar con Eliot, fue y sigue siendo algo encontra de mi voluntad. Aún que Eliot comenzamos con el pie izquierdo, nisiquiera podré olvidar la primera noche que la pase con el y todas las noches que tengo que soportar entre llantos, ver mi cuerpo lastimado, e acortado poco a poco mi futuro, mi papel aquí es solo darle un hijo a Eliot, Samuel, tengo que soportar y aguantar sus reglas.¿En serio cree que esto fue cuestión de escoger, Samuel?— suspire aguantando la rabia.
Lo que había crecido como creía yo, una linda amistad, había terminado, no me sentía segura si en algún futuro nos volveríamos hablar , pero algo era claro nada será igual despuésde esto.
   —¡Emily tienes 5 minutos!— la voz estruendoso de la rubí se escucho del otro lada de la puerta.
Sin quitar mi concentración de la conversación, me acerque a él y tome sus manos entrelazando las con las mías.
   —Samuel, depues de esto no se si pueda mirar te como te miraba, me hiciste comerte un traiciona al hombre que tomaré hoy como esposo...
   —¡3 MINUTOS EMILY!
   —Te perdono—
   Aflojó su mirada, mientras extendía su mano a mi rostro.
   —Siendo sincero no me arrepiento, Emily. Y siento tanto corajes que mi hermano tenga el lujo dahora de podré besarte o si quiera tocarte.
   —Emily 2 MINUTOS!!
   —Tienes que ir, pero prométeme que, si Eliot te hace algo, me llamaras, vendré por ti.
   Mostró una pequeña sonrisa.
  Falsa.
Asentí con la cabeza, antes de alejame de él, deje un beso en su mejilla.
   —Carajo Emily que mierda hacia..— grito la rubia.
Me tomo de la mano y me abrazo, suponía que este era nuestro último abrazo, ¿No sabría más de él depues de aquí?.
Las puertas se abrieron, dejando ver a la rubia, sus ojos se paran en nuestro cuerpo entrelazado, una media sonrisa se curbo en sus labios.
   ¡Maldita vivora!.
   —Tenemos que irnos, Eliot te espera— Dijo sin más saliendo de la habitación.
   —Crees que le diga algo— pregunte mirando hacia la puerta como su silueta desaparecía.
   —Talvez. Escucha Emily, recuerda todo lo que te enseñe, nunca pero nunca hagaches la cabeza por nadie, ahora no solo eres Emily, eres la esposa de un rey, y eso es podre suficiente para hacer arrodillar a todos. Ahora ve, o talvez Eliot vendrá a hacer un desastre, suele ser muy impaciente— acarició mi rostro y me alentó a que me fuera.
   Lo mire por última ves, sientiendo esa pesadez. Avance sin quitarle la mirada de encima, hasta cruzar la puerta y continuar con mi camino, un largo pasillos con hermoso candelabros, a cada lado había pequeñas estantes con rosas blancas.
Llegue hasta la puerta está permanecía cerrada,  a cada lado Estaban los guardias, quede parada en medio, en espera de mi dentrada. ¡Que emoción!
Tome un suspiro y tome el ramo de flores que sostenía una sirvienta, me ayudaron a poner el velo, tapando mi rostro.
Las puertas se abrieron, dejando ver un gran salón lleno de personas que no conocía, al jusgar por su vestimenta eran personas de clase alta. 
   —Adelante— me susurro empujando, al ver que nisiquiera había movido un pie.
   Avance levemente, caminaba al son de la marcha nupcial.
Susurros se escuchaban por todo el salón, miraba al fondo, como Eliot  me esperaba, estaba de espaldas. Se suponía que este debía ser un momento feliz para mí, pero solo caminaba directo a un poso negro, sabia que esperaba, y aún así caminaba en línea recta.
Quede aún lado de él, hombro con hombro, mis manos temblaban y sudaban, sentía como su cuerpo se giro hacia mi, me tomo por los hombros y me giro hacia el.
   —¿dominus meus parat? [1]— dijo un hombre me había llegado de la nada.
¿Está mi maestro listo? [1] 
       No sabia me había dicho, solo suponía que se dirigía a Eliot, mira por el velo sus ojos negro mirarme fijamente.
   —Omnes convenimus in matrimonium copulare, rex noster Eliot et regina futura nostra.[2]— que se supone que decía, solo entendía la palabra "Eliot" aun que sabía que entendía todo lo que decía. —Domine mi Eliot, hodie legitimam et unicam uxorem accipit, quam amabit reliquam vitam suam, et amor tuus hac pugione diuturnior erit[3].
   Todos hemos accedido a casarnos, nuestro rey Eliot y nuestra futura reina. nuestro rey ha elegido una verdadera reina[2] 
   Mi Lord Eliot, hoy toma a su legítima y única esposa, a quien amará por el resto de su vida, y su amor durará más que esta daga [3]. 
En sus manos tenía una daga con un mango de cuero y la daga torcida inclinada como la luna.
   —non solum corde, etiam sanguine coniungentur, ut amorem suum, ne acerrimum quidem telum, perdere non possint[4].
   estarán unidos no sólo por el corazón, sino también por la sangre, para que su amor no pueda ser destruido, ni siquiera por el arma más afilada[4]. 
Eliot levanto su mano y con la otra tomo la daga.
   —Te in uxorem accipio, mulierem quae me amodo comitatur in aeternum. 
   Te tomo como mi esposa, la mujer que me acompañará por siempre.[5]. 
Dijo para luego cortar la palma de mi mano.
