Capítulo 30

Luna

Al llegar a la mansión de Jack empezamos con la dichosa tarea de bajar a los cuerpos aún inconscientes de nuestros amigos. Creo que fue más difícil subirlos del auto que bajarlos. Lo peor del caso fue que traté de hacerme la fuerte y sacar por mi cuenta a Jason, pero terminé haciéndolo rodar colina abajo al pobre, pero lo que más me impresionó fue que no despertó, que envidiable sueño pesado. 

Después de dejarlos en sus respectivas habitaciones me dispuse a sacar tiempo para hablar con mi hermano. Cuando logré convencer a Sol de que teníamos que hablar con él, solo asintió. 

Se que es algo muy fuerte para asimilarlo en un día pero hay que ponerse en su lugar, estuvo buscándonos toda su vida y cuando al fin nos encuentra ya hemos encontrado a nuestros mates. Quería prepararle algo especial así que entre Sol y Yo hicimos nuestro postre favorito galletas con relleno de mermelada y chocolate caliente. Al terminar fui a buscar a Abraham.

-¿Abraham? ¿estás ahí?-dije saliendo de la casa.

-Si, ¿qué pasa Luna?

-Sol y yo queremos hablar contigo, ya sabes de nosotros-dije tímidamente, por lo que el sonrió y asintió. 

Cuando llegamos a la sala Sol nos esperaba con 5 bandejas llenas de galletas y 3 tarros de chocolate, Sol sería una muy buena chef. Nos sentamos en la alfombra y nos quedamos en un incómodo momento.

-Bueno, por ¿dónde empezamos?-pregunté sin saber muy bien lo que decir. 

-Pueden preguntarme lo que sea-dijo Abraham mirándonos.

-Podemos llamarte ¿Braham?-preguntó Sol dejando las bandejas en el centro y entregándonos las bebidas.

-Claro, me encantaría ese apodo-dijo sonriendo de oreja en oreja. 

Yo me quedé viendo el cuello de Braham y quedé sorprendida por lo que vi, tenía un collar muy peculiar de una estrella de seis puntas.

-Oye, ¿puedo preguntarte algo?-dije.

-Claro, lo que sea-

-Por casualidad ese collar lo tienes desde que naciste?-dije señalando el collar.

-Si, ¿por?-

-Sol y yo también tenemos uno solo que es de un sol y una Luna-

-Eso lo confirma todo, ¡somos hermanos! ¡siempre quise un hermano mayor guapo, tipo novela adolescente!-gritó Sol eufórica. 

Todos soltamos sonoras carcajadas. Después de comer salimos a pasear al bosque.

-Luna, ¿cuando será tu transformación?-preguntó Braham mirando a la Luna.

-Será en de hoy en dos meses-dije temerosa-no se que haré-dije parando en seco y sentándome en la suave hierba.

-No debes preocuparte, yo ya me transformé y no es nada del otro mundo-dijo.

-¿Enserio te transformaste? ¿podemos ver tu lobo?-exclamó Sol.

-Claro, pequeña-dijo y en un abrir y cerrar de ojos frente a nosotras yacía un enorme lobo blanco con ojos verde fosforescente. 

 Se nos acercó y empezó a lamernos la cara, empezamos a acariciarle la suave melena, ¿algún día seríamos así? ¡Sería hermoso! Un gran gruñido me sacó de mis pensamientos y de la nada saltó de entre los arbustos un gran lobo chocolate de ojos verdes bosque...¡Oh no! Jack. Ahora si estoy muerta. Braham y Jack se colocaron en posición de defensa, estaban a punto de atacarse, cuando de repente salió un destello proveniente de la luna. 

Bajaron nueve chispas de diferentes colores y se posaron al frente de Sol, Abraham y yo. Las chispas se transformaron en 9 damas bien vestidas y de gran porte. Una se acercó a nosotros y nos miró con ternura.

-Mis queridos niños-dijo dándonos un fuerte abrazo.

-Mamá, ¿eres tú?-preguntó Sol con lágrimas en los ojos.

-Si mi amor, algún día nos volveremos a ver-dijo quitándole las lágrimas que salían de sus ojos.

-¿Mamá?-dije abrazándola fuertemente junto con Abraham y Sol.-No lo puedo creer, estás aquí-dije eufórica, derramando lagrimas de felicidad. 

-Hija, no tengo mucho tiempo. Tengo que decirte para ser una musa debes tener principalmente carácter y ser dulce-dijo-tengo fe en que resolverás este obstáculo que se te presenta-dijo y desapareció volviéndose una chispa. Cuando desaparecieron me posicioné en el medio de Jack y Abraham.

-A la mansión ¡AHORA!-grité en tono de alfa, Wow jamás pensé poder lograrlo. 

Jack y Braham me miraron sorprendidos y dieron media vuelta hacia la mansión, ahora si que se formó el problemón.