Cuando el sol desapareció por completo y solo reinaba la oscuridad, ya que esa noche ni siquiera la luna los acompaño, un portal fue abierto en los límites de la propiedad Sofía sabía que su escudo resistiría un tiempo y acabaría con unos cuantos enemigos; pero después se rompería dando pasó a sus enemigos.
Todos salieron y se ocultaron en los arboles el ataque no se lo esperaría y el factor sorpresa les daba una ligera ventaja, calmaron sus respiraciones mientras pequeñas explosiones se oían a lo lejos.
-. La brujita hizo un buen trabajo – exclamó el líder de los magos – este domo es muy fuerte está agotando a mis mejores guerreros
-. Eso no me interesa – gritó Luzbel – rómpelo de una vez
-. Ya falta poco – dijo el mago – solo un par de ataques más – los magos más débiles sangraban por la nariz y los oídos hasta que caían sobre el suelo exhalando su último aliento.
El domo era capaz de absorber la energía para recuperar su estabilidad; por eso es que era más difícil poder romperlo, ni siquiera los ogros con sus mazos u otras armas podían romperlo en cada golpe el domo absorbía la energía del golpe y lanzaba a su ejecutor muy lejos.
Estuvieron casi media hora y más hasta que con unos 50 cuerpos yaciendo en el campo pudieron romperlo.
-. Ya era hora – dijo la diosa – estoy ansiosa por pelear
Cuando todos entraron, se dirigieron a la casa y al no encontrar nadie se dividieron por lo que alcanzaron a contar a unos 200 y Luzbel a la cabeza con una gran armadura color rojo y dos prominentes cuernos como de un metro con una pequeña flama en la puntas.
-. Acaben con todos – gritó, a lo lejos Sofía pudo ver a su padre estaba con grilletes en sus extremidades y uno en el cuello; apretó sus puños y sus nudillos ya perdían el color.
-. Ustedes encárguense de él – dijo Rafael señalando a la pareja – nosotros nos encargaremos del resto – guiño un ojo, ellos asintieron
Cuando todos estuvieron debajo de ellos se lanzaron al ataque, Sofía y Sebastián corrían derribando a cualquiera que se interpusiera en su camino para llegar a Luzbel, se movían agiles como el viento y blandían sus armas con una destreza inigualable.
Tras ellos se librara una batalla épica, las espadas chocaban uno y otra vez, aquellos que estaban de parte de la luz estaban ganando.
Cuando ambos estaban delante de Luzbel, este solo los miró con desprecio
-. Este par de niños – escupió – vienen a luchar – rio a carcajadas
-. No subestimes a nadie – Sebastián se colocó en posición de pelea con la espada que era regalo de Rafael – comprueba de lo que estamos hechos
-. Hemos entrenado especialmente para este día – habló Sofía – y estamos más que preparados.
Sofía lanzó un par de ataques que Luzbel alejó con gran facilidad, Sebastián se lanzó al ataque y Luzbel convirtió sus brazos en roca soportando cada ataque con dificultad. La fuerza de él había aumentado considerablemente, Luzbel botaba fuego por los ojo en realidad le estaba costando, en un último esfuerzo por repeler su ataque aguanto con ambas manos y lo empujo lo más lejos que pudo; pero para su gran sorpresa solo fue un par de metros.
-. Creo que no eres tan fuerte como dicen – esbozo una pequeña sonrisa – pelea en serio de una vez, no quiero alargar tu derrota.
-. No me provoques – gritó y detrás de él aparecieron dos alas enormes como de murciélago su cuerpo comenzó a hacerse más grande sacando cada musculo a su máximo límite.
-. Esta es tu verdadera cara – dijo Sofía lanzándose al ataque, pero aunque los dos se sincronizaban parecía que a él no lo afectaba en nada.
Sebastián estaba comenzando a perder la paciencia y la energía, la canalizo a su espada la cual brillo con un fuego blanco, se lanzó al ataque y corto con gran facilidad uno de sus brazos, Luzbel gritó ante tal dolor mientras la sangre de un color totalmente negro salía a chorros.
Todos voltearon y sus aliados miraban horrorizados la escena su gran líder no podía ser derrotado; Luzbel tomo su brazo con la otra mano y gritó muy fuerte ocasionando que algunos cayeran de rodillas…
-. Esto no es posible – dijo llenó de furia
-. La acciones hablan solas – dijo Sebastián estaba jadeando ese ataque le llevó gran parte de su energía y estaba con una rodilla en el suelo sosteniéndose de su espada
-. No lo permitiré – gruño otra vez; pero Sofía había aprovechado ese momento para invocar la poción iso facto mortem, estaba totalmente concentrada y sus manos brillaban al punto de cegar a otros. Rafael y la diosa sacaron de inmediato a sus aliados sabiendo lo que venía y cuando sacaron a Sebastián, Sofía sonrió ya podía lanzar el ataque, se enfocó en la parte derecha de luzbel y miró a unos cuantos enemigos.
Cuando alcanzo el punto máximo de concentración estaba levitando a unos metros del suelo, abrió los ojos y lanzó el hechizo. Luzbel lo recibió en las costillas del lado derecho gimió y aulló de dolor cuando un fuego lo envolvió y desapareció los que estaban más cerca fueron decapitados en un instante, otro grupo salió huyendo tras haber presenciado el gran poder de esa maga.
Rey había alejado a Gaspar ya liberado por orden de la diosa quien lo miro con benevolencia por la ayudad brindada.
Sofía cayó fuertemente en el suelo, trató de abrir los ojos; pero solo por un instante al ver que habían ganado todo se volvió oscuridad y un infinito silencio.
Rafael corrió hacia ella y la tomo en sus brazos, con sus manos curo sus heridas; sin embargo ella no despertó.
Sus aliados se fueron despidiendo poco a poco, prometiendo encontrar a los traidores y castigarlos, y a la vez deseando que la elegida se recupere.
Pasaban las semanas y Sebastián se sentía cada vez más culpable cuando Rafael le explico esa parte que –Sofía había obviado, ella se estaba sacrificando por él y no podía hacer nada.
No se despegaba