   —¡Eliot!— Chille, tamando su mano, mire su rostro y no había niguna expresión de dolor o miedo, era como si eso no doliera.
   —Mírame— lo mire —Esto dolerá— tomo mi muñeca y con la misma daga corto la palma de mi mano.
Junto nuestras manos, apretando ambas manos mientras nuestra sangre se mezclada y la sangre choreba hata caer en gotas.
   —¡joder!— susurre con dolor, sintiendo una picason en mi mano, un dolor fuerte recoria por todo mi sistema nervioso.
   —Todo estará bien Emily. De esta manera estaremos juntos— susuro.
   Asentí con la cabeza, aguantando aquel dolor, el señor tomo la daga, bañada en sangre.
   —Puede besar a la novia.
   Hablo el señor esta ves en un español un poco raro y forzado.
   
   Con una mano Eliot quito mi velo, ahora lo podía ver mejor, y el ami, más voces se escuchaba en todo el salón.
   —Amor aeternus [7]— se acerco hacia mi, y con sus labios besos los míos, sus labios se movieron sobre los míos —Abre la boca— hice caso, su cuerpo se junto más con el mío al igual que profundizando nuestros labios, lo que era un beso tranquilo se convierte en una con intensidad.
   Amor eterno [7] 
   Aplausos se escuchaban de fondo, con aquella atmósfera sofocante del lugar el bullicio de las personas, las miradas penetrantes. Aun me costaba acostumbramos a su ritmo, el era salvaje y para nada delicado.
   —Semper mea [8]— susurro entre mis labios, y yo solo seguía sin entender.
   Siempre mía [8]
Nuestros ojos chocaron una media sonrisa dibujo en sus labios, o eso suponía. 
   —Tranquila esta noche lo sabrás todo.
   Dijo con tranquilidad.
   Que era ese todo.
No me dio tiempo de pensar cuando una chica aprecia con una cojin, donde sobre ellas llevava dos coronas.
Eliot solto mi mano por un segundo, tomo la corona y la dejo sobre mi cabeza.
   Una corona blanca de diamantes y con picos.
   Cerré mis ojos al sentí la pesadez en mi cabeza.
   —¿Pesa?— susuro Eliot.
Negué y abri mis ojos para verle.
   —Es extraño— dije y mire la otra corona —puedes bajarte un poquito— susurre apenada, sus oscuros ojos de miraba denudandome mi alma.
Eliot inclino su cabeza hacia delante.
Tome la corona con mis manos para luego dejarle suavemente sobre su cabeza.
Nuestros rostros estaban tan serca que por un momento pensé que me besaria de nuevo, tomo su postura y con su mano tomo la mía haciendo que girar hacia el frente, toda la multitud no veían en segundos todos se inclinaron como una reverencia hacia nosotros.
¿Esto era ser una princesa? Tenía enfrente de mi a apersonas que nacieron con un titulo, persona importantes, ahora estaba inclinándose ante mí.
No era negarle que esto te daba un plus a tu Superioridad, era ese pequeño aire de cuando sientes que eres el centro del universo, esa sensación de tener todos los ojos puestos en ti.
   —Nunc primum est chorus incipere noctis[9]— mire extraña a Eliot.
   —¿Que dijo?—
   Susurre.
   —Vamos a bailar para que la velada de comienzo— no dije más, y solo me limite a mirar el gran salón despejado con todas las personas al rededor.
Caminamos hasta estar en el medio, Eliot tomo mi mano y se inclino besando mi mano, me incline ante el y la banda sonora comenzó a tocar.
La dulce melodía, en la que bailamos y nos deleitabamos moviéndonos de una lado a otro, dábamos vueltas, pequeños saltos, me sentía como cenicienta, como si este solo fuera un baile de media noche y a las doce canopanadas el echiso desaparece, Regresando a mi vida normal.
Pero esta era mi boda no estaba en un cuento, una boda la cual odiaba con toda mi alma. Los colores el vestido, nada era como me hubiera gustado que fuera.
   —¿Te gusta?— su rostro estaba casi cerca del mío, nos mirábamos fijándote a cada paso que dábamos.
   —No—
   Me cinsere
   —¿Eso me incluye?
   Pregunto, atrayendome más a su cuerpo.
   —Si— dije mientras sostenía su mirada. Me apague más a su cuerpo, pegando mi cabeza a su pecho, mientras Eliot me abrazaba por la cintura dejando que nuestros pies Si guieran su movimiento —Te odio— cerré los ojos, dejándome llevar por los suaves moviéndose que hacíamos al bailar.
Escuche una pequeña risa de parte, apretó más su agarre.
   —Es mejor así—
   Acarició mi cabeza, mientras seguíamos demostrado un "amor " frente a muchas personas. Aún que esto era de mentira, disfrute por un momento y olvidé que era el, que era otra persona la que abrazaba, un chico más cuerdo de si mismo, olvide del daño que causaba al tocarle y solo deje caer mi cuerpo en un mar de tranquilidad, lo que fueron aguas turbias ahora eran tranquilas.
   La noche fue larga, y agotadora, por órdenes y protocolo tuve que recibir a cada invitado, y recibir los regalos que nos traían. Fue tan extraño, tener que saludar a personas que no conocía para nada, recibía ayuda de una chica que permaneció a mi lado susuradnome los nombre de las personas y sus títulos.
   Tenía una sonrisa de oreja a oreja.
   Por su parte Eliot, ya era una personas que estaba acostumbrado a este tipo de mundo. Aunque no sonriera para nada, y si ne molestaba en recibir, todas quedaba fascinados por su hermoso rostro.




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