CIUDAD CALIZ
FORTALEZA ROJA DRAGON
Krelia era una segunda mama para Prila, su madre había sido atacada por Cronos aquellos seres sin piedad alguna, quitándole el corazón, para muchos fue el peor día escuro de todos, un día que muchos desean olvidar y era mejor que quedara así.
Según dice que el corazón de Dragón tiene la capacidad de la inmortalidad eterna más allá de la vida, el rey de Crominia mando a sus hombres atacar Cádiz, muchos fueron los heridos y en ellos la madre de Prila que fue ejecutada violentamente mientras ella aún permanecía en su caparazón en espera de calor de su madre.
Prila como otros chicos más eran los últimos en nacer cuando casi exterminaron a todos los dragones, y solo ellos eran una nueva esperanza una nueva vida. La nueva generación que Cádiz había esperado renacer del holocausto oscuro.
Pero ella era, un remolino por donde pasaba, dolores de cabeza causo a sus maestros, para ella todo era diversión y estar sin movimiento jamás le justo estar sentada en un solo lugar.
Era por ello que siempre se mantenía sola, ante la mirada de reproche de las demás dragonas, tal vez por envida, Prila poesía una belleza inigualable, su cabello largo y rizado, sus ojos verdosos con destellos dorados, y ese rostro angelical, pero a la vez con cierto aire salvajes por su gen lobuno en su sangre.
Pero detrás de ella se esconde un secreto, algo que la misma Krelia intentará llevarlo a la tumba el verdadero origen de Prila y su padre...
Su padre.
Camino furioso por los pasillos de aquel castillo, Krelia estaba de muy mal humor, sobre todo no podía ser nada para defender a su niña, que ya era una mujer muy adulta, pero ante sus ojos así la miraba, como si ella deseara que el tiempo no avanzara más, no sabía que destino tomarían la orden Cádiz, Krelia era una de las que más odiaba el anticuado consejo, aun cuando tenía fuerza de opinión con el líder Dragón, solo esperaba que no fuera exilio, sería terrible para un dragón.
Moriría sin su habita, y para alguien tan joven como Prila que aún no ha sacado todo su potencial, por su hibridez, al ser Dragón y lobo.
Pero ahí estaba la señora con su presencia, abrió las puertas del gran salón y los presentes importantes, los ancianos estaban ahí esperándola que se dignara en llegar.
Prila se encamino hasta el centro, con la vista de todos sin bajar el rostro como Krelia le había dicho, ella jamás se dejará doblegar por nadie y ese era el problema, una rebelde.
—¿Qué es lo que tienes que decir Prila? ¡Habla ahora señorita! — exigió Quebec el líder de dragones, pero por dentro no quería ser duro con ella, solo por Krelia se limitaba ante ese diablillo.
Ella guardo silencio, como iba a decir que estaba espiando a los chicos casi como la deidad los trago al mundo ante todo el decoro y el respeto, pero ella no podía evitar distraerse, si había alguien que culpar seria a ellos, por tener esos cuerpos anchos, ese aire intimidante de guerrero, esas piernas bien fornidas, unos brazos para cargarte, hasta ella le dio calor, se mordió el labio en sus intento no reírse, pero fue imposible una sonrisa perversa se asomó, que el mismo líder noto y lo desespero esa mujer jamás entendería el grado que ha causado, la piedra de fuego es vital en las tierras.
Obtener otra debía juntar a las cinco familias, y eso era casi imposible.
—Sabes Prila hemos pasado muchas cosas, tu madre Krelia siempre ha dado la cara por ti, pero en este momento se ha perdido una piedra de los siete picos, que nos da vitalidad energía y no pudiste cuidarlo bajo tu guardia. Solo tenía que poner los ojos en la piedra, solo ¡Eso!
—Yo... Lo siento en verdad
—Un "lo siento" no cambiara nada, sabemos que muchos desean entrar a nuestras tierras, pero quien lo hace muere en el intento, nadie soporta nuestro grado de temperatura es la más alta en los demás reinos somos dragones vivimos del fuego Prila, pero ahora nos han robado la principal piedra la fuente de nuestra vida y ¡TU LO HAS ARRUINADO! — Rugió el hombre volviendo sus ojos dorados.
Por primera vez Prila sintió el miedo en su piel de dragona. “Lo arruine—pensó ella”
Ella era diferente a los demás, sus brazos, sus muslos y una parte de su pecho tenían escamas lo demás eran completamente de piel humana, a comparación de los otros que su piel era verde, azul ella no.
Ella parecía a “Ellos” incluso a los Naid (Humanos)
—Siempre supe que era un error tenerte aquí, así que hemos decido mandarte al exilio, lo siento Prila—la joven Dragona miro a su madre.
Krelia rugió su niña no sobreviviría, Prila miro la cara desbastada de su madre, sabía que la había arruinado por completo y el exilio era muerte para un dragón. Esos diez minutos cambio todo.
—Pero... —Quebec miro a Krelia tenía cierto afecto por ella y solo por eso abogaría por ella sin desobedecer la orden cáliz— A vista de que algunas personas abogaron por tu vida iras al ojo dimensional.
—¡QUE! —exclamo ella alarmada.
—Ya he demandado Prila, eso o el exilio, que la suerte decida tu destino, un año Prila aprenderás la lección, y espero que cuando regreses hayas madurado, somos pocos dragones los que permanecemos a un de pie y no podemos permitir que otro muera aun por sus bajezas.