El papá de Bastián nos seguí observando desde la puerta y no se le veía muy contento.
—Ella es una solo una amiga y se llama Amara—dijo sentado en la cama.
En seguida giro su mirada así mí.
—Buenas noches señor — dije nerviosa.
—Bastián sabes perfectamente que tienes expresamente prohibido traer mujeres a la casa — espeto enojado.
Trágame tierra, estaba segura que hoy no era mi día. Lo peor de todo es que tengo la camisa de Bastián puesta.
—Papa, ella no tenía donde pasar la noche y como siempre dices que tenemos que hacer obras de caridad.
Gire la mirada hacia él, este maldito como siempre me estaba sacando de mis casillas.
—Hijo esta no es la manera de hacer obras de caridad, ella no puede dormir en la cama contigo, no es correcto. Tuviste que dormir en el sofá o en otra habitación, ¿No te he enseñado a ser un caballero?
Este señor sí que es chistoso Bastián caballeroso, ¡Nunca!
—Eso mismo le dije a Bastián, pero el insistió en que duerma junto a él.
—¡Mentirosa, yo nunca te dije eso! —exclamo Bastián haciendo un puchero, a veces este chico podía ser tan infantil.
—Bastián dormir en el suelo, para que Amara pueda dormir en la cama y por ultimo no quiero oír ruidos—dijo saliendo de la habitación.
Empuje a Bastián y este cayó al suelo.
— ¡Enloqueciste Amara!
—Ya oíste a tu padre, hoy dormirás en el suelo.
Le tire una almohada y una sábana, este me miraba sorprendido.
— Espero que duermas bien, no soy una obra de caridad ¡Idiota!
—Que descanses Amara, deja el escandalo vas a despertar a los vecinos.
—Estas consiente de que no tienes vecinos.
—Y yo que pensaba que eras tonta, al parecer eres muy observadora.
—Mejor no hables, duerme— dije de forma autoritaria.
Me acosté y supongo que el también, me acosté pensando en los problemas que tendría mañana con mi mama, esta cama es muy cómoda.
(...)
Me sentía adolorida y abrí los ojos aun estando aturdida, y me di cuenta que estaba en el suelo y un pie de Bastián estaba sobre mi pecho y el seguía en la cama durmiendo como un cachorro.
Quite su pie de mí y me levante, me bañe y me puse la ropa que traía ayer. Salí de la casa y me dirigí a mi hogar. Llegue y entre por la puerta trasera, subí y me cambie.
—¡Amara donde estuviste anoche! —dijo mi madre entrando a la habitación.
—Estuve en la casa de Alex, mi amiga del instituto.
—Pudiste llamar Amara, estuve a punto de llamar a la policía.
—Se descargó mi celular.
En ese momento comenzó a timbrar el celular.
Maldita sea.
— Con que tenías el celular descargado, ¿Con quién estabas Amara?, aun eres menor de edad.
—Lo siento, se me olvido llamarte. ¿Me perdonas? —dije haciendo ojitos de perrito.
—No quiero que vuelva a ocurrir.
—No volverá a pasar—conteste y la abrace, de lo que me salve.
—Hoy no estaré en casa Amara y espero te comportes, adiós pequeña.
—Si mami, que te vaya bien—dije viendo como bajaba con dirección a la puerta.
Hoy tendré un día normal y tranquilo por fin.
—¡Amara un amigo tuyo está buscándote! —exclamo saliendo de la casa
—¿Qué haces aquí?
Bastián estaba enfrente y como siempre estaba muy sexy.
—Deja de comerme con la mirada—dijo riendo.
—Vete.
—Como ya sabes que soy un hombre lobo, dime ¿Qué quieres saber más acerca de nosotros?
—Quiero verte en tu forma de lobo.
Me entusiasmaba mucho ver un lobo.
—Vamos al bosque.
—Así nada más, ¿No te vas a resistir?
—Resistirse a ti es prácticamente imposible, hermosa.
Lo mire extrañada, ¿Que le ocurre?
—Pues, ¿Gracias? Supongo.
Salimos y nos fuimos para el bosque, que raro que suena eso en mi mente.
Nos profundizamos en el bosque, estaba muy cansada, lo único bueno de esto era que iba adelgazar.
—Llegamos—dijo, estábamos frente a un circulo de rocas gigantes, el entro en él y le seguí.
Empezó a sacarse la ropa hasta que dar en calzones, ya era muy común para nosotros estar en esta situación.
Poco a poco vi como salían muchos pelos de todas las partes de cuerpo y como su columna se arqueaba, sus manos y pies se deformaban. Una enorme cola salió y sus orejas peludas. Debo admitir que tengo miedo, Alex nunca llego a tanto.
El lobo me observa, y por alguna extraña razón siento una conexión con él, Bastián me mira a los ojos y mueve sus orejas y carita de una manera muy dulce, están hermoso, majestuoso y gigante. Es un lobo Gris.
Él se acercaba poco a poco, hasta llegar a menos de unos centímetros.
—Mate, Mi Luna. Escuche en mi mente.
¡QUE!
Salí corriendo lo más rápido que pudo, en esto me había convertido en una experta. Siento que me sigue.
Y para el colmo estoy muy cansada, no voy a resistir más. Pare y lo mire.
—Bastián basta—dije y este me gruño.
—Cálmate.
—¡¿Por qué corres?! — dijo en mi mente
—Me asuste, no puedes llegar y decirle a una chica que es tu Mate, así como así.
—Vamos a mi casa, está cerca.
Asentí con la cabeza. Y empecé a caminar a su lado.
Tengo que salir de aquí y alejarme lo más rápido que pueda de Bastián, no estoy preparada para estar unida con una persona para toda la vida, ni lo conozco bien.
—Ni lo pienses.
—Escuchas lo que pienso.
—Sí, así que no lo intentes estamos conectados—dijo en un tono autoritario
—Ahora ni mis pensamientos son solo míos.
—No te quejes Amara, tú también puedes escuchar los míos.