Luna
Corríamos por los pasillos del Centro comercial buscando la compañía que se encargaba de todos los preparativos. Lo bueno es que casi llegábamos, lo malo era que perdí mis zapatos y lentes de sol tratando de correr más rápido; las personas nos miraban como si estuviéramos locos. Ahora que lo pienso mejor, eramos unas locas (Locas en fuga).
Hace ya 2 horas que el Jet de los chicos aterrizó, salimos prácticamente volando apenas el avión tocó suelo. Todas parecíamos sacadas de un manicomio de película de terror.
-¿Cómo es que se llama la compañía?-
- Zara's & Morgan's Company-dije casi sin aliento
-Busquemos en el mapa del centro-dijo Alison señalando un pequeño muro con un mapa impreso.
-Debimos haber hecho eso en un principio-dije cayéndome del cansancio.
Ali buscó casi por cinco minutos en aquel tedioso mapa, mientras yo por mi parte estaba que me comía las uñas del nerviosismo. Tenemos doce horas para que se realice la boda por lo civil y quince horas para la boda eclesiástica. Las demás llegarán en cualquier momento.
-Está en el tercer piso pabellón V, las chicas me escribieron ya están aquí Elena y Sol nos encontrarán en el establecimiento. Adriana nos encontrará aquí mismo y Azul viene en camino, llegará en diez minutos-
-Pues, esperemos a Adriana y le mandamos a Azul la dirección del almacén para que no dé tantas vueltas como nosotras-
Apenas terminé de hablar, observamos que en la entrada se formaba una gran ola de gente que rodeaba a una persona. Como a Alison y yo nos encantan ver celebridades nos acercamos, pero quedamos petrificadas al ver de quien se trataba.
-¡ADRIANA!-gritamos ambas a la vez.
No podía dar crédito a lo que estaban viendo mis ojos. Adriana, nuestra Adriana estaba acompañada por cuatro fornidos guardaespaldas uno por delante y otro por detrás; uno por su lado derecho y otro por el izquierdo. Salimos a su encuentro, pero uno de sus gorilas me impidió el paso y eso me hizo enojar mucho, no el hecho de que no me dejaran pasar sino la forma como lo hizo, me empujó con ese brazo de metal que tiene.
-Te apartarás y me dejarás el paso libre-dije autoritariamente, mirándolo fijamente a los ojos. El hombre se apartó de nuestro camino para la sorpresa de los otros tres y de Adriana.
-¡Esa es mi amiga!-exclamó Adriana emocionada.
-¡Dios Mio! fue igual que en Star Wars-
-Bueno, bueno. Mejor nos concentramos en la labor titánica que nos espera, mi joven Padawan-dije arrastrando a las chicas hacia las escaleras eléctricas, mientras nos reíamos por mi pequeña broma.
-Y dime ¿porqué tienes a esos gorilas guardaespaldas?-preguntó Alison muy interesada.
-La verdad es que no tenía ni idea de en lo que me estaba metiendo. No saben lo difícil que es ser parte de la realeza. Todos te dicen que hacer que no hacer, que vestir y que no usar. Es horrible, pero amo muchísimo a Felipe-
-Entonces...¿Eres una princesa?
-Pues...Sí..Por así decirlo. El próximo mes será mi coronación.
-¡Pero que noticia más guay!
-Para nada, ¡miren el vestido que me obligan a poner!-dijo mientras nos mostraba una imagen en su celular. Era horrible, tenía un monton de pieles encima y ni hablar de la tela, parecía una cortina.
-Pues..Es muy..Er..Original..Sí, Original-tartamudeé.
-No mientas Luna es cutre y mira la corona-dijo pasando a la siguiente imagen. Esa si está hermosa, tiene un montón de rubies y esmeraldas en cada punta.
-Ah, pues esa si se ve decente-soltó sin más Alison, recibiendo una mirada asesina por mi parte y una ruborización por parte de Adri.
-Mejor sigamos-
Cuando llegamos Elena y Sol, se encontraban discutiendo con uno de los empleados del establecimiento.
-¿Qué es lo que está pasando?-dije entrando al lugar.
-Nada, solo que este pendejo-dijo Elena señalando al empleado-Dice que los vestidos se juntaron con otros y tardará bastante lograr encontrarlos-
-A ver, no puede ser tan grave el daño-dije tomando del brazo al chico-Llévanos a la bodega- el chico no dijo nada y empezó a caminar hacia una puerta roja de metal.
-Les advierto esto será muy difícil- dijo el pobre chico.
-Nada en este mundo podrá sorprenderme-dijo Alison con superioridad.
Cuando el chico abrió la puerta, lo que estaba del otro lado nos dejó de piedra. Era un mundo de vestidos, zapatos y accesorios todos revueltos.
-Oh por Dios-
-Que la fuerza nos acompañe-dijo Alison por lo que nos echamos a reír y empezamos a buscar nuestros vestidos.