¿Adivinen qué? ¿El chico de ayer? ¿El que golpeo mi cabeza, con la puerta al entrar? (lo cual me obligo ponerme una curita, el día de hoy), ¡Es el hijo de Galloway! Asombroso ¿no?
En cierto modo si lo es, no creía que al ser prácticamente el dueño, entrara por la puerta de servicio, pero sorpresa, sorpresa, siempre lo hace, según la Sra. Cee, es para no llamar la atención. Pero... ¿Eso no es lo que busca? ¿Atención? ¿Qué todo el mundo lo reconozca? ¿No es eso? Porque en mi punto de vista es eso, y que me digan que me equivoco, porque le daré una y mil razones para que entiendan.
Este día me toco de nuevo el tercer piso, y el segundo, más limpiar la piscina, lo cual la ultima me tomara un poco más de tiempo. Al entrar al salón de juegos, me sorprendo al ver todo desordenado, nunca esto esta desordenado.
Comienzo tomando los vasos de plástico, y recogiendo los de vidrio para ponerlos en una bandeja, e ir a lavarlos en un rato, tomo la aspiradora, y comienzo a pasarla, por la inmensa alfombra. Estoy limpiando el mueble cuando encuentro un condón, y usado, hago una mueca al ver el semen gotear de este, porque el cabeza hueca que lo uso, no se le ocurrió amarrarlo, voy por unos guantes, y una bolsa. Son pocas veces que los usos, y solo son para cosas realmente asquerosas, y esto, es una de ellas.
Tardo más de lo esperado aquí, pero termino rápido, paso a las siguientes habitaciones, con cuales encontré una sorpresa muy... sorpresiva, una tanga fucsia, y otro condón usado. Juro que no creía que una persona podría tener tanto sexo en una noche, son cinco habitaciones, y en tres de ellas encontré un condón, si no es que habían otras personas en la casa, o el hijo de Galloway, tiene una vida sexual muy activa.
Paso al tercer piso, cual está intacto, y suelto un suspiro de alivio al encontrarlo así, no estaba preparada para otra sorpresa. La ultima habitación, a la que me toca limpiar, escucho ruidos, frunzo el ceño, y entro sin tocar. Y me arrepiento de haberlo hecho. Al otro lado está el “señor” Galloway, en bóxers, y agradezco al cielo, que mi mente siempre esta antes las hormonas, porque juraría que me hubiera quedado viendo su torso desnudo.
Cierro la puerta rápidamente, y corro al ascensor, cuando entro, una risa masculina retumba por el pasillo.
—Corriste muy rápido conejito—murmura la misma voz de a noche, pero un poco más áspera.
—Tengo trabajo que hacer. No iba perder mi tiempo, viendo a un niño en calzoncillos. Perdóneme, pero no—respondo neutral.
— ¿Niño? ¿Calzoncillos? ¿Estás segura que viste bien? ¿O es que tienes un problema de vista? Porque te aseguro que ni yo, ni mi amigo somos tan pequeños—dice, y yo ruedo los ojos.
—Créame señor, no estoy poniendo a prueba sus... atributos. Solo estoy manteniendo mi margen, a mi me pagan por limpiar, no mirar al hijo de mi jefe. —Por primera vez lo miro, desde que nos chocamos en la puerta. Y mantenme si no es bello, porque juro que lo es. Aunque no debe importarme.
— ¿Eres la con quien me tropecé ayer?—solo asiento, y miro cuanto falta para llegar al último piso. Pero otra sorpresa, señor arrogante ha parado el ascensor. —Interesante—murmura. — ¿Dónde está tu coraje ahora? ¿Dónde está la chica que estaba dispuesta a golpearme?
—No creo que le importe, y estoy en horario de trabajo, lo que haga fuera de mi horario, no es su problema. Solo que haga mi trabajo bien, debería importarle, no eso. Y si quiere saber de esa chica, bueno le aclaro, que me acababa de golpear, mi mente solo se concentraba en el dolor en mi frente, y tratar de calmarlo, que me haya comportado de esa forma, es prácticamente su culpa.
— ¿Mi culpa? Si fuiste tú quien no vio la puerta abrirse.
—Debiste tocar primero.
—Es mi casa, puedo hacer lo que quiero.
—No es su casa, es la de su padre. Y esa no era su entrada, era la mía, y la de los demás obreros de esta casa, no la del hijo del dueño.
—Me estas subestimando.
— ¿Así si? Yo creo que no—digo, y me muevo, para poner en marcha el ascensor.
—Lo haces... ¿Cuál es tu nombre?—me dice, y yo suelto una risa dura.
— ¿En serio me cree tan idiota? No señor, usted puede saberlo con una sola llamada, no gaste su tiempo preguntándomelo a mí, como justamente desperdicie el tiempo hablando con usted en estos momentos.—Justamente cuando termino, el ascensor se abre, y me salgo de ahí, con mi carrito.
***
Estaba concentrada en la música que salía de mi IPod, mientras sacaba las hojas, y otras cosas de la piscina, con una red, cuando una fuerza me empuja hacia la piscina. Suelto un grito antes de entrar al agua, causando que me entre agua, toco el fondo, y me impulso hacia afuera. Cuando mi cabeza está al fin fuera, suelo el agua, y comienzo a tragar aire. Escucho una risa escandalosa, y con respiración jadeante, alzo la mirada, para encontrar al niño Galloway riéndose de mí.
— ¿Estás loco?—grito molesta.
—No, pero esto fue lo más divertido que pude haber hecho en años—me da una sonrisa arrogante y suelto un gruñido. Nado hacia las escaleras, y salgo de a piscina. —No te molestes, solo fue una broma—me dice, y la ira me llena.