Sofía se levantó al sentir los rayos de sol que le daba justo en los ojos, tuvo que parpadear algunas veces para poder acostumbrase a la luz, volteó y él seguía a su lado su respiración acompasada le indico que aún seguía dormido, su rostro aún estaba pálido probablemente por la sangre que había perdido; pero para ser híbrido su herida se veía mejor, se levantó tratando de no hacer ruido, se dirigió a su estante y busco una poción regeneradora para que le ayudara a ambos; su enemigo había absorbido parte de su fuerza con cada ataque y eso era lo que a ella le faltaba comprender.
Bajo directo a la cocina y opto por hacer tostadas, huevos y café una vez que todo estuvo listo, coloco un par de platos en una bandeja y fue de vuelta a la habitación como no había ninguna mesa decidió hacer levitar la bandeja; pero antes coloco un poco de la poción en ambos vasos movió lentamente a Sebastián y no hubo respuesta, se veía tan lindo que no quería despertarlo; aunque era necesario que comiera algo para que se recupere más rápido.
-. Sebastián – aclaró su garganta – despierta – dijo ceca de su oído algo más fuerte que un susurro, él apenas y se movió, tocó su hombro
-. Un momento más… por favor – dijo al fin
-. Debes comer algo, vamos levántate – dijo volviendo a moverlo, sin previo aviso él tomó su mano y la jaló abrazándola.
-. Solo unos minutos – dijo con los ojos cerrados aún
-. Debemos ir a la oficina, tenemos que arreglar el desastre antes de que otros comiencen a sospechar y aprovechar que es fin de semana nadie trabaja hoy.
-. De acuerdo; pero estoy muy cómodo así – una ligera sonrisa se dibujó en su rostro y la pegó más a su cuerpo; ella sonreía y de a poco sus mejillas se comenzaban a teñir de rojo.
-. Vamos levántate – acaricio su mejilla – después volveremos a descansar
-. Promete que volveremos y estaremos así – señalo a ambos – siento que así puedo descansar mejor y … - tomo su barbilla para poder mirarla a los ojos – quería agradecerte sé que mi herida aún no está recuperada del todo pero estoy seguro que si no me hubieses curado yo…- ella tenía su dedo sobre sus labios, negó con la cabeza y sonrió.
Se levantaron y desayunaron ella le explicó sobre la poción y la forma en que le ayudaría, menos mal que él había llevado algo de ropa una semana atrás tomo una camisa azul manga larga, un jean desteñido casi pitillo y unas zapatillas deportivas negras; ella por otro lado tomo un pantalón celeste, polo negro y unas zapatillas plomas.
Al salir de casa el día estaba soleado, en el camino contrataron a un carpintero y un electricista llegando a la oficina en esta solo se veía la puerta que estaba rota en mil pedazos como si hubiera resistido una explosión y los focos de todo el pasadizo era inexistentes; Sofía con un movimiento imperceptible de su mano apareció una pila de focos en la oficina y restauro la puerta dejaron a ambos haciendo su trabajo y caminaron al final del pasillo lograron ver un rastro de sangre negra que para los humanos pasaría a ser como agua derramada, la siguieron hasta que llegaron a las escaleras estas iban subiendo estaban por llegar al piso numero 7 cuando lograron ver un gran bulto en los últimos descansos en medio de un charco de sangre seca; Sebastián se acercó y lo volteo era un demonio tenía sus cuernos y se había protegido con sus alas, tenía una herida en el corazón hecha por lo mismo que lo había herido a él, cuando Sofía trató de acercarse él no la dejó de entre sus manos se veía un papel dorado, él lo sacó con sumo cuidado estaba todo arrugado y no sabía que podía ser.
Sebastián le pidió que por favor hiciera desaparecer el cuerpo con su magia ya que no encontrarían explicación para tal descubrimiento, ella solo chasqueo sus dedos y este se desvaneció, él trataba de leer lo qué estaba en el papel; pero no lo lograba; ella lo tomó e hizo que se limpiara y aclarara ambos pudieron ver una foto de ellos y debajo una reseña que decía “ELLA MUERTE A ÉL VIVO Y AQUEL QUE LO TRAIGA TENDRÁ ACCESO A UN PODER QUE NO IMAGINA”.
Ambos se miraron y comprendieron que ya se acercaba la batalla; un nudo en la garganta de Sebastián se comenzó a formar…
-. Lo siento – acarició su mejilla – es mi culpa que estés en peligro ellos solo me buscaban a mi
-. Tranquilo – tomó su mano con la suya – la verdad… prefiero estar en peligro a estar sin ti
-. Gracias – la abrazo y la hizo girar por un rato – yo no puedo imaginar mi vida si tú no estás en ella – dejó que sus pies volvieron a tocar el piso
-. Me gustas – el calor en sus mejillas era demasiado; pero no se comparaba con la alegría que su corazón sentía – pero…
-. Tu a mí – la interrumpió y se acercaba a ella, parecía que todo se había puesto en cámara lenta, él acortaba cada vez más la distancia, ella cerró sus ojos y espero unos segundos hasta que sintió los labios suaves de él aunque fue más bien un roce y se separaron; ella quería más así que poniéndose de puntitas tomo sus rostro en sus manos y lo beso, él tomo su nuca profundizando el beso, ella llevo sus brazos a su cuello.
Cuando se separaron lo ojos de él tenían un brillo singular y su conciencia dijo “MATE, MATE”, él estaba gratamente sorprendido ella era la mujer perfecta para él, ahora ya podía imaginarse como sería despertar junto a ella cada día, poder abrazarla y besarla cuando quisiera, y tener hijos; formar la familia que tanto había anhelado, sin darse cuenta unas lágrimas estaban cayendo por sus mejillas estaba tan feliz.
-. ¿Te encuentras bien? – preguntó limpiando sus mejillas con el dorso de su mano
-. Estoy tan feliz – dijo colocando ambas manos en su cintura y una sonrisa de oreja a oreja – tú eres mi mate, mi alma gemela, mi complemento, mi todo
-. En serio – sus ojos se abrieron demasiado ante la sorpresa – te quiero – dijo, él volvió a besarla .