Capítulo 31

Jackson

Después de la horrenda sensación de abandono por parte de Luna, me dispuse a buscarla. ¿Qué habrá sido lo tan horrible para que se escapara? Pero un hombre como de 40 años, bajo y canoso, me sacó de mis pensamientos

-¡Alfa! nuestra luna no se escapó, ¡fue secuestrada! ¡al igual que su hermana menor!-Sentí como si me desgarraran el corazón ¡LITERALMENTE! mi pobre Luna que horrorosidades le estarán haciendo. John se encontraba en una esquina hecho un ovillo.

-¡Sol! ¡Sol!-decía-¡SOL!-gritó y empezó a llorar desconsoladamente. No puede ser...Solo he visto a llorar a John una vez y fue cuando sus padres murieron.

-Tranquilo John, las encontraremos-dije tratando de reconfortarlo. 

Iba a decir otras cosas pero sentí un pequeño rastro del aroma de Luna y Sol, pero lo que me extraño fue un aroma adicional que era igual al de ellas, debo de estar alucinando. 

John y yo salimos del hospital dejando a Jason y Ali atrás. Seguimos el aroma, al cabo de 15 minutos nos topamos con una enorme mansión en donde se intensificaba su aroma. 

Entramos abriendo la puerta principal de par en par provocando un gran estruendo. Empezamos a pasearnos por la casa buscando a las chicas, pero un pequeño ruido nos puso alerta, pero de repente entraron al salón corriendo las chicas y se lanzaron a nosotros dándonos abrazos y besos, ellas de verdad saben como ablandarnos. 

Pero me tensé al momento de percatarme de que no eramos los únicos, había un chico que miraba a Luna y a Sol. Estaba a punto de hacer algo cuando luna empieza a habla, al principio no comprendo lo que dice, pero lo que dijo taladró mi cerebro.

-Jack, John. este es Abraham-dijo señalando al chico-Es nuestro hermano-dice exhalando.  John y yo intercambiaron miradas y vi como empalidecía.

-¿Están bien?-preguntó Sol mirándonos.

-Sí, cariño. Solo estoy un poco cansado-dijo John cayendo al suelo inconsciente, empecé a marearme y todo se puso negro es lo último que recuerdo antes de quedar inconsciente. (¡Y ahí va otro desmayo! creo que terminaré acostumbrándome a que cada tres pasos me desmayo) (Alce la mano el que está de acuerdo conmigo).