Maddie
Hoy había amanecido de muy buen humor, estaba pensando en recoger a Amara para ir las dos juntas al instituto.
Irónico, lo sé.
Que si la odio, sí.
El día estaba soleado y caluroso, desayune una ensalada de frutas con juego de naranja, luego subí a mi cuarto, me bañe, me vestí con una falda negra que llaga hasta más arriba de la rodilla y una blusa blanca y unos tacones negros, me maquille, y me di cuenta que ya era tarde pero no importaba solo llegaría un poco tarde, y conociendo a Amara no se habría ni levantado, aun así, que iría a recogerla.
Solo quería recoger a Amara para echarle en cara como me la había pasado ayer de bien en el cine con Haziel, y que anoche casi nos besamos, quería restregárselo en la cara para que se muriera de envidia sabiendo que él prefería estar conmigo que con ella.
Ellos se conocen desde que tenían 5 años y se llevaban muy bien, pero llegue yo a los 10 años para arruinar su amistad, cuando llegue a los 10 años nunca había tenido ninguna clase de amistad todos mis amigos siempre hablaban mal a mis espaldas parece imposible de tan solo siendo niños tengan tanta maldad por dentro. Por eso cuando vi la amistad tan linda que tenían Haziel y Amara. Yo quise tener esa amistad mejor dicho quise que toda la atención de Haziel, para que el no estuviera centrado en Amara sino en mí, poco a poco fui haciendo que ellos dos se separaban de poquito a poquito hasta que sin Haziel darse cuenta aparto a Amara.
Lo manipule a mi antojo, lo quería a él.
Después ella quedo en segundo plano, había soñado que Amara se fuera para jamar volver y me dejara a Haziel para mi solita, toda su atención seria solamente para mí y nadie más.
Salí de mi departamento, subí a mi auto y me fui a la casa de Amara.
(...)
Baje del auto y toque el timbre dos veces y nada golpee la puerta y nada.
Amara estaría en clase con Haziel los dos solos no lo puedo permitir.
Salí corriendo al auto casi tropezándome con mis tacones al auto. Conduje lo más rápido al instituto.
(...)
Por suerte cuando llegue Haziel estaba en la entrada del instituto.
—Hola Haziel, ¿Cómo estás? —dije emocionada
—Bien Maddie, ¿y tú? —respondió.
—De maravilla —respondí.
Preferí no preguntarle por Amara, él no se daría cuenta que ella no está, así que no preguntaría por ella.
—Entremos a clases Haziel —dije
—Si entremos y ¿Por qué has llegado tarde tu siempre llegas temprano estabas enferma o que tenías? —pregunto
—Hoy no me sonó la alarma así que hasta no me desperté no vine —mentí
Había llegado tarde por estar arreglándome para Haziel, siempre quiero que él me vea hermosa.
—Vamos —dijo
Entramos al salón de clases y ni un solo rastro de Amara, la verdad era que yo siempre estaba mirando que Amara no estuviera cerca de nosotros, cuando me hablaba la ignoraba apropósito, ella si tenía razón, con lo que yo me daba cuenta de su presencia.
Su presencia me molestaba, el tan solo saber que Haziel pensara en ella un solo segundo me hacía hervir la sangre.
Todo el día no hubo ni un rastro de Amara, Haziel ni siquiera noto que Amara faltaba, en ese momento sentí un poco de pena por Amara, si yo tuviera un amigo desde los 5 años y el no notara mi ausencia además no creyera nada de lo que le digo, y que además les crea a las demás personas antes que a mí me sentiría muy mal.
Espero un día Amara encuentre a alguien para que me deje a Haziel para mí, por eso era que yo alejaba a Amara de nosotros para que se aburriera de la forma en la que la tratamos y consiguiera otros amigos o un novio.
Pero debo admitir que yo alejaba a las personas de ella, no quiero que ella sea feliz.
—Maddie hoy te ves hermosa—dijo Haziel
—Siempre me veo hermosa, querido—respondí
—A veces eres muy arrogante—Dijo Lucy, ella estaba atrás de nosotros, Lucy es la hermana de Haziel y por obvias razones debo soportarla.
—Hola linda—le dije con la sonrisa más falsa del mundo.
—No puedo creer que mi hermano pueda tener de amiga a alguien como tú, una persona falsa y loca—menciono y luego se fue dejándome con la palabra en la boca.
—Tu sabes cómo es Lucy, espero no tomes mal sus comentarios—Haziel trato de tranquilizarme, estaba furiosa como esa idiota se atrevía siquiera a mirarme.