En algún lugar...
—Mi señora, ¿Qué aremos con él?- dicen los dos guardias que han entrado dejando el cuerpo de alguien moribundo sobre mis pies
—Mmm, no lo sé ¿Para qué me servirás?- me pregunto dándole una pequeña patada en el abdomen –Estas débil y moribundo. No me sirve, mátenlo- ordeno
—¡No, por favor, piedad mi señora, piedad!- alzo la mano dando la señal de que lo dejen un poco más aquí
—¿Qué me ofreces?- le digo tomando su mentón con una de mis manos
—¡Lealtad mi señora, lealtad eterna!-
—Eso no me sirve, llévenselo- los guardias hacen caso a mi orden tomándolo de los brazos para llevárselo a su final
—¡No, por favor, no me puedes hacer esto después de haberte ayudado! ¡Por favor, piedad, piedad!-
Cuanto adoro que supliquen por su vida, me hacen sentir tan malditamente poderosa, saber que su vida depende de mí solo los hace temblar de miedo y respetarme como a nadie más, simplemente es magnífico.
—¿Era realmente necesario matarlo?- me pregunta
—¿Y era realmente necesario que aparecieras justo en mi momento de goce?- ruedo mis ojos
—Tengo información-
—Habla- escucho un gran suspiro de su parte mientras se coloca frente a mi arrodillándose
—Nahiara ha sido coronada, se hace llamar Amaris- bonito nombre pienso –También, según la información que me dieron algunas sirenas, dijeron que habla directamente con la Diosa Luna, he incluso parece que tiene…- esto no me gusta
—¿Qué tiene que?- pregunto pero parece dudar en decírmelo -¡¿Qué tiene que? maldita sea!- exploto
—Los dos colores, cuando llego al lugar su polvo poseía un ligero color negro, al parecer Tiana intento ocultarlo, pero el poder de su hija es mayor su majestad-
—¡Mierda y mil veces mierda! Ella no puede ser, tiene que haber una equivocación, no es hija legitima- maldigo levantándome de mi trono
—Puede ser verdad, tal vez no es hija legitima, pero es nieta y si la Luna la ilumino no hay nada que la compare- pero como…
—¿Cómo te atreves a decir que no hay nadie que la compare?! ¡¿Acaso no me estás viendo?!- le digo mientras levanto su rostro tomándola por los cabellos
—Lo lamento mi señora, espero mi castigo para corregirme y pensar en mis actos- dice
—Déjalo así, solo vete y déjame sola- asiente levantándose del suelo
—Con su permiso su majestad- dice mientras se pierde en la oscuridad del lugar.
Pero no entiendo cómo es posible que ella pueda tener ese poder y ese don, no le pertenece ¡No le pertenece ¡¿Es que acaso Tiana no se cansa de quitármelo todo en la vida?, primero se lleva a MI madre, después se lleva a MI marido y ¿ahora piensa robarme la corona con quien se supone debería ser MI hija y no la suya? –¡Maldita sea!-
Nahiara
Amanezco como hace mucho no lo hacia, abrazada a mi madre en la misma cama es la sensación más bonita que he tenido, sentir su calor, su protección me hacen sentir segura y feliz, es algo que no puedo explicar.
—Buenos días hija- me dice
—Buenos días mami, ¿Qué tal amaneciste?-
—Muy bien, hace mucho que no dormíamos juntas, la ultima vez fue en aquella tormenta- rayos
—¡Estaba pequeña!- refuto ante su burla
—Tenías doce Nahiara, no estabas pequeña- me dice
—P-Pero en mi defensa todo estaba muy oscuro y había demasiados rayos, así que mi miedo es comprensible- me defiendo, pero terminamos riendo
Salimos de la cama y mi mamá se fue a su aposento para bañarse y arreglarse, yo hice lo mismo, cuando termine baje para empezar a desayunar, ahí ya se encontraban Erick y Adonis.
—Buenos días- hablo
—Buenos días Banphrionsa- dicen los chicos al unísono
—¿Es enserio chicos?- les digo pero parece que no entienden hombres… -¿Qué si es enserio que me van a llamar princesa cada vez que hable con ustedes?- les específico
—Claro, pese a todo te debemos respeto my lady- habla Erick
—Exacto, es nuestra superior y como tal la tenemos que tratar- habla Adonis respaldando la idea del peliblanco
—Hay días en que los quiero asfixiar, pero los aprecio lo suficiente como para no hacerlo, tienen suerte- digo mientras los chicos no logaron aguantar la risa por hacerme enojar tan fácil
—No le encuentro lo gracioso- le digo
—Tienes que aprender a controlarte Nahiara, en una discusión real tienes que controlar todo en ti para ganar- habla Erick
—Es cierto, si te enojas así de fácil te derrotarán moralmente, simplemente te harán papilla en la discusión sin mover un dedo- respalda Adonis
—¿Podrían dejar de regañarme y por favor empezar a comer? Muero de hambre- les digo
—Con que por eso estas tan irritante- lo fulmino con la mirada –Oye tranquila, aun no quiero morir- alza las manos en señal de paz
—Entonces comamos- asienten y empezamos con el desayuno
Cuando terminamos mi madre apenas está bajando para empezar a comer, yo quiero acompañarla, pero me dice que tengo que hacer mis deberes o se acumularan. Decido hacerle caso y empezar con lo de siempre, esta vez he terminado temprano así que tengo tiempo para entrenar un poco, fui con Adonis quien se encontraba con los soldados entrenando cuerpo a cuerpo.
—Hola- saludo y todos se detienen haciendo una pequeña reverencia
—Pueden continuar- digo
—¿A que se debe su visita?- me pregunta Adonis
—¿Es enserio?- no puedo creer que siga con las formalidades, estar con Erick le afecta la cabeza
—¿Aun tienes hambre?- lo fulmino con la mirada mientras muestra una pequeña sonrisa por su logro
—No, no tengo hambre, quiero entrenar- parece que ninguna mujer había entrenado nunca pues la cara de los soldados fue de total sorpresa, incluso uno empezó a reír “discretamente”
—Nahiara, no creo que sea prudente que…-