Luna
Después de darle la hora de nuestro encuentro a Jack, me dispuse a planearlo todo, quería conocerlo bien antes de convertirme oficialmente en su pareja de vida. Una cita normal sería ver una película en el cine, ir a comer helado, que se yo; pero nada de eso me parecía muy convincente. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta de que estaba en el bosque, qué hacía aquí, como sea, este lugar era hermoso me transmitía una paz increíble...
-¡Lo tengo!-dije en voz alta y salí corriendo hacia la mansión.
Cuando entré grité a todo pulmón...
-¡ALI!-segundos después entró disparada al vestíbulo.
-¿Qué te ocurrió?-preguntó preocupada-¿Alguien te lastimó?
-No, solo necesito tu ayuda para prepararle una gran sorpresa a Jack-dije susurrando, como si le estuviera contando un secreto muy confidencial.
-Todo ese escándalo ¿para una estúpida sorpresa?-preguntó molesta.
-¡Oye! qué tu harías para conocer más a Jason-Dije retadoramente.
-Pues sabes muy bien que...-trató de decir pero fue interrumpida por Jason.
-Ah y hablando del rey de Roma-dije fastidiosamente, mientras el le daba un sonoro beso-¡PUAJ! que asco me dan, mejor consiganse un hotel-dije con tono burlón.
No deje que me contestaran porque salí corriendo escalera arriba, saltando de dos en dos cada escalón. Estaba a punto de llegar a la habitación de Sol cuando tropecé con algo, mejor dicho con alguien (No una persona, o eso creo yo) las patas de un lobo gigantesco color golden sobresalían del marco de la puerta siguiente a la de Sol, o sea ¿JOHN? Tomé valor y me acerqué a la puerta y pude ver la escena más dulce que he visto en toda mi vida. John se encontraba transformado en lobo, todo enroscadito tan tierno y en el medio estaba Sol con su pijama de unicornio, ambos dormidos plácidamente sobre la alfombra, no pude más y les tomé una foto y la publiqué en mi Instagram. Si lo sé, lo sé Sol me va a matar, pero nadie puede negar que es tan tierna con esos ojitos de peluche y sus cachetes rosaditos, y John no se queda atrás parece todo un peluche, pero ¡Sh! no se lo digan a nadie ya de por si me va a querer matar por la foto.
Algunas horas después...
Solo faltan 10 minutos para que sean las 10:30 estoy nerviosísima, escuché uno pasos detrás mío me doy la vuelta y está Jack tan bello como siempre.
-Bueno y que vamos a hacer-dijo-estoy ansioso por conocerte mejor-eso hizo que sintiera mariposas en el estómago.
-Ven sígueme-dije casi inaudible.
Caminamos unos cuantos minutos, y llegamos al lugar donde había preparado la sorpresa para Jackson:
Me esforcé muchísimo para lograr el toque mágico que siempre se veía en las películas de Disney. Cuando me volteé a ver la reacción de Jackson, no tuve tiempo ni de mirarlo porque en un dos por tres Jack me levantó y me dio vueltas en el aire; y para hacer el momento más mágico me dio un tierno beso. Cuando me separé de él me sentí un poco vacía, pero bueno, de seguro son ideas mías. Cuando nos sentamos empezamos a comer, yo preparé ese clásico espagueti compartido que aparece en la dama y el vagabundo, Lo malo es que no hubo beso.
Cuando terminamos de comer nos sentamos en el césped. Me ha tomado de la mano, eso me sorprendió un poco y la aparté (¡tonta! ¡tonta! ¡tonta!) dije dándome palmadas en la frente mentalmente. Entonces se ha quedando mirándome y yo lo he mirado a él. Y nos hemos sonreído. Y después de eso, no podía dejar de mirarle y él a mi. Al final los dos nos hemos sonrojado. yo diría que ese juego de miradas, sonrisas y mejillas sonrojadas ha durado ¡una eternidad! Nos hemos pasado horas hablando acerca de nosotros, cuando estábamos a punto de irnos me sorprendió con un bello regalo.
-Eh...Luna es...esto es pa...para ti-tartamudeó tendiéndome una bella cajita gris.
-¿Qué es esto?- pregunté tomando la cajita.
-Es un pequeño obsequio-dijo rojo, parecía un tomate, que lindo.
-No tenías que hacerlo-dije un poco triste por no poderle dar nada más.
-Claro que sí, tu eres la persona que me impulsa a seguir adelante-dijo, eso hizo que sintiera mis piernas temblar-Luna estos últimos días que no has estado conmigo me he sentido fatal, pero tu irradias una luz propia que hace que cualquiera sonría ante tu presencia-dijo tomándome de las manos.