Mi madre es un Hada..?

Historia

-¿Qué es lo que quieres hablar?- pregunto mientras me siento a su lado

-Sobre esto tus dudas, todo- suspira

-¿Todo?-

-Bueno, solo sobre lo que no tenga que ver con tu nacimiento y tus colores, de lo demás no podre hablar-

-Eso creí…- baje la mirada –Quiero saber sobre ti ma, quiero saber quién eres-

-Bueno, mi nombre es Tiana Koskinen, tengo 130 años de edad, también soy reina de la corte blanca- termina

-¡¿130 años?!- grite a todo pulmón

-Sí Nahiara, tengo 130 años- la miro sin creerlo ¿cómo es eso posible? –eso es porque nosotros los sobrenaturales envejecemos más lento, por eso es que no lo aparentamos- me sonríe totalmente tranquila ya vi lo que planeas madre.

-Ni creas que no me di cuenta de tu intento por evadir mi pregunta que bien sabes a que me refiero- su sonrisa se borra de su rostro –yo conozco a Elena Koskie, que por lo que me doy cuenta no solo cambiaste el nombre, también el apellido. Mi punto es que yo conozco esa mujer, pero no conozco a la que tengo frente a mí, no conozco a Tiana Koskinen, no sé de dónde viene, no se sobre su hermana, no se sobre mi padre. Cuéntame tu historia Tiana-

-Esta bien…- se resigna –Pues todo empezó por mis padres, los dos tenían un romance secreto, uno totalmente prohibido: el blanco y el negro unidos. Eso era una falta muy grave, pero ellos se las arreglaron, de ellos nacimos Morgana y yo, las dos crecimos juntas hasta los cinco años, cuando nos separaron por ser diferentes…

Tiana

Años atrás

-Mami ¿Por qué no puedo estar con mi hermanita?- le digo a mi madre que se encuentra totalmente desconsolada

-Porque las tenemos que proteger mi amor, por eso las separamos. Desde este momento solo somos tu y yo, nadie más- me besa en la frente

-Esta bien mami, como tu digas- le doy un beso mientras salgo de su aposento

Antes de que nos separaran Morgana y yo escuchamos una conversación de nuestros padres donde hablaban sobre lo que harían, las dos nos acordamos para vernos siempre, en la mitad de la noche justo a la mitad del bosque, dónde se separaban los dos reinos. Cada día que pasábamos lejos la una de la otra esperábamos hasta la mitad de la noche para vernos en ese lugar, siempre nos preguntábamos como estaban nuestros papas, también contábamos nuestras aventuras y todo lo que nos pasaba.

Así fue, de un momento a otro teníamos diez años, el día de hoy los habíamos cumplido, mismo en el que hice un regalo para darle en la noche, también prepare unas galletas con relleno de chocolate que le encantan. Espero con ansias a que de la hora, cuando llega salgo por un pasadizo que encontré hace mucho.

Tomo camino a mi destino, voy volando para no perder más tiempo y así llegar temprano, estoy a nada de llegar pero choco con alguien.

-¡Auch!- digo mientras me sobo la cabeza

-Lo siento, no estaba viendo por donde iba- alzo la mirada y lo primero que veo es a un muchacho muy atractivo, su piel es de un moreno claro, cabello blanco, pestañas del mismo color, brazos un poco trabajados y voz un poco gruesa. Le calculo unos veinte años

-No pasa nada, si no le importa tengo prisa, con permiso- lo  esquivo pero vuelve a intervenir en mi camino

-¿Qué no se supone que debe estar en el castillo my lady?-

-Por favor no me llamé así, respondiendo su interrogante es algo que no es de su incumbencia, así que con permiso, me esta retrasando- me noto molesta

-Disculpe, pero es mi deber como ciudadano velar por el bienestar de la siguiente monarca- vuelve a intervenir

-¡Maldita sea, me está atrasando!- grito totalmente enojada, cuando noto las palabras que dije me cubro mi boca abriendo mucho los ojos

-Disculpe, no la atrasare más, cuídese-

-Gracias- digo saliendo de esa situación, por no decir huyendo.

Cuando llego al lugar veo a mi hermanita sentada en la rama de un árbol maldito hombre

-Morgana, perdón por llegar tarde, una persona me atraso, enserio lo siento- cuando se da cuenta de mi presencia viene hacia a mí y me abraza con todas sus fuerzas

-¡Hermanita! Pensé que no vendrías- alzo una ceja alejándola

-¿Y cuándo lo he hecho?- le sonrío mientras caminamos al castillo de nuestro padre.

Empezamos a platicar sobre nuestro día, que nos pasó, lo que nos dieron y todas esas cosas. Llegamos al palacio donde nos recibe una fiesta sorpresa organizada por papá, mientras todos gritan al unísono <<¡Sorpresa!>> abrazamos a nuestro progenitor, incluso a algunas pocas personas cercanas a nosotras, las cuales saben toda nuestra historia.

-Muchas gracias- le decimos mi hermana y yo mientras nos apretuja en sus brazos

-Todo por mis niñas hermosas-

Pasamos un rato festejando entre los tres, también nos dieron más regalos, todos muy bonitos, pero cuando termino Morgana me dijo que fuéramos a su cuarto, pero debía cerrar los ojos, la obedecí dejando que me guiara para no caerme, entramos y me deja abrirlos. Lo primero que veo es una pequeña mesa adornada, también hay un pastelito muy pequeño con una flama negra enésima, el cuarto está adornado de globos blancos y negros, también distingo unos brillos que asemejan a las estrellas y dan brillo al lugar.

-Esto es hermoso…-

-Me esmere en esto para ti Tiana- camina a un lugar tomando en sus manos una pequeña cajita –Ten, es mi regalo para ti- me la estrega, cuando la abro vislumbro dos hermosos collares, uno con una piedra de oxidiana amarrada con un listón blanco, el otro tiene una piedra de ópalo blanco rodeada de un listón negro.

-Son hermosos Morgana- le sonrío

-El negro es para ti, el blanco es el mío, así nunca me olvidaras y yo no lo haré, siempre estaremos unidas hermana- contengo mis lágrimas

-Yo también te hice un regalo- voy por una caja y se la entrego –ten-




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