Fiesta
No sé dónde estoy, siento dolor en mi vientre, pero estoy tranquila, el dolor no me atormenta, mi mirada es borrosa, pero distingo a un hombre, por la posición en la que esta supongo que estoy en el suelo, ¿Qué paso? ¿Por qué estoy aquí?
Nahiara…, ese es mi nombre, Nahiara...
—¡Nahiara es hora, se te hará tarde de nuevo!- un sueño más del que mi mamá me despierta, un sueño más que me deja un hueco en el estómago
—¡En un momento bajo!- respondí para empezar con mi día
Salgo de la cama y entro al baño para darme una ducha, cuando termino me pongo algo para la escuela y me termino de arreglar, al final bajo por las escaleras y voy directo a la cocina.
—Buenos días mamá- digo dándole un beso y sentándome en la alacena del lugar para comer unos deliciosos hockeys
—Buenos días hija, ¿cómo amaneciste?- pregunto sentándose a mi lado para comenzar con el desayuno
—Bien- respondí poco convencida logrando una mirada interrogativa de mi madre —Bueno, tal vez volví a tener un extraño sueño- dije encogiéndome de hombros
—¿Ahora que fue?- pregunto tomando una porción de su desayuno
—No lo se muy bien, lo único que distinguí fue a un hombre, nada más, seguramente lo vi en algún libro- dije restándole importancia al asunto
—Mamá-
—Dime-
—¿Hoy en la noche podría ir a casa de Lía? Quedamos en que me ayudaría con física si le ayudaba con matemática
—Sabes que sí-
Continuamos parte de la mañana platicando un poco, cuando terminamos lave lo que ensuciamos mientras mamá preparaba el auto para llevarme a la escuela, cuando termine tome mi mochila y llegue directo al auto.
Ya en la escuela me despedí de mi mamá y saqué el teléfono para escribir un mensaje de texto.
Mensaje de texto
-¿Dónde estás?
-Ahora llego
-Apresúrate, sabes que no me gusta estar sola en escuela...
-No seas llorona, ya llegué
Fin del mensaje
Miré por todos lados hasta que la vi bajar de su auto justo en el estacionamiento, así que fui directo a ella, cuando me miro abrió sus brazos para poder abrazarla, así que comencé a correr hasta llegar y saltar sobre ella
—Hola pequeña zorra, ¿Qué tal te fue sin mi?- me preguntó, Lía siempre a sido el tipo de persona que no le importa lo que digan los demás sobre ella, ella es así, no tiene prejuicios y es tan directa como puede, a veces me gustaría ser un poco así
—Mejor que cuando estas- respondí para después bajar y reír-
—Las dos sabemos que esa es una gran mentira-
—¡Oye! Yo también puedo sobrevivir sin ti-
—Si claro, eso quiero verlo-
La ventaja de llegar temprano es que tenemos tiempo para hablar, Lía es mayor que yo así que ella está en un salón y un grado diferente al mío, aún recuerdo cuando nos conocimos, fue justo aquí en este estacionamiento.
Terminaban las clases y yo estaba esperando a mi mamá para ir a casa, siempre eh sido una chica ciertamente antisocial, pero lo que me diferencia ahora de antes e que antes permitía el bullying, esa tarde algunos de mis compañeros vinieron a molestarme y como en ese momento no deje que lo hicieran me dieron una golpiza.
Por suerte Lía iba llegando cuando apenas comenzaban los golpes, así que a su manera los ahuyentó del lugar y me ayudo, desde ahí empezó nuestra amistad.
—¿Cómo te fue en tu viaje a Irlanda?- pregunte para continuar con la conversación
—Malditamente extraño-
—¿Extraño? ¿Que fue tan sorprendente para que pudiera atrapar la atención de gran y aburrida Lía?- respondí con sorna mientras ella suspiraba
—Hadas…- respondió a lo bajo
—¿Qué?-
—Hadas maldita sea- siseo entre dientes
—Te escuché, no es necesario que te enojes- dije un poco molesta —No entiendo muy bien lo que dices-
—Vi un hada- respondió, lo cual claramente es una broma, si algo la caracteriza es que suele ser sarcástica en ovaciones
—Y yo un dragón, mira, justamente hay uno en tu hombro- bufé, pero si cara no parecía mostrar una pizca de agrado
—No estoy bromeando-
—Si claro-
—Nahiara yo…- el sonido de la chicharra no la dejo continuar, nos dimos una última mirada y cada una tomo su propio camino
Cómo siempre fui la primera en entrar a clase, tome lugar al fondo y espere a que todo el salón se llenará de alumnos, así pase todo el día, entre clase y clase no dejen de pensar en lo que dijo Lía, digo, es Irlanda, ¿Qué acaso no es famosa por sus cuentos de hadas y duendes? En fin, saliendo de la escuela Lía me llevo en su auto directo a su casa, una de las primeras cosas que descubrí sobre ella cuando nos conocimos es que vivía sola, su relación con su madre no fue la mejor, ella se separó de su padre y cada quien se fue por su lado.
Su madre se llama Morgana, no sé mucho de ella y tampoco es como si quisiera saber, de su padre tampoco sé mucho, lo único que se es quien le da parte del sustento para poderse mantener.
Bajamos del auto y abrimos la puerta, yo dejo la mochila sobre un sillón y voy directo a la cocina por un vaso de agua fría.
—Oye, ¿sigues enojada?- pregunté lo más sutil que pude dejando el vaso sobre la encimera
—No- respondió sirviéndose un vaso con agua
—¿Segura?- volví a preguntar mirándola a los ojos
—Sí-
¿Enserio me tiene que pasar esto a mí? Dios, ¿Qué karma tengo que pagar?
—Vamos Lía, no te vas a enojar solo porque me reí un poco ¿O si?- solo se encogió de hombros
—Oh por dios Lía, fue solo una risa y nada más, así que para que no te lo tomes tan a pecho dime qué fue lo que pasó en tu maravilloso viaje- dije resignada a escuchar su historia
—Nada, solo pasó lo que te dije- atacó dejándome saber si postura