Un dolor en el pecho y un pensamiento que no cesaban eran las causantes de su indecisión, de su duda, pero solo algo tenía claro, amaba a Adonis hasta lo más profundo de su ser, no se veía capaz de imaginar un futuro sin el, aquel futuro, aquel futuro…
—Yo…- miró a su alrededor con incertidumbre viendo como todos esperaban con ansias su respuesta, y solo un suspiro bastó
—Yo Nahiara, acepto unir mi vida por la eternidad hasta que la muerte me separé de Adonis- un suspiro más y el ambiente se volvió menos tenso
—Dicho eso, que la luna los acompañe hasta el final de sus días y que la muerte les brinde una larga y maravillosa vida, y como la tradición humana dice, es momento de dar los anillos-
Con un poco de magia apareció el de cada uno, los cuales, a decir verdad, eran hermosamente únicos. Adonis tomo el anillo que se encontraba a su lado y lo colocó en la mano de su amada.
—Es hermoso- le susurro, y en verdad lo era, estaba hecho de oro formado de pequeñas hojas que dejaban al centro una pequeña piedra azul.
—Lo se, en ella encuentro tu belleza y tú paz-
Nahiara dio a revelar el suyo colocándolo en la mano pálida de su amado, aunque era pequeño portaba gran peso pues estaba formando con un poco de magia, era un anillo de oro, con un grabado en su interior.
—Tengo que aceptar que no encontré algo que me gustará, así que lo imaginé y lo cree, algo inesperado no?- sonrió
—Por supuesto- respondió devolviendo la sonrisa mientras la luna iluminaba la noche aún más.
—Hecho esto quod luna est uniens, mors perimit. Adonis, puedes besar a la novia-
Un beso y las risas y aplausos no se hicieron esperar, para ellos pasaron cientos, miles de años juntos en los que habían formado una familia y creado un reino mejor, pero los aplausos y la voz sarcástica de alguien los hicieron volver a la realidad.
—Vaya, vaya, vaya, quién lo iba a esperar, la princesa y el hijo de Kylo siendo unidos por la reina Tiana, ¿Quién lo diría?-
—Eider…- susurro Nahiara
—Sí, ese soy yo- hablo con orgullo viendo como la pequeña lo miraba con extrañeza —Recuerda que soy un sobrenatural, tengo un buen oído- presumió
—Eider, que gusto tenerte aquí, ¿A qué debemos el gusto de tenerte aquí?- mencionó Tiana igual de desconcertada que los demás
—Oh reina mía, creo que no vengo a darle buenas noticias, llevar una colonia entera hambrienta de sangre no es fácil- menciono en son de reclamo
—Creo que es así, pero…
—Pero no e venido aquí como un aliado- la interrumpió secamente, dejando ver qué no era una broma, y eso lo confirmo cuando trono los dedos y una flecha voló y calló en el suelo cerca de la hermosa pareja, dejando ver cómo la flecha hacia morir una parte de lo que se encontraba cerca de ella.
—Eso….
—Eso es un poco de lo que tiene preparado mi reina oscura- declaro volviendo a interrumpirla- ahora ah nacido la nueva era, el nuevo mundo, es momento de que mi señora tomo todo aquello que le ha sido arrebatado y todo aquel que se te una reina blanca tendrá que esperar aquello que tanto temías-
—Pero bueno, no es para que pongan esas caras tan serias, ¡sonrían! - habló con ironía -bueno, bueno, yo me tengo que ir, es una lástima que lo haga tan pronto, mientras tanto- hizo una reverencia -Mi lady, mi lord, me despido, les deseo lo mejor, chaito- con una falsa sonrisa dio media vuelta y desapareció
Solo eso bastó para que la luna dejara de brillar y el cielo se cubriera de nubes negras, esto no era un broma de mal gusto, era una advertencia, una muy real.
Todos estaban en shock, no sabían cómo reaccionar, uno de los tres miembros había dado la espalda a todo aquello que defendían con honor, los había traicionado. Y claro, esto era una advertencia, pero todos sabían que Morgana no era el tipo de personas que solo decía palabras por decir, no, claro que no, ella actuaba y ahora lo estaba haciendo.
Una flecha con fuego hacia uno de los árboles y de desató el caos, cientos de vampiros desenvainaron las espadas y fueron directo a la reina. Lo único que Tiana pudo hacer fue crear un domo protector lo suficientemente grande para resguardar a todos.
—¡Nahiara, ven aquí!- solicito su madre haciéndola reaccionar —Necesito que escuches atentamente-
—Pero…-
—¡Que me escuches maldita sea!- reclamo con más que furia en sus ojos, con preocupación… —A quién vienen a buscar no es a mí, lo sabes bien, así que mueve tu maldito culo y sal de aquí-
—Yo…-
Sin más Tiana dejo un pequeño espacio abierto para que su hija saliese, Nahiara lo dudo un momento, pero sabía que si no lo hacía las consecuencias serían peores, dando una última mirada escapo del lugar, en medio de los árboles empezó a correr lo más rápido que pudo, rasgando así todo aquel vestido llenándose de tierra y lodo buscando un lugar donde poder comenzar a volar. Mientras tanto Tiana ocupaba todas sus fuerzas para mantener el solo en pie con los vampiros golpeando cada vez más fuerte.
—¡Adonis!- gritó- necesito que saques a todas estas personas de aquí, tienes que luchar y ser mejor de lo que eres, sabes que si no lo haces todos moriremos- sin una respuesta por parte del chico puso manos a la obra.
Algunas hadas utilizaban un poco de su magia para crear reflejos, estos darían la apariencia de que todos siguen aterrorizados mientras llevan a cabo su plan, con Adonis escarbando un pequeño túnel para pasar desapercibidos y las hadas creando reflejos mientras Nahiara por fin pudo extender sus alas y volar hacia su reino, ya ahí apenas comenzaba su verdadero infierno.
A lo lejos, un ejército entero de una especie de hadas y vampiros se aproximaba al pueblo, así que con mayor velocidad hacia lo posible para poder llegar a Erick, ya ahí todo se volvió más complicado.
Desde otro punto Adonis y Tiana fueron sacando la mayor parte de hadas que podían, pero tenían que ser rápidos, la reina empezaba a quedarse sin fuerzas y era obvio que. O lograrían salvar a todos.