Mi mate es una bailarina

Capítulo final

Luna

Después de aquella asombrosa escena todo volvió a la normalidad por así decirlo, todos estaban ahí. Solo faltaban mis padres adoptivos, aunque no sea su hija real aún los sigo queriendo igual, ellos nos cuidaron a mi y a mi hermana aunque pudieron no hacerlo. Pasee mi mirada por el lugar hasta llegar a la puerta de entrada en donde se encontraban mis padres. Corrí a su encuentro y me lancé a sus brazos.

-Mamá, papá vinieron-

-Claro que sí, nunca nos perderíamos la boda de Alison-dijo mi padre alzando la mano, saludando a las chicas.

-Papá, te quiero presentar a mis amigos- Corrí hacia las chicas.-Chicas quiero pesentarles a a mis padres-

-¿Qué? ¿Papá y mamá están aquí?-preguntó Sol.

-Sí, vengan-Sol salió disparada hacía mis padre.

-¡Papá! ¡Mamá!-

-¡Pulga! has crecido un montón-dijo mi padre alzándola por los aires.

-Papá te quiero mostrar a mis primas-dije con tono misterioso.

-¿Primas? ¿Acaso tienes más hermanas?-le preguntó mi padre a mi madre, ella negó rápidamente.

-No papá, ellas también son hijas de musas-

-Ah, ahora caigo-dijo mi madre un poco apenada-Mucho gusto chicas ¿Cómo se llaman?-

-Pues, yo soy Elena y mi compañera Adriana-dijo tirando de Adriana hacia al frente.

-Hola, ¿Cómo estas cariño?-

-Muy bien, Gracias. En un gusto al fin conocerlos-

-El gusto es nuestro-

-Y por supuesto ya conocen a Azul-

-Claro, Azul. Como no recordarte siempre venías a nuestra casa para hacer pijamadas-

-Si señora, lo recuerdo como si fuera ayer-dijo Azul como si en ese mismo instante las imágenes de nuestras pijamadas estuvieran pasando por su cabeza. Que ¿Cómo lo se? he entrado en su mente, no se como pero solo sucedió.

-Papá, mamá quiero presentarles a alguien más-caminé un poco, buscando a Abraham, no se como sería esta situación pero algún día lo debían saber-¡Abraham!-grité mientras alzaba la mano sobre la multitud.

-Dime Luna-

-Braham quiero presentarte a mis padres de la tierra-Abraham miró de reojo a mis padres y se quedó de piedra-Mamá, papá el es Abraham mi hermano-

-Tu ¿qué?-

-Sí, soy su hermano mayor-

-Hija ¿porqué no nos lo dijiste antes? me hubiera gustado conocerlo en un momento más calmado-dijo mi madre.

-Lo siento, no tuve tiempo-

-Mucho gusto señores. Mi nombre es Abraham, pero pueden llamarme Braham si prefieren-

-Pareces un buen muchacho, me caes bien. Dime ¿Te gustan los negocios?-preguntó mi padre.

-¡PAPÁ!-

-No tranquila Luna. Sí señor, soy dueño de mi propia empresa-

-Y se puede saber de ¿qué se trata?-

-De corredores de bolsa-

-Y ¿cómo les está yendo?-

-Muy bien a sido una temporada de mucho provecho-

Dejé a mis padres en buenas manos, me volví a sentar junto con los padres de Jack.

-Discúlpenme, quisiera presentarles a mis padres adoptivos-dije tímidamente.

-Y ¿dónde se encuentran? quiero conocer a los padres de estas hermosas criaturas-dijo con ternura la madre de Jack. 

Me levanté de mi asiento y los guié hacia donde se encontraban mis padres, de inmediato entablaron una conversación muy animada, de la que yo preferí salir. 

Nunca me interesó la política ni los juegos que tengan que ver con balones. Unos quince minutos después mi padre estaba dando el discurso, ese en el que dice todos los momentos que pasábamos con Ali y que siempre la consideró como una hija. Bla, bla, bla.

Alison siempre la considere como una hermana. Mientras me volvía a sentar en la mesa, empezó a sonar la canción All of me- John Legend, pero esta vez fue cantada por Darrel de la serie Glee, adoro esa serie. Empecé a cantar en voz super baja mientras observaba como Jason sacaba a bailar a Alison, mientras veía a la bella pareja no me percaté de que Jack subía al escenario.

-Disculpen, me dan su atención por favor-dijo pegado al micrófono-Quiero que todos sean testigos de este nuevo proclama-

-¿Qué está haciendo?-pregunto Sol sentándose a mi lado.

-Nada bueno de seguro-dijo Elena.

-En este día tan especial quiero hacer una petición especial, Luna Hollister en frente de estas personas te pido que seas mi esposa-dijo silbando hacia la puerta principal, esta se abrió de golpe y entró un Husky Siberiano de ojos grises. Se acercó a mi y depositó un pequeño anillo de plata.

No lo podía creer estaba petrificada. Creo que hasta se me olvidó como respirar, me levanté de mi asiento y trastabillé, Jason y John me tomaron de los brazos y me condujeron hacia la tarima. Uno de los músicos me tendió la mano para subir, cuando estuve cerca de Jackson me lancé a sus brazos llorando (de felicidad).

-¿Qué dices mi amor?-

-¡Sí! Por supuesto que me caso contigo-




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