Nunca me cansaré de hacerla reír.
P.O.V. ETHAN.
-- Amor -- siento unos besos por mi cuello, dejó salir un suspiro de satisfacción. Se aleja y gruño, ella ríe. -- Tienes que levantarte -- dice de nuevo. -- Tenemos planes.
-- No gracias, así estoy bien -- vuelvo a escuchar su risa.
-- Me prometiste ir al lago hoy -- me la puedo imaginar con un puchero, ella no es consciente que los hace, pero me encantan.
Me doy la vuelta y la encuentro con una camiseta mia de color gris, le queda grande, provocado que le llegue a la rodillas, está de rodillas a un lado de mi y tiene el cabello desordenado. Yo solo llevo un boxer, anoche fue otra vez mía y si que lo disfruté. ¿Cuando no lo haré? NUNCA siempre disfrutaré del maravilloso cuerpo de mi Omega.
-- Buenos días mi reina. -- la acerco a mi, provocando que caiga en mi pecho, ella ríe. Se sienta en mi torso, diosa, con solo tenerla así no puedo imaginar cosas decentes.
-- Buenos días mi rey -- tiene una amplia sonrisa.
-- Te ves hermosa.
-- No digas tonterías, estoy con el cabello desordenado.
Me siento en la cama aun con ella encima de mi.
-- Para mí siempre eres hermosa. -- le doy un beso. Se separa de mí con una sonrisa.
-- Lo dice por que son tu pareja.
-- Te lo digo por que es la verdad, eres hermosa con cabello desordenado y una camiseta mía puesta. -- ella se sonroja.
-- Tenemos que bañarnos, y así podemos tener nuestro día.
-- ¿Qué tal un baño junto? -- le guiño un ojo y ella ríe.
-- Me parece bien.
La tomó de las piernas y me levanto de la cama, ella ríe, diosa, nunca me cansaré de hacerla reír.
-- Es lo mejor del mundo.
La dejo en el lavado del baño, le levantó la camisa y veo que sus mejillas ya están rojas. Sé que todavía se pone nerviosa cuando veo su cuerpo, pero le daré toda la seguridad para que sepa que a mí me encanta así.
-- Amo tu cuerpo. Amo cada parte de ti.
***
Después de una ducha maravillosa, bajamos a la cocina, ella lleva una falda que le llega hasta las rodillas de color negra con una camisa celeste y unas zapatillas. Ella es tan hermosa.
Nos encontramos con Lukas, que está desayunado.
-- Buenos días flacucho -- lo saludo Lexie y Lukas rueda los ojos.
-- ¿Cuando me dejaras de decir así?
-- Nunca. -- río, una de las sirvientas nos sirve comida.
-- ¿Tiene todo listo? -- le preguntó a Lukas, ya que irá a una manada cercana.
-- Si, tambien ya revise los contratos dos veces ya que me obligastes. -- lo miro mal.
-- ¿Ethan haciendo esa cosas? Claro que no.
-- Ja-Ja que chistoso son. -- ellos rien.
Seguimos desayunando, con ellos haciéndome burla, está claro que le hice también a Lukas, terminamos de desayunar y Lukas se fue a arreglar unas cosas antes de irse.
-- ¿Estas lista?
-- Siempre -- la tomo de sus mejillas y le doy un beso tierno.
-- Me encantas.
-- Y tu a mi. -- ella sonríe -- ve con Martha ella tiene la canasta y yo iré por la laptop.
-- Si señor -- se va saltado provocando que su falda se menea.
Voy a mi despacho por la laptop, está en una gaveta del escritorio, siempre la dejo ahí. La tomó y al salir me encuentro con Saúl.
-- Hola tío Ethan -- dice con una sonrisa traviesa y lo miro.
-- Hola Saúl, ¿Qué has hecho ahora? -- se que ha hecho algo.
-- ¿Yo? Nad…
-- ¡Saúl Scott! Más vale que vengas en este instante -- se oye la voz de Joana, se nota que está enojada, Saúl se esconde detrás de mí. Joana aparece a unos metros de nosotros.
-- ¿Que ha hecho ahora? -- me atrevo a preguntar.
-- No ha hecho ninguna de sus tareas, estuvo viendo la televisión en vez de hacerlas.
Mis padres también se enojaron por ello. Me doy la vuelta y me hinco para quedar al mismo tamaño que Saúl.
-- Saúl, tienes que hacer tus tareas, sino no hay más galletas de tia Lexie -- él me mira con una cara de indignación.
-- ¿No lo harías tío?
Sabemos que ahora es Lexie quien manda, nos ganó a todos con sus galletas.
-- Oh, sí lo haría.
-- Ya voy mamá -- sale corriente a la escaleras y yo río junto a Joana.
-- Ya me imagino como será con tus hijos -- dice ella aún riendo y yo trago saliva.
-- Bueno, ya me voy, Iker está a cargo hoy.
-- Use protección -- la miro mal y paso a un lado de ella. Voy a la sala en busca de mi Omega pero no está ahí, voy a la cocina pero la veo en la puerta hablando con alguien. Aprieto la mandíbula cuando veo que es un hombre.
Me acerco a ellos y finjo una sonrisa. Lexie es la primera en notarme.
-- Ya me tengo que ir, adiós -- se aleja de él y viene a mi, veo al guardia alejarse, si, es un guardia.
-- ¿Quién era él? -- ella rueda los ojos.
-- Un guardia.
-- ¿Y porque estabas con él?
-- Por que me estaba contando cómo conoció a su pareja y sobre su hija, quería hablar con la Luna de la manada de su orgullo -- ok, eso me quita lo celoso pero no por completo.
-- Hay que irnos. -- ella comienza a caminar a la camioneta. Se subió de copiloto mientras yo dejo las cosas en la parte de atrás, luego me subo de piloto.
Lexie pone algo de música, comienza a cantarlas en un susurro pero luego elevó más su voz, yo sólo la mira de vez en cuando con una sonrisa y me gana un beso en la mejilla.
Llegamos al lago y ambos bajamos, bajo también las cosas, ella pone la manta en el pasto y dejó la canasta y la laptop. La veo alejarse del lago. Se quita las zapatillas y entra al lago hasta llegar un poco más bajo de la falta.
La miro extrañado, me acerco a la orilla y la escucho reír. Vuelve de nuevo a la orilla y veo que tiene intenciones de bajarse la falta pero la detengo.
-- ¿Qué crees que haces?
-- Quiero entrar. -- apunta el lago como una niña pequeña.