Jackson
Estaba esperando a Luna desde hace más de 2 horas y nada que llega. No puedo soportar el hecho que se vaya por una semana completa. Estaba a punto de llamarla, cuando sentí su olor.
-¿llegamos tarde?-preguntó Sol corriendo hacia nosotros.
-Para nada solamente llevan unos 5 minutos de retraso-dijo Jason tranquilo.
-Ah, Ok. Espera...¿de retraso?-grito Luna agitada.
-Si, pero el piloto también se atrasó así que tu profesora y tus compañeras siguen aquí-Dije triste bajando la cabeza, Gastón aúlla de dolor.
-Adiós Jack, ¡te extrañaré mucho!-exclamó Luna lanzándose sobre mí y besándome apasionadamente.
-Yo también, pero será por tu bien-dije tomando su maleta y conduciéndolas a todas al avión.
Después de despedirnos y que el avión despegará sentí un gran vacío en mi interior...¡Lo que hago lo hago por su bien! ¡Lo que hago lo hago por su bien!!! me repetía mentalmente.
Luna
Al subir al avión sentí un gran vacío dentro de mi, no se que haré. Me he sumido tanto en mis pensamientos que no me dí ni cuenta de que habíamos llegado.
Bajé rápidamente del avión y aspiré el delicioso aroma de ¡París! Olía a...¿Gasolina? Mejor busco mis maletas.
Cuando llegamos al vestíbulo los acompañantes de todas las chicas de la academia estaban ahí con nuestras maletas. Todos tenían el nombre de una chica escrito en una página. Paseé la mirada por simple curiosidad y me topé con la dulce mirada de los padres de John junto con los de Jack y Jason.
-¡Vinieron!-gritamos las tres emocionadas.
-No nos lo perderíamos, ¡nos demostrarán de lo que son capaz!-dijo la madre de Jack.
Salimos del aeropuerto rumbo a la Opera, hoy sería la primera presentación y mañana dirían quienes se quedan y quienes se van.
Al llegar a la Opera quedé completamente intimidada, se veía más imponente en persona que en fotografía. Pero estaba decidida a salir triunfante de ahí, entré con paso firme junto con Ali y Sol.
Todas las miradas se posaban en nosotras, pero como siempre dicen mirada fría y calculadora. Tomamos las llaves de nuestra habitación y nos fuimos a vestir esta noche sería nuestro debut. Al llegar a la habitación quedé completamente boquiabierta. ¡Habían Chicos! y no cualquier chicos, eran los vampiros de la noche anterior.
Las chicas nos miramos y antes de que ellos se dieran cuenta de nuestra presencia salimos corriendo escalera abajo. Que ¿cómo no se dieron cuenta? un vampiro no puede descubrir la presencia de un hombre lobo a no ser que se encuentre a menos de un metro, igual viceversa. Fuimos directamente a recepción, no podemos estar cerca de vampiros y mucho de unos tan peligrosos como ellos.
-¡Tenemos que hablar con el encargado de repartir a los participantes del concurso de ballet en sus respectivas habitaciones!-dije exaltada a una pobre anciana.
-Lo siento mi niña, hubo una confusión de habitaciones entre los concursantes, los jueces y estudiantes-dijo la anciana dándonos una mirada de pena.
-¿Habrá alguna manera de arreglar este problema?-preguntó Sol.
-No, lo siento todas la habitaciones están llenas-
-Ok, ¿y qué hacemos si alguno de esos tipos se quiere pasar de la raya con nosotras?-esta vez fue Ali la que habló.
-Griten-dijo la anciana saliendo del despacho y dejándonos completamente solas.
Subimos con nuestro equipaje y nos dispusimos a entrar a la dichosa habitación. Cuando entramos volvimos a ver a los chicos solo que esta vez ellos pararon de hacer lo que hacían y nos miraron fijamente, como esperando una explicación. Yo no daría la primera palabra.
-Hola chicas, ¿se recuerdan de nosotros?-dijo el castaño.
-¿Cómo olvidar la paliza que le dimos ayer?-dijo Sol con una sonrisa petulante en toda la cara.
-Vale, eso fue un golpe de suerte-dijo el chico de ojos azules.
-No, más bien fue una serie de golpes de suerte-dijo Ali por lo que todos reímos.
-Y díganme, ¿Porqué ahora no aprovechan para atacarnos?-pregunté un poco recelosa.
-Acabamos de cumplir dieciocho años, eso es un gran cambio para nosotros los vampiros ya que nuestros sentidos se agudizan. Lo que pasó la noche anterior fue a causa de uno de esos cambios, nos volvimos locos, pero no eramos consientes de eso-se lamento el castaño.
-No se preocupen-dijo Sol-Aún así, les dimos una paliza.
Todos reímos, nos pasamos los siguientes quince minutos hablando acerca de la noche anterior. Hasta que el pelirrojo se quedó serio, como perdido en la nebulosa.
-Siento decirles que esta habitación es solo para chicos-dijo el pelirrojo.
-Hubo una equivocación, si no fuera por eso no estuviéramos aquí-dijo Sol empezando a desempacar.
-Lo siento mi amigo puede ser un poco irritante-hablo esta vez el de ojos azules.
-¿Un poco? que modestia-dije sin apartar la mirada de mi maletín.
-Pues si vamos a convivir todo este tiempo juntos, mejor nos vamos presentando ¿no?-