Mi Luz

14

Maraton 4/?

Edward

Joder, al fin libre. Diría que esto es un puto sueño, pero la paliza de despedida de los chicos, me demuestra que no lo es. Abren la puerta, que divide, el mundo con este maldito lugar, y sonrió.

—No espero volver a verte Colton —habla el guardia, y yo le doy una sonrisa ladeada.

—Sabes que me vas a extrañar —le digo burlón, y el ríe.

—Cuídate muchacho, mantente alejado de estos lados —asiento.

—Tenlo por seguro. No quiero volver —digo y salgo.

Después de diez años encerrado en aquel lugar, estar aquí afuera, es algo irrealista, y asombroso. Camino fuera, y cuando estoy completamente fuera, suelto un grito de victoria. Escucho una risa a mi derecha y volteo.

—Felicitaciones hermano, saliste de aquel lugar. —Habla Mase, mi mejor amigo, casi hermano.

—¿A qué no me creías capaz idiota? —digo con una sonrisa de victoria.

—La verdad, que no. Eres como una bomba, destruyes todo a tu paso. Creí que te meterías en tantos problemas, que te darían cadena perpetua —dice riendo.

—Muy lindo de tu parte —digo sarcástico, y ruedo los ojos.

—Vamos, que Linda preparo una cena especial por tu salida —dice con una mueca—. La chica parece quererte más a ti que a mí.

—¿Como no hacerlo?, soy un pan caído del cielo —digo burlón.

***

—Esto esta espectacular, Linda. Mucho mejor que la cosa esa, que decían llamar comida en la cárcel.

—Es un placer, Ed. Todo por mi segundo chico favorito —me regala una dulce sonrisa, antes de bajar rápidamente la mirada.

Frunzo el ceño. Decía que era solo yo siendo paranoico, y ridículo. Pero algo malditamente pasa, y me está molestado como el infierno.

—Bueno ya me canse. ¿Qué demonios está ocurriendo? —lanzo la servilleta de tela a la mesa con fuerza.

—Ten respeto, maldita sea —gruñe Mase—. Puede que hayas pasado diez años en ese maldito lugar, pero no te da el derecho de comportarte así en mi propia casa.

—¡Pues lo lamento! Es que quiero saber qué demonios le sucede a ustedes dos. Tú eres un maldito cabrón todo el tempo, nunca te quedas callado, y no has dicho más de dos frase en toda la noche, y Linda tampoco lo hace, le gusta bromear y reír, ha estado callada durante toda la cena, hasta hace unos segundos. Me disculpo por preocuparme por mis dos mejores amigos, si el problema es que incomodo a alguien. Bueno permítanme, que me iré sin ningún problema —me levanto de la mesa, sin importarme lo fuerte que sonó la silla, o que casi se caiga.

Camino a paso tranquilo hacia la puerta cuando la voz de Mase me detiene. —¿Adónde vas?

—A otro lugar, hasta que ustedes se calmen, y dejen de actuar raro. Tal vez vaya a visitar a Siana, que estaba malditamente emocionada por mi salida. No puedo esperar por verla. —Estoy a punto de abrir la puerta cuando Mase dice—: No la encontraras.

—¿Por qué? ¿Se mudo de la casa de Mac Swartman? —pregunto. Si fuera así ella lo hubiera dicho. La conozco claro que lo haría.

—No. Ella...

—¿Ella qué, Mase?

—Ella... —gruñe negando—. ¿Cómo te lo puedo decir sin que te alteres?

—No hay manera, Mase —dice su esposa tras del—. Edward, cariño. Siana está desaparecida, desde hace cinco días —comenta con su voz calmada.

—Me estas jodiendo ¿verdad? Yo vi a Siana, hace cinco días exactos, eso es imposible —digo divertido.

—¿Crees que jugaría con algo así? Es Siana. Mi mejor amiga. La niña que estuvo conmigo cuando mi padre se suicido, y mi madre me abandono. La niña que busco la forma de que no estuviera en problemas, debido a la falta de mis padres. La niña que trataba de hacerme reír cuando quería esconderme en mi auto-compasión... —solloza—. ¿Crees que diría algo así, para echar broma? Pues vete a la mierda Edward Colton —ladra antes de alejarse hecha un mar de llanto.

—Me tomo todo el maldito día calmarla, hombre. Y joder, mi mujer está en lo cierto ¿Cómo puedes creer que invente algo así solo por broma? Siana es como su hermana, está hecha un desastre, no puede dejar de culparse por no estar con ella estos cuatro meses cuando más la necesito. Estaba devastada cuando se entero de toda la mierda que sucedió con lo Swartman, y no pudo cuidar de ella, como ella lo hizo con ella. —Su voz sale indiferente. Pero lo conozco es Mase, el bastardo se está haciendo el fuerte, lo conozco como la palma de mi mano. Esta a un solo toque de caer, y derrumbarse en un bebe lloricón.

—¿Quién la tiene?

—Antes de que te diga, prométeme que lo tomaras con calma, y no horas ningún desastre —me mira evaluándome.

—Mase...

—Promételo, joder. Porque si no lo haces, te quedaras a ciegas en esto.

—¡Bueno lo prometo! ¡¿Feliz?! Ahora escúpelo, para poder ayudarlos con esta mierda



#12146 en Joven Adulto
#44988 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, saga luz

Editado: 03.11.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.