—Gracias—digo a la chica, y ella solo sonríe y asiente.
Es viernes por la mañana, y estoy cambiando de línea. No he podido dormir bien, sabiendo que tenía mi teléfono, y que en cualquier minuto, podrá llamarme de nuevo.
Mando un mensaje a la Sra. Cee y a Dus para que sepan que cambie de número, y al Sr. Galloway le avisare más tarde.
Camino hacia una cafetería, y pido un café y una magdalena de chocolate. Este es mi día libre, y tengo que disfrutarlo ¿no?
***
Tocan la puerta y me sobresalto, haciendo que se me caigan los productos de limpieza. ¿Quién podrá ser?
Camino hacia la puerta, y acomodo mi camisa que accidentalmente se subió un poco. Vuelven a tocar, y camino más rápido.
—Ya voy—grito y abro la puerta. Al otro lado encuentro a las chicas, demasiado arregladas, para una simple noche del viernes.
— ¿Todavía no estás lista?—dice Coral, y yo frunzo el ceño.
— ¿Lista para qué?—digo confundida.
—Te dije que lo olvidaría—se cruza de brazos Liana.
—Oh Dios, se me había olvidado. Déjenme arreglare y voy ¿De acuerdo?—digo y les doy una sonrisa de disculpa. —En serio lo lamento—digo y camino a dentro de la casa. Ellas pasan y Liana es la primera en preguntar.
— ¿Y la Sra. Lila?
—Con la abuela—digo y camino hacia mi cuarto.
Saco un pequeño vestido rojo, y unos tacones negros, los dejo en mi cama, y voy al baño.
Nunca he tenido problema para elegir que ponerme un día. Y esta no será la excepción.
***
—Te vistes más rápido que mi hermana menor—dice divertida Coral, mientras me maquillo.
—Nunca entiendo porque tardan tanto—murmuro. Guardo las sombras en mi estuche, y camino hacia el cuarto, me pongo los tacones y salgo. —Estoy lista ¿Vamos?—digo con una sonrisa y ellas asienten.
—Al fin tenemos de regreso a nuestra Siana—canturrea Liana y rio.
Yo también extrañe esta Siana. Hoy me divertiré y nada me interrumpirá mi diversión.
***
—Fondo, fondo, fondo—canto con otros chicos de la fiesta viendo a Liana tomar un tarro entero de cerveza.
Al final, no se lo toma todo, pero tomo más que la otra chica, supero el record de esta noche. Ella sale riendo y yo rio con ella.
Llevamos más de tres horas aquí, y les aseguro, que borracha, no definiría completamente mi estado.
Vamos hacia la barra y pedimos unos tragos.
— ¿Ya no han tomado demasiado?—pregunta al barman, y yo bufo riendo.
—Tu trabajo es servir las bebidas, no decirnos cuanto beber. Otro trago por favor—digo y el bufa pero obedece.
Me entrega mi trago, y cuando estaba justamente a punto de tomar, me arrebatan el vaso de mis manos. Estoy a punto de gritarle al que me quito mi trago, pero me callo al ver de quien se trata.
—Sorpresa, sorpresa—canturreo.
—Ya fue suficiente—dice y yo rio.
—Miren, el niño Galloway—digo divertida.
—Vamos Siana. Creo que tomaste demasiado.
—Y yo creo que no he bebido suficiente—me cruzo de brazos. Su mirada sigue el movimiento de mis brazos y se queda mirando mis tetas. Hombres, pienso. —Hey mirada arriba. Mis ojos no están ahí—digo y el carraspea.
—Borracha y todo, sigues siendo igual de insoportable—dice divertido.
—Y a pesar de estar en los efectos del alcohol, sigues sin llamar mi atención—digo con una sonrisa de suficiencia. Escucho una risa al lado mío, y volteo para encontrar a un chico, que creo, que lo vi en la fiesta hace una semana.
—Hombre, me agrada esta chica. Soy Leo—me tiende la mano y yo la acepto.
—Siana—digo y él me envuelve con su brazo.
— ¿Por qué no te he visto por aquí antes?—dice. Cuando estaba a punto de contestar, unos brazos me alejan de Leo. Siento el pecho de la persona vibrar, y yo alzo la mirada, para encontrar la mirada fulminante de Marcus, en dirección de mi nuevo amigo.
—No te le acerques. Ella no es ese tipo de chica—le gruñe y yo me estremezco.
—Bueno... Marcus Galloway siendo posesivo, impresionante—dice Leo y ríe. —Pero en serio ¿Por qué no te he visto antes?—se cruza de brazos.