Mi Luz

15

Maraton 5/6

Dos semanas después...

Siana

—¿Sabes lo que tienes que hacer? —me pregunta Malcom, por decima quinta vez, y asiento.

—Cla... cla... claro —tartamudeo.

—Esconde esto Sia, por favor, a penas los saque de aquí. Envíale esta dirección a alguien que pueda ayudarte —me muestra un teléfono, y un mensaje que espera por ser enviado, pero sin remitente—. Luego llámalos, para que sepan que no es una trampa, y vengan por ti. Tratare de distraerlos lo máximo posible, inventando algo. ¿Sabes que lo lamento? —Pregunta con dolor grabado en sus facciones—. Nunca quise que pasara esto, pero tiene a mi hermana amenazada, Siana. No puedo dejar que le hagan daño —confiesa con dolor.

Asiento dándole una pequeña sonrisa. El fue el único que mostro compasión por mí, ni me toco, o insulto como los otros. En cambio fue todo lo contrario. Luego de los primeros días, Malcom venía frecuentemente para tratar de mantenerme viva.

Si no fuera por el no sé cómo me encontraría en ese momento.

—Gra... gracias, Malcom —mi voz sale rasposa—. Por favor escóndete donde te dije —susurro.

—Lo tomare en cuenta, bella. Ahora así que comience el plan —me da una pequeña sonrisa, antes de desaparecer del lugar.

Espero veinte segundos, antes de de escuchar la señal.

Tap. Tap. Pausa de tres segundos. Tap. Tap. Tap.

Suelto un suspiro antes de tomar el teléfono, para luego marcar el número del Sr. Galloway, y enviar la dirección.

Esperen... Yo conozco este teléfono ¡Es el mío! Gracias a Dios. Busco entre mis contactos a Mase, y lo marco.

Escucho con impaciencia el sonido.

Pip...

Pip...

Pip...

—¿Aló? —Suena por el auricular, y no puedo evitar soltar un sollozo de alivio—. ¿Alguien está ahí?

—¿Mase? —mi voz sale rota, por la emoción.

—¡¿Siana?! ¿Nena, eres tú? —pregunta y comienzo a llorar.

—Po... po... por favor, Mase. Ayúdame, ven a buscarme —ruego.

—¿Dónde estás? —oigo el bullicio al otro lado y mi corazón se expande por la esperanza.

—No, no lo sé. Envié la dirección al Sr. Galloway.

—Dice que le envío la dirección a tu padre, Marcus —lo escucho decir, y mi corazón se acelera.

¿Está con él? ¿Está preocupado? ¿Con quién más esta?

—¿Estás bien, Siana? —pregunta una voz que me causa escalofríos en todo mi cuerpo.

Reyes.

—Lleguen pronto, por favor... no creo que tenga... —el golpe a la puerta me avisa que están cerca.

Mierda. Eso fue rápido.

No termino por decir, para cortar la llamada, y esconder el teléfono bajo el mugriento colchón, donde he estado durante toda mi estadía.

—¡Volvimos, pequeña flor! —dice Joshua entrando seguido, por los demás. Excepto Malcom.

Bien. Quiero que este lejos cuando todo empiece.

—¿Nos extrañaste? —pregunta Clark jalando mi cabello hacia atrás.

Me muerdo el labio para reprimir un jadeo de dolor, provocando que sonría sínicamente. —Me gusta tu dolor. Me excita ¿lo sabes? —murmura en mi oído, mordiendo mi cuello en el proceso. Tan fuerte que puedo jurar que estoy sangrando.

Maldito.

Y claro que se, que lo excita. Tanto a él como a los otros dos mal nacidos.

Comienza con su juego, de morder, lamer, estrujar, golpear, y arañar. Haciendo que llore silenciosamente cuando mete su mato entre mis piernas.

Por favor que lleguen pronto.



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En el texto hay: romance, amor, saga luz

Editado: 03.11.2018

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