Mi mate es una bailarina

Capítulo 56

Luna

Ya era hora, faltaban solo 15 minutos para que la luna se encontrará en su punto más alto. Necesitaba que llegarán las chicas, ya había hablado con ellas de la situación, pero aún así me sentía demasiado nerviosa. 

Traté de desviar mis pensamientos hacia los trajes de los invitados eran hermosos. Mientras recorría el lugar me topé con las chicas que llegaban con sus respectivos compañeros.     

El conjunto de Adriana era hermoso. Pero traía un collar que nunca le había visto. El traje de su príncipe azul ni se diga, realmente parecía sacado de un cuento de hadas moderno.     

De cerca le seguía Elena, Ben, Sol, John, Azul, Abraham y Jack. Todos lucían tan elegantes, les diré la verdad jamás pensé que Jack usaría traje siempre usaba colores monocromáticos (Negro y blanco) excepto para los trajes de boda.     

El gris le queda tan bien, tan sexy.  Trato de eliminar esos pensamientos lascivos. Y concentrarme en lo que importa ahora.     

Azul, realmente parecía una sirena. Se veía tan dulce y bella, realmente hermosa.     

Elena igual, solo que traía  un collar que tampoco le había visto nunca, parecía una flor en un pequeño recipiente.     

Sol se veía tan pequeña, pero ese vestido la hacía ver hasta que punto ya era una mujer. El solo hecho de que ya no será una niña me atormenta, aún recuerdo cuando jugábamos a las hadas del bosque o a ser princesas con pomposos vestidos. Una lágrima traicionera se me escapa y ella se preocupa. (el significado del collar lo diré más adelante)

-Luna,  ¿te encuentras bien?

-Si, solo que se me coló una pestaña en el ojo -dije apartando la lágrima, ella no pareció creerlo mucho, pero lo dejó estar. Por mi parte, yo vestía un conjunto un poco..Como decirlo..A lo cenicienta. Si, no se burlen, en Internet se veía mucho más prometedor, pero ahora me retracto de haberlo comprado.     

  Realmente me sentía patética, el vestido no era feo, pero jamás me ha gustado el estilo princesa. Soy más estilo Gossip girl y Sweet Lolita. Como sea me han dicho que el conjunto está perfecto para la ocasión, pero aún así no lo creo. (el significado del collar lo aclararé más adelante) Cuando todos nos sentamos, sonó una suave canción y a continuación entraron Ali y Jason tomados de la mano. 

Ali lucía un hermoso vestido degradado entre blanco y celeste, con unos zapatos transparentes preciosos. Se veía tan bella. Jason insistió en no cambiarse de traje, así que le dejé el de la ceremonia.     

Solo faltaban 2 minutos para lo inminente, en esos dos minutos la Luna se tornó completamente azul. Sol quedó hipnotizada, la veía fijamente sin apartar la mirada. 

Caminaba directamente hacia la luz. Parecía estar en una especie de trance. Su medallita de Sol empezó a brillar, al igual que la mía y la de Abraham. Ambos nos acercamos a Sol, en ese momento un destello blanco cegó todo el lugar. 

Al recobrar la vista pudimos apreciar a un lobo blanco un poco pequeño en comparación con los licántropos. El pequeño lobo levantó la vista y me petrifiqué al ver el color de sus ojos, no eran un solo color...Prácticamente eran..Todos los colores juntos.

-¿Sol?-El pequeño lobo se asustó y salió corriendo. 

Braham salió tras de ella y yo le seguí de cerca. En un momento el pequeño lobo se paró bajo un árbol y se transformó en humano. Sol, tenía el cabello mucho más largo que antes, le arrastraba por el suelo y llevaba el vestido de gasa blanco, como el sueño de Abraham. Sol tropezó con una raíz que sobresalía del suelo y cayó, quedando inconsciente. John que no se encontraba muy lejos, se retorció de dolor, pero se recuperó al instante y corrió hacia Sol.

John con delicadeza la levanto y le arrulló el rostro contra su pecho. Sol abrió lentamente los ojos, disipando el arcoíris y volviendo el color azul de sus ojos. 

-¿John? ¿Qué pasó?-preguntó mientras se restregaba suavemente los ojos.

-Mi cachorrita, acabas de convertirte en una loba-Sol abrió los ojos como platos, me acerqué lentamente hacia ella y le acomode un pequeño mechón de cabello por detrás de la oreja.

-Bienvenida a la manada, pequeña.

Todos los presentes estaban asombrados, según ellos eso solo podía significar una cosa.

-Son descendientes directos de la diosa Luna.

-Pues, eso creo-dijo Abraham un poco incomodo.

-¡Luna! Sus collares, han cambiado-dijo Adriana señalando el nuevo colgante que traía puesto.

-¿Pero qué?...

-Si Luna, tienes la piedra de la Luna, al igual que Sol y Abraham.

Observé los collares de mis hermanos y me asombré al comprobar que estos no eran nuestros colgantes. Antes de que pudiera decir algo relevante, la misma luz abrasadora que hizo aparición minutos antes nos volvió a cegar, pero esta vez fue diferente. 




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