Clary.
P.O.V MATT.
Mi celular vibra y perezosamente lo tomó de la mesa de noche. Al tenerlo en la mano lo pongo en mi oreja
-- ¿Hola? -- digo medio dormido.
-- Hola Maty -- se escucha una dulce voz.
-- Clary -- abro los ojos.
-- ¿Te acabo de levantar?
-- Amm… No claro que no. -- me siento en la cama, me siento como un adolence.
-- ¿Estás seguro? Puedo llamar más tarde y así puedas descansar más -- diosa ¿Por que están dulce?
-- Seguro, ya dormí suficiente y quiero hablar contigo. -- escucho una risa de su parte.
-- ¿Pudiste hablar con Lexie? -- pregunta con preocupación -- Se que será difícil y si todavía no lo quieres hacer lo entenderé.
-- No te preocupes cariño, hablaré con ella, creo que lo entenderá.
-- Decíamos que sí.
-- Lo hará es nuestra hermana.
-- Es la primera vez que me dice cariño -- dice en un susurro. Trago saliva.
-- ¿Que acaso no te gusta?
-- Me encanta. -- sonrió embobado.
-- ¿Qué es lo que estás haciendo?
-- Nada… Acabo de desayunar, hoy me tocó levantarme temprano, el hijo menos del Alpha me vino a despertar.
¿Quien? ¿Entró a su habitación?
-- Amm… osea que un hombre entro a tu habitación…
-- Así es, un Alpha.
¿Acaso le parece chistoso? Por qué a mí no.
-- Ni a mi, no importa que sea un hijo de un Alpha lo mataré si la toca.
-- Matt -- me llama.
-- ¿Que? -- digo desinteresado y ella ríe.
-- Tiene ochos años.
Mmmm… aún así no cambió de parecer.
-- Yo no he dicho nada.
-- Pero lo pensabas.
-- Tonterías, claro que no. -- vuelve a reír.
-- Espera un segundo… -- se escuchan unas voces en el fondo. ¿Quién está con ella?
Me levanto de la cama aun con el celular pegado en la oreja.
-- Me tengo que ir Maty -- dice triste -- Me toca cuidar al pequeño Alpha.
-- Está bien, llámame por cualquier cosa.
-- Lo se y Matt.
-- ¿Si?
-- Te quiero -- cuelga la llamada y mi lobo aúlla de alegría.
-- ¡Nos quiere! -- exclama con alegría mi lobo, Luis.
-- Sin duda alguna.
-- Pa la próxima yo tomaré el control.
-- Ni loco, harás un desastre como siempre.
-- ¡Que gran confianza le tiene a tu lobo, idiota!
Riendo los ojos y lo ignoro, me doy una dicha rápida, necesito hablar con Lexie sobre el asustó lo más rápido que pueda, ella entendera, aunque me cueste admitirlo, Ethan es un buen hombre.
-- ¡Pero si le hace algo a nuestra hermana será hombre muerto, no me importa que sea el rey! ¡A ella no le tiene que hacer daño!
-- Estoy de acuerdo.
***
Veo a mi hermana bajar las escaleras así que la sigo.
-- Lexie -- la llamó.
-- Hola Matt, ¿Qué pasa? -- ¿Por qué están alegre? Diosa ¿No le gustará la noticia?
-- Quiero hablar contigo.
-- ¿Sobre que? -- la sigo a la cocina.
-- Sobre mi mate pero quiero que lo hablemos en mi cuarto.
-- Claro -- toma una galleta y luego subiremos a mi habitación. Ella se sienta en la cama.
Aquí vamos…
***
P.O.V. ETHAN.
Escucho unos toques en la parte.
-- Pase -- digo, estoy muy concentrado en los papeles que tengo en el escritorio que no me di cuenta quien era hasta que hablo.
-- Hola lobito -- dice con una sonrisa.
-- Hola hermosa -- se acerca a mi y se sienta en mi regazo, pegando su espalda a mi pecho, la envuelvo con mis brazos.
Como me encanta estar así con ella.
-- Te imaginas un futuro así con nuestros hijos -- oh, no. Emm.
-- Ah, si -- logró decir, Diosa, como se lo diré, me empieza a entrar el pánico ¿Y si no lo acepta?
-- ¿Que pasa? -- se alejó un poco de mi para verme.
-- No, nada -- responde y la vuelvo a atraer a mi.
-- ¿Seguro? -- no, no quiero hijos.
-- Seguro.
-- ¿Quieres que te deje trabajar?
-- No, así estoy bien -- pero no hablar de un futuro con hijos.
-- Ok, mi hermano se irá en unos días -- dice con tristeza.
Agradezco que cambiará de tema, sé que no es el mejor pero no quiero que comience a sacar tontas conclusiones.
-- No son tontas, son la verdad, no quieres hijos -- me reprocha mi lobo.
-- ¿Por qué?
-- ¡Puedo ser un mal padre! No quiero que mis hijos sufran lo que yo.
-- Por que su mate es de otra manada y la hija de un beta -- se que se podrá triste con su partida.
-- ¡Pero hay que decírselo!
-- ¿Y cómo te sientes al respecto?
-- Estoy feliz por él. Aunque me entristece que no lo veré por un tiempo pero quiero que sea feliz.
-- ¡Si no lo haces yo tomaré el control y se lo diré, ¡No la quiero ver triste!
-- No te preocupes lo podemos ir a visitar nosotros. Hablando de eso, tengo que ir a Canadá a ver una de las manadas de ahí, porque he recibido quejas.
-- Si se lo dice quedará triste.
-- ¿Quedaré sola? -- Nunca.
-- No, te llevaré conmigo. Nos iremos en dos días.
-- Te imaginas que luego viajaremos con una familia el día que tengamos hijos. -- vuelve a decir.
-- Ah, si.
-- Nidia me está preguntando.
-- No digas nada.
-- Tengo que ir a ayudar a mi hermano con sus cosas -- se levanta de mi regazo, diablos, ¿Estará enojada?
-- ¿Estas enojada?
-- Claro que sí imbécil.
-- No solo que le prometí ayudarle, nos vemos luego -- se excusa, me da un beso en la mejilla y sale del despacho.
Pasé todo el día en mi despacho, Lexie vino a decirme de la comida y le responde que no tenía hambre, no ha vuelto desde eso.