Erick
Inicie mi día levantándome temprano y pensando que broma hacerle a Adonis quien se ha convertido en una especie de conejillo de indias para aplicar castigos a las personas irresponsables, la última vez que le aplique una a el termino tirándose al suelo, algo que me agrado demasiado.
—¡Buenos días! Veo que ya no te han gustado mis tan especiales saludos- digo cuando veo que mi victima ya está terminando de cambiarse
—¡Claro que no! No es gracioso despertar con hielo en los bóxers- termino de arreglar su pantalón para después aventarme una almohada la cual atrape
—Vamos Adonis, fue una inocente broma- tome la misma almohada y se la lance justo en su rostro
—¿Inocente?- preguntó irónico mientras salía de su cuarto
—Está bien, lo acepto me pase un poco de la raya, pero tienes que admitir que fue divertido ver cómo te retorcías en el suelo por el frío- levante mis manos en señal de paz, pero sin borrar la sonrisa en mi rostro
—Solo espero el momento indicado para hacerte pagar lo que hiciste- volteo a verme con una sonrisa psicópata
—No es bueno ser vengativo- responde Nahiara quien aparece detrás suyo
—Créeme que no dirías lo mismo si tu hubieras sido la victima de su broma- la miro y juraría que hay gran atracción entre ellos dos, perfecto
—¿Qué hiciste Erick?- pregunto curiosa
—Un poco de hielo por aquí, un poco de hielo por allá, ya sabes- encogí mis hombros haciéndome el desentendido
—Tienes que contármelo algún día, así podré pedirte consejos- me guiño el ojo en complicidad
—¡Oye! Se supone que debes estar de mi lado- replicó Adonis
—Bueno, mientras ustedes pelean yo me retiro, tengo cosas que hacer- me despedí de ellos y me alejé, siento que hago mal tercio
Desayune con algunos soldados del reino y después fui con la reina para acompañarla a sus reuniones semanales con la corte negra, de la cual se nos ha hecho saber que su nueva reina es Alina, lo que se me hace raro porque no recuerdo que el antiguo rey tuviera alguna sobrina o algún otro familiar en su línea de sucesión, en fin, hoy es nuestra primera reunión con ella después de la desaparición del rey, suponemos que se fue con Morgana tiempo después.
Llegamos al lugar de la reunión y a lo lejos puedo apreciar una joven de aproximadamente veinte años, con un cuerpo que esta enfundado en un largo vestido del color perteneciente a su corte de mangas largas y hombros descubiertos, su cabello negro azabache parece tan lacio que los rayos del sol se reflejan el, en su cabeza habita una corona color negro acompañada de pequeñas esmeraldas que la hacen ver aún más espectacular junto a su piel blanca y labios malditamente carnosos, ojos almendrados acompañados de dos enormes pozos que hacen querer perderte en ellos.
—Deja de verla así o harán que te corran del lugar- me susurra la reina
—No estoy viendo a nadie- me hice el desentendido
—Solo digo que te controles- me volvió a susurrar
En el fondo siento que tiene razón, la estoy acosando con la mirada y aunque no debería de pensar esto ya que se trata de otra posible traidora es irresistiblemente hermosa algo de lo que hasta un ciego se daría cuenta. Con esos pensamientos me mantuve toda la junta, algo que a mi parecer fue extraño, pero al mismo tiempo sensacional, nos retiramos del lugar y caminamos hacia el palacio.
—Erick- me habla la reina
—Si mi señora- respondí colocándome a su lado
—Ya estamos solos, puedes dejar las formalidades a un lado-
—Gracias, pero no creo que solo para eso me llamaste ¿o sí?- me detengo en mi caminata cuando ella lo hace
—Tienes razón, no lo hice por eso, sino por la reina Alina- cuando la menciona siento como mi pulso deja de aparecer
—¿L-la reina Alina?- tartamudee
—Sí, ella, me di cuenta de cómo la mirabas, algo de lo que sin duda pienso reprenderte, pero será más tarde-
—No entiendo tu punto- fruncí el ceño
—Mi punto es que no tengo en contra de que te guste, incluso de que tengan una relación, pero tengo que advertirte que es alguien de quien ni siquiera sabíamos de su existencia, así que debes tener cuidado, esto no te lo digo como reina, te lo digo como una vieja amiga- coloca una mano en mi hombro derecho y me sonríe
—Gracias- le devolví el acto
Llegamos al palacio y ella fue a su oficina mientras tanto yo acomodaba algunos papeles, aun no es muy tarde así que puedo entrenar con los muchachos, he de decir que la princesa tiene un carácter fuerte cuando está en la arena, pero a veces sus inseguridades en sí misma no la dejan avanzar. En fin, tengo pensamientos por los cuales me debo de preocupar realmente, un ejemplo: la atracción que siento hacia Alina, es un pensamiento y sentimiento que no puedo explicar, pero que al mismo tiempo me causa querer más. Tengo mucho que pensar
Adonis
Aunque ya pasó mucho tiempo desde lo que sucedió aquel día en el parque de diversiones sigo sin poder sacarlo de mi mente, por más que le doy vueltas no encuentro una explicación razonable a lo que vi y sentí. Las hadas poseemos algo como un sexto sentido, este sentido nos permite reconocer a personas que queremos y apreciamos a pesar de que no las vemos, es como sentirlas en el alma.
Lo que no logro entender con aquella tarde es que no sentí ese lazo tan real, podía jurar que era ella, pero cuando me tomo el tiempo de sentirlo hay algo fuera de lugar. Miro al cielo distraído y sumergido en mis pensamientos, lo que provoca que no sienta cuando Nahiara llega alado mío.
—Hola- me saludo tapando mis ojos
—Hola- tomé sus manos y les di un pequeño beso
—¿Qué haces aquí tan noche?- se sentó a un lado mío tomando sus rodillas
—La pregunta aquí es ¿qué haces tú despierta tan noche?- pregunte colocándome en la misma posición que ella