Narra Catalina
De lejos se podía visualizar una colina pero está en especial no tenía ni un rastro de algún elemento que te dificultara la vista, los árboles o flores silvestres no existían, ni el sonido del viento podrán escuchar, pero con todo eso el pasto estaba de un seco casi sin vida, pero al sentirlo uno podía sentir la humedad que te decía que estaba vivo, una joven se encontraba parada allí vestía un vestido de un color blanco su largo no llegaba a sobre pasar las rodillas, la suavidad de la tela era la igual a la deseosa seda, su oscuro cabello estaba suelto y caía como una cascada con fuerza por la femenina espalda su rostro no mostraba nada más que una mirada vacía ni el ambiente de tristeza que rodeaba completamente la colina podía sacarla de aquel transe que la mantenía cautiva, de un momento a otro una ráfaga de viento salida de la misma nada azota fuertemente a la joven y ella irremediablemente cae de bruces y se puede ver como unas marcas brillan en su cuerpo el sutil vestido tenía la facilidad que las marcas pudieran estar a la vista de todos, en pasto tirada la joven salió de su transe y el color grisáceo de sus ojos se tornó en uno café y a sus espalda la silueta de una mujer se podía ver claramente, aquella extraña mujer tenía unos sedosos cabellos negros igualando a las oscuras y largas noches, un gran sombrero blanco adornado con una gruesa cinta negra embelleciendo y contrastando con el cabello lo poco que se podía de ver del rostro de la desconocida era una sonrisa vacía juntándola con la blancura de sus labios la hacían parecer un anima errante, vestía con una blusa que en algún tiempo debió tener un hermoso blanco marfil que ahora es un suave color amarillento que estaba sujeta con una amplia falda que rosaba el suelo pero estaba cubierta con varias capas de suciedad parecía más que había sido arrastrada por suelos en donde una cruel batalla había sido ejecutada entre dóciles tierra, la muchacha titubeante arrugo su vestido por los nervios que tenía al ver aquella mujer pero el sentimiento que la embargaba era más de nerviosismo era de nostalgia, sin percatarse dos hileras de lágrimas caían por las mejillas de la extraña, con pequeños temblores en sus manos levanto un collar que era el idéntico de nuestra joven y solo que este embargada menos poder que el otro, la luna que se mantenía cambiante como cada noche estaba fija en menguante y pareciera que no quisiera volver a cambiar, la joven toco su cuello buscando su ancla, buscando lo único que la hacía poder no congelar o quemar toda una comarca pero nada había en su cuello, su collar estaba en manos de una extraña de alguien que podía tenerla a sus pies con solo decirle, cuando se fue acercando un muro transparente no la dejaba pasar y la extraña con sus labios le susurro una palabra que cambiaría las cosas desde este momento después de todo con cada minuto se pasaba se acercaba un gran espectáculo en donde cosas cambiarían, los grandes caerían y los débiles serán fuertes, poco a poco cientos de puntos fueron apareciendo en la vista de la joven hasta que ya no vio nada y todo sentimiento quedo sumido en la oscuridad para solo ser olvidado.
Abro los ojos al no poder respirar y me percato que fue un sueño, que solo estoy en mi amado dormitorio, no se me puede olvidar cuantas noches estuve despierta viendo las estrellas desde mi balcón, por inercia propia toco mi cuello y esta vez sí me encuentro con mi collar cuando lo tomo entre mis manos para observarlo quedo estática era el mismo collar que tenía aquella mujer aunque no pude verle claramente la cara sé que la he visto en alguna parte, pero las preguntas son ¿En dónde?, y la otra ese sueño fue algo que realmente sucedió o solamente fue un sueño en donde vi que mi collar había cambiado y que en la realidad concuerda con las características de mi collar.
Pasaron las horas y mi postura cambiaba de acostada a sentada para pasar de parada a un lado del ventanal a otra vez acostada en un momento de la noche que no estoy muy segura me quede dormida entre mis cobertores de coronas y mis cojines de estrellas creo que tendré que ir de compras porque no tengo nada de ropa ya que los perdidos me la hicieron añicos mi pijama me queda tan apretado que creo que hare tira la tela pero lo digo más por la parte de arriba ya que la parte de abajo es lycra y esa estira y estira.
-Catalina, hay alguien buscándote.-La voz de Christobal me despertó sumando los suaves movimientos en mis brazos y los piquetes en este mismo.
-¿Quién es?, ¿Qué no sabe que yo duermo?- Mi voz estaba tan adormilada que ni yo misma me reconocí.
-Soy yo el amor de tu vida, tu delirio y el protagonista de tus sueños más húmedos.- La ronca voz de Laurent me erizo mi piel.
-Adiós, tú no eres una visita grata para mí, si quiere no vuelva nunca- Con eso dicho me di la vuelta y seguí durmiendo pero no, esto no puede pasar me destaparon y Laurent me vio con este conjunto que revela todas mi figura los shores al ser de lycra y estar muy estiradas estaban un poco transparentes y traía puesto una pollera grande que se caía por un hombro llena de motitas verdes (La odio pero es muy cómoda)
-Ey, a ustedes ¿Qué les pasa?, tengo mucho sueño y debe ya ser de madrug…- no pude continuar ya que mi infantil habitación estaba totalmente alumbrada con los rayos del sol que me cegaron momentáneamente al dirigir mi vista a el ventanal abierto desgraciadamente