ENAMORADO

SEBASTIÁN

Encargue un teléfono a la compañía central desde mi oficina así para la tarde ya lo tendría en manos este silencio me está costando mucho, la incertidumbre me está llenando de ansiedad; a pesar de estar tan preocupado el simple hecho de ver a Sofía me tranquiliza. Nunca me había sentido así no sé si sea correcto; pero desde que estaba en su casa he deseado poder besarla y dormir junto a ella.

No quiero separarme de ella, me cuesta mucho y eso me esta asustando.

-. Sebastián – dice tocando mi hombro – si quieres puedo regresar en otro momento

-. Lo siento, que me decías – ese perfume es embriagador deseo besarla ahora; pero quizá la asuste – es que aún no sé nada de mi padre y quiero comunicarme con él

-. Deberías tomarte el día, ya no hay más trabajo atrasado – dice casi parece que está preocupada por mí

-. Es una buena idea; pero me encantaría si tú te fueras conmigo – me mira confundida y sorprendida

-. Yo no creo… debo tomar sus mensajes, y agendar sus… - no quiero salir; pero pasar un momento a solas con ella es una oferta imposible de rechazar

-. Vamos yo te estoy dando permiso, tu jefe entendera – mi mano está jalando de ella – quisiera pasar un día de campo, el día que me salvaste escuche un río cerca ¿podemos ir ahí? - hago un puchero y ella sonríe

-. Está bien – tomamos un taxi a su casa, yo me ofrecí a preparar algunos sándwiches, y ella hacía algo de beber. En una pequeña cesta llevamos lo preparado a la orilla del rio que para mi sorpresa cruzaba entre su terreno, todo alrededor está cubierto de árboles, es solitario; pero da una sensación de tranquilidad. Ella coloco una manta en el pasto y nos sentamos, primero estuvimos hablando de cosas triviales, tenía curiosidad de saber más de ella…

-. ¿Hace cuánto vives aquí? – era una pregunta para poder averiguar algo sobre ella

-. Desde muy pequeña desde los 3 creo - no me miraba

-. Parece ser muy tranquilo - miraba alrededor

-. Es tranquilo, lo único molesto sería las personas que viven del chisme; es algo fastidioso

-. ¿Y tu familia? – al terminar me había arrepentido su expresión era de tristeza – si quieres puedes no responder

-. Está bien – dijo levantando la mirada – mi madre falleció cuando era pequeña no recuerdo mucho y en cuanto a mi padre… - dio un largo suspiro – de un día para otro desapareció hace ya dos años, lo he buscado sin ningún resultado y ningún rastro

-. Lo siento – mi voz era temblorosa – mi madre también falleció hace mucho y mi padre siempre a sido mi ejemplo a seguir, a parte que es el único que me ha protegido y querido desde siempre

-. Hablas como si los demás te odiaran - estaba extrañada

-. Digamos que siempre me han rechazado por ser una especie de hijo ilegitimo de mi padre, aunque ahora lleve su apellido

-. A veces la misma familia es nuestra enemiga, aunque yo no tengo familia de sangre porque mi tío murió hace 5 años y según supe era mi único familiar

-. Bueno… ya que estamos solos al menos acá – las palabras no me salían realmente me sentía demasiado nervioso – podemos apoyarnos

-. Eso sería genial aunque no te conozco mucho - aun desconfiaba

-. De a pocos podemos llegar a conocernos - trate de sonar y tranquilo

Comimos y nos relajamos perdimos la noción del tiempo y recordé que debía recoger el celular que ya debería haber llegado; pero si por mí fuera ese momento lo haría eterno, me sentía tranquilo, aliviado, feliz (y es la primera vez que puedo decir eso)

-. Sebastián – dice haciendo que me siente ya que me había recostado

-. ¿Pasa algo?

-. En realidad como prácticamente me sacaste volando – dice mirando al río – he olvidado todas mis cosas en el trabajo

-. Oh! Lo lamento regresemos, sé que necesitas lo que estás ahí – estaba apunto de levantarme cuando su mano agarró mi brazo y esa corriente eléctrica llego hasta la última parte de mi cuerpo recorriendo cada rincón

-. Gracias – dijo soltándome y recogiendo las cosas, de pronto me provoco tenerla entre mis brazos y sentir su calor; sin darme cuenta la había atraído hacia a mí y estaba abrazándola, creí que me separaría y no correspondería el abrazo y sucedió todo lo contrario (no voy a negar que estaba gratamente sorprendido) después de unos minutos nos soltamos y fuimos a su casa.

Dejamos todo y fuimos a la oficina ella quiso caminar, yo no me opuse quería estar tan cerca de ella como me fuera posible. Al llegar todos estaban de salida, subimos al elevador y fuimos a nuestro piso, en su escritorio esta Helen (acaso no se cansa) esto me da mala espina.

-. Cariño – se levanta e intenta besarme pero la esquivo a tiempo

-. ¿Qué deseas aún debo terminar unos asuntos? – hable lo más seco y educado que podía

-. Te extrañaba y quería ver si podíamos ir a cenar – hablaba tan sensual como podía tal vez antes hubiera caído de inmediato; pero ahora ya no producía nada en mí

-. Será mejor que se retire, estoy ocupado – tomé de la mano a Sofía e hice que pasara a la oficina – espérame – le dije haciendo que me mirará, cerré la puerta de la oficina y lleve lejos a Helen no quería arruinar lo poco que sentía tenía con ella

-. Vete de una vez acaso no te quedo claro que contigo yo no quiero nada – le dije susurrando cerca al elevador

-. Cariño – dice acariciando mis hombros – por favor yo no me he olvidado de ti – intenta besarme y yo no la dejo

-. Basta, no hay nada entre tú y yo... vete y no vuelvas – iba a decir algo, me giré para recoger las cosas de Sofía y entrar a la oficina dejándola con la palabra en la boca. Al entrar ella esta sentada frente a mi escritorio.

-. Lo lamento – digo entregándole sus cosas

-. No se preocupe - otra vez el formalismo

-. ¿Por qué me hablas de usted? – ella no mostraba emoción alguna

-. Usted es mi jefe y yo solo una empleada – se puso de pie para retirarse tomando sus cosa la tomé del brazo e hice que se girara quedando a centímetro de mí, su respiración estaba agitada y podía sentir como su corazón latía con fuerza