Mi Luz en la Oscuridad - Min Yoongi (suga) - Bts

Capítulo 43


Esperaba haber entendido mal. Yoongi asintió e introdujo más el clip y lo torció.

- La noche en que te dejé en casa me siguieron. Pensaba que era el mismo tipo que había eliminado a mi hermano, a quien me debía de estar acercando demasiado. De alguna manera era cierto – maldijo cuando se le volvió a caer el clip al suelo y, cuando siguió hablando, lo hizo a trompicones, tenso – Me dispararon, así que aceleré. Debieron de haber trucado el motor porque no podía quitármelos de encima y, cuando se cansaron de seguirme, me dispararon en la rueda trasera – me miró sin levantar la cabeza – Créeme, no es divertido salir volando y golpearte con todo lo que se te cruza en tu camino.

Apoyé mi mano en su hombro, pero meneó la cabeza.

- Te olvidas de que no soy humano, hace falta más de un accidente de moto y unos golpes para acabar conmigo, ni siquiera me mató la caía desde la cuerda floja cuando aún era humano. Mi cuerpo se cura solo rápidamente. Como había bebido bastante la noche anterior no fue tan grave, y si hubiera bebido otra vez, apenas se me notarían las heridas.

Me estremecí. Si según él habían mejorado, no quería imaginar cómo había estado el día del accidente.

- ¿Y luego te trajeron aquí?

- Recuerdo que perdí el control, que comí asfalto, y que la Blade se me vino encima, nada más. Cuando recuperé la conciencia estaba atado a esta silla y David me preguntó qué les había contado a los príncipes – sonrió fríamente – Estoy seguro de que pensaba que yo era Adrien. Si realmente tu supuesto tío le hizo algo a mi hermano, en aquel momento creyó que Adrien había logrado sobrevivir.

Claro, eran gemelos.

- Entonces ¿crees que tu hermano puede seguir vivo? – pregunté.

- Exacto – confirmó en voz baja.

Su esperanza me provocó un nudo en la garganta.

- Hace dos días… - empezó, pero no supo cómo continuar – Perdona, no quería hacerte daño. Cuando me enteré de que era la que buscaba no sabía qué hacer. Me refiero a que… yo…tú… ¡Maldita sea! ¿Te parece si dejamos esto para otro momento? Lo único que importa ahora es que lo siento y que quiero seguir contigo, ¿vale?

- Vale – contesté.

En silencio observaba cómo luchaba con las esposas, se oyó un clic y se abrió la izquierda. Suspiró aliviado y sacudió la mano. En menos de un minuto se quitó la otra y se frotó las muñecas. Le di la mano para ayudarlo a levantarse; me la cogió tan rápido que me asusté. Tenía las mangas subidas por encima de los codos y ambos nos quedamos mirando mis venas. El brillo de sus ojos había vuelto, y con cada respiración mía se volvía más intenso. Me quedé inmóvil, él entreabrió la boca y se acercó, sentí su aliento en mi brazo y me pregunté si dolería el mordisco.

- ¡No! – exclamé.

- ¡No! – repitió Yoongi soltando mi brazo como si le quemara en las manos. – Salgamos de aquí, la próxima vez no podré controlarme.

Cogió el atizador y subimos las escaleras. Me hizo una señal de que esperara y abrió la puerta. Oí un golpe y dejé de respirar hasta que Yoongi apareció y me indicó que ya podía salir, pero que lo siguiera sin hacer ruido. El guardaespaldas de mi tío estaba inconsciente en el selo con la cabeza exageradamente torcida. Miré a Yoongi, tenía sangre en la comisura de los labios. Señaló la puerta que llevaba al despacho de “mi tío”, estaba entreabierta y se oían voces lejanas. David decía algo y los demás parecían estar de acuerdo. Miré a Yoongi desesperada, era la única salida. Me comprendió y señaló las ventanas cubiertas por las pesadas cortinas. Cruzó el salón con su habitual elegancia, pero aunque acababa de beber, todavía mantenía cierta distancia conmigo, como si no se fiara del todo de sus impulsos. Le cogí del brazo cuando fue a abrir la ventana.

- La alarma – susurré.

Bajó el brazo con un soplido. Escuchó un momento las voces en el despacho y luego miró por la ventana.

Se oyeron las sillas moverse, se entreabrió la puerta y se encendió la luz del salón.

Los guardaespaldas gritaron sorprendidos al vernos, Yoongi les lanzó el atizador, abrió la ventana y la alarma sonó ensordecedora. Me cogió de la cintura y salimos mientras David daba órdenes. Corrimos por el jardín cogidos de la mano.

Corrí sin saber adónde íbamos – detrás de nosotros se oían voces -, dimos la vuelta a una esquina, me tropecé y me caí sobre Yoongi, que me levantó de un tirón para seguir corriendo. Salimos a la calle, al mundo exterior, donde habría gente y no nos podrían hacer nada en contra de nuestra voluntad.

Pero en ese momento, sentí un tirón hacia atrás, y me levantaron en volandas. Yoongi se dio la vuelta mostrando los dientes mientras yo pataleaba, intentando soltarme y gritaba con la esperanza de que alguien me oyera.

- ¡Hacedla callar! – ordenó David.

Ahogaron mis gritos, no podía respirar. Hice todo lo que pude para liberarme. Pero fue en vano. La piel bajo mis dedos era fría como mármol recubierto de cera. Oí golpes y gemidos de dolor. Me pareció reconocer la voz de Yoongi. Necesitaba aire, pataleé, pero la mano apretó más aún, y mi vista se nubló. Me llevaban a pesar de mi inútil resistencia.

 

Vi caras, luz, libros, una escalera: descendíamos. Me soltaron sobre una alfombra, respiré hondo, desesperada, y reconocí el sótano. Un guardaespaldas me observaba impasible. Sólo pensaba en lo que le podía haber pasado a Yoongi y en salir de allí. Le di una patada en la espinilla al gorila, que gruñó sorprendido, y salí corriendo hacia la escalera. Sentí un fuerte golpe y caí de rodillas, antes del primer escalón.

 

 

Hubo una explosión de dolor y una oscuridad en mi cabeza, que me llevó a la nada.

 

 

¡Hasta aquí el capítulo! <3

Espero que lo disfrutéis muchísimo.

Muchas gracias por el apoyo.

Historia adaptada.



#96 en Fanfic

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Editado: 12.06.2020

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