Mi Mate

Capitulo 11

Capítulo 11

NARRA SARA

La noche paso con unas cuantas interrupciones, me he dado cuenta de que llora cada tres horas, y sinceramente no he podido hacer más que acunarlo, se había acabado los polvos en leche que quedaban de la hija de mi amiga, el pobre tenis hambre.

Se que no debería de haber estado pensando en nombres pero eso fue inevitable cuando cada vez que lo veía llorar se calmaba con mi tacto, sentí como si fuera mío, era tan bonito, con sus mejillas sonrojadas por el llanto y sus largas pestañas, no había abierto los ojos pero sin que lo hubiera hecho ya sabía que iban a ser preciosos, descubrir a este niño, me hizo replantearme muchas cosas en mi vida como si de verdad estaba dispuesta a renunciar a este sentimiento que me inundaba cada vez que lo miraba, ese instinto protector, ese cariño que nacía desde lo más profundo de mí.

 

La mañana había llegado y no podía dejar el tema de la comida por más tiempo, le llevo agradeciendo a mi amiga cada cosa que se ha dejado en la mansión de su hija.

Por ejemplo, se ha dejado un porta-bebes de esos que se llevan amarrados a tu cuerpo.

Y como no había carro, decidí que ese sería el medio de transporte para este rico bebe.

Así que lo bañé con cuidado tal y como aprendí a cuidar de los hijos de Lucía, lo estaba haciendo con él.

Cuando los dos estuvimos listos, salimos hacia el supermercado de la ciudad, era extraño, pero en la manada no había ninguno que pudiera ayudarme a arreglarlo.

En ese momento me di cuenta de que no tenía como trasladarlo al coche, pero como había estado haciendo las últimas horas desde la llegada de esta preciosura, pensé en mi amiga, que una vez más incluso no estando me salvó.

El coche de ellos estaba aquí por que salieron de la mansión con el chofer del castillo y con Marcos.

Por eso me alegre cuando visualice su coche en la entrada, coja las llaves del tablero y me dispuse a salir por la puerta, no me di cuenta hasta que estuve fuera de que el día había mejorado desde esa noche, el sol estaba escondido pero no llovía y no tenía pinta de que lo fuera a hacer, así que seguí con mi camino deje al niño que estaba dormido en la parte de atrás del coche en la silla, y arranque.

Media hora después estábamos en la ciudad, recorrí las calles en busca de un supermercado, y aparqué en él.

Me puse el porta-bebes y lo cargo ahí, al principio con miedo, pero cuando me asegure de que nada malo le iba a pasar me adentre en el supermercado, por lo que me parece a mí no es un bebe con mucho tiempo creo que como máximo tiene un mes.

Así que, con eso, compre los artilugios que me parecieron que necesitaba para cuidar a un bebe.

Se que no podía estar haciendo esto sin mi Marcos, pero tampoco tenía más opciones, estaba claro que no lo llevaría a ningún sitio del que no estuviera completamente segura y como no había sitio más seguro que entre mis brazos, llegue a la conclusión de que no debía de pensarlo mucho más.

Después de comprar toallitas, pañales, crema, colonia, biberones, comida y un chupete, salí de la tienda un poco cargada, pero esa no iba a ser mi única parada debía de ir a por ropa para él bebe no podía quedarse sin vestir.

Así que nos dirigimos a un centro comercial.

Las plazas abarrotadas me dieron una sensación de tranquilidad, si necesitaba algo seguro que podía conseguir ayuda.

Entre en la primera tienda de bebes que vi, compre muchas cosas, creo que me pase con eso, pero no pude evitarlo

Ropa, bañador, zapatos, un gorro, mantas y como vi que tenían accesorios, coja un sonajero, y me lleve el porta-bebes que es para el coche y que puedes llevar en la mano.

Se que no sabía lo que pensaba Marcos de esto, pero yo tengo claro que no me pienso rendir a la hora de luchar por quedarme con él.

Incluso había estado pensando nombres.

Se que todo es muy precipitado, pero no podía dejarlo, me negaba a hacerlo.

Sentí un olor rancio que provenía de mí, y enseguida me di cuenta de que él bebe había hecho caca, así que sin más remedio me apresure a salir de ahí, después de pagar todo, fuera del establecimiento busque con la mirada unos aseos públicos, conseguí dar con unos, pero cabe destacar que estaban un poco más lejos de lo que me esperaba, y él bebe comenzaba hasta a pesar más.

Llegada la hora de la verdad no se ni como lo hice, tuve arcadas de solo quitarle el pañal, pero lo conseguí, eran las dos de la tarde cuando me dirigía al coche de nuevo, llevaba las manos cargadas con bolsas y detrás de mi venia un señor de la tienda donde compré el porta-bebes para ayudarme con mi compra.

Debería de haberme cortado un poco a la hora de comprar, pero es que me resulto imposible.

No sé cómo lo hizo, pero conseguí llegar hasta las llaves del coche en el fondo de mi bolso, y abrir el maletero.

No cabía todo ahí así que metí parte en la parte de atrás del coche junto al bebe, y emprendí mi camino de regreso a casa.

Tras un rato de conducción llegue a la entrada del castillo, aun no me acostumbro a todo esto, pero no tuve que bajarme a que me abrieran la puerta, porque ya lo habían hecho, el olor de Marcos llego a mí y sin evitarlo salí corriendo hasta el que me esperaba con una sonrisa en el rostro.

Aun no se había percatado de que en el coche había un ser humano que venía a mi cargo, tras saludarnos me gire al coche para ir a por lo que había comprado.

Él me siguió hasta allí con cara de confusión, que de pronuncio más cuando abrí el maletero.

- ¿Que es todo esto Sara? -

Mi nerviosismo apareció cuando el llanto del bebe se escuchó reclamando que era la hora de comer, así que sin mirarlo ni contestarle me dirigí a sacar al bebe del coche y acunarlo, cuando levanté la mirada, pude ver dos emociones cruzando su cara la sorpresa y la ternura.

La sorpresa pronto se convirtió en molestia cuando olfateo el aire y se dio cuenta de que era un humano.



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En el texto hay: mates, hombrelobo, beta

Editado: 18.05.2021

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