Haziel
—No Mary, lo siento, pero yo no siento ningún tipo de atracción hacia ti, ni sexual, ni física, ni amorosa. —dije
—Pero Haziel si no sentías nada por mí, ¿Por qué me ilusionaste? —pregunto al borde de las lagrimas
—Mary yo nunca te ilusione, tú fuiste la única que pensaste que yo te daba algún tipo de señal, cuando nunca trate de ilusionarte ni de mostrarte ningún tipo de señal Mary.
—Haziel el quedarte callado y nunca decirme que no te gustaba, eso para mí eran señales, porque al quedarte callado es como si estuvieras aceptándolo —dijo para después salir corriendo del salón, con sus manos en la cara.
Tuve que haberle dicho que no sentía nada por ella, pero al pensar que podía romper su corazón al rechazarla no fui capaz de hacerlo, pero me había dado cuenta que todo lo que había hecho se había ido a la mierda, porque al fin y acabo ya su corazón estaba roto por mi culpa.
Salí del salón hasta la entrada, donde vi que el auto de Maddie estaba estacionado, hasta ahora Maddie estaba llegando al instituto, pero ¿Dónde está?, miré hacia todos los lados y no estaba.
—Hola Haziel, ¿Cómo estás? —dijo Maddie apareciendo de no sé dónde.
—Bien Maddie, ¿y tú? —respondí
—De maravilla —respondió.
—Entremos a clases Haziel —dijo
—Si entremos y ¿Por qué has llegado tarde tu siempre llegas temprano estabas enferma o que tenías? —pregunte
—Lo que paso hoy fue que no me sonó la alarma, así que hasta que no me desperté no me di cuenta que ya era tarde —dijo
—Vamos —dije.
Pasaron las clases con todos los días, los mismos maestros y los mismos compañeros aburridos, después del instituto me fui a mi casa. Almorcé, hice las tareas y dormí un rato, la tarde pasó rápido hasta llegar a la noche, me bañe y me dormí.
(...)
Al otro día.
Me levante, hice mis necesidades, desayune, me vestí y fui al instituto en mi auto.
Llegué al instituto me di cuenta que ya era tarde, y como siempre Maddie ya había llegado y me estaba esperando afuera.
—Hola Haziel —dijo feliz
—Hola Maddie, entremos que ya vamos con mucho retraso a clase —dije.
Al ir caminando no te que faltaba algo, pero no sé, pero algo o alguien faltaba, Maddie estaba aquí y tenía las llaves de mi auto mis libros todo, piensa, piensa.
La persona que faltaba era Amara desde ayer no la había visto y hoy no había venido.
—Maddie tu sabes, ¿por qué Amara no va venido al instituto ni ayer ni hoy? —pregunte
—Haziel de que hablas yo no conozco a ninguna Amara —dijo riendo nerviosa
Pero que le está pasando a Maddie, como puede decir que no conoce a ninguna Amara, cuando ella es su mejor amiga, y además que la conoce hace muchos años.
—Maddie no puedo creer que no me había dado cuenta que todo lo que Amara decía, que tú solo la ignorabas era verdad, y no lo puedo creer de ti Maddie, tu siempre decías que ella era tu «mejor amiga». ¿Por qué es que no quieres a Amara?, ¿acaso ella te ha hecho algo? —pregunte enojado
Yo siempre había querido a Amara de una manera amorosa, siempre la observaba desde las sombras.
— Haziel lo único que Amara quiere es separarnos, no lo ves ella siempre quiere causar problemas entre nosotros, diciendo que la ignoramos —dice
—De que hablas Maddie, yo nunca ignoro a Amara —dije
—Haziel desde que yo llegue tú no has hecho más que ignorarla y apartarla de ti para ponerme a mí en su lugar, aunque quien te culparía yo soy mucho mejor que Amara —dijo.
Nunca la había visto actuar y hablar de esta manera, sí que estaba segado por esa inocente y agradable chica que aparentaba ser.
Pero en algo ella tenía razón, yo había hecho a un lado a Amara desde el momento que Maddie llego, nuestras peleas desde que esta chica había llegado habían comenzado.
—Maddie no te quiero volver a ver —dije
—Pero Haziel no te has dado cuenta que estamos hechos el uno para el otro —dijo
—Claro que no Maddie yo no siento nada por ti —dije
—Y por Amara si sientes algo cierto, ella siempre quiere quitarme todo —dijo enojada
—Claro que no, mejor me voy a buscar a Amara, adiós —dije corriendo hacia mi auto.
(...)
Llegue a la casa de Amara, golpeé la puerta y nadie abrió, mire por la ventana y me di cuenta que la casa estaba vacía, la ventana de la cocina estaba abierta y entre por ahí, recorrí toda la casa y estaba totalmente vacía. Cogí mi celular para llamar a Amara busqué en contactos y no tenía su número y en Facebook y tampoco la tenía agregada como amigos, que clase de amigo no tenía ni el número del otro. Tenía algo muy claro tenía que comunicarme con Amara lo más rápido posible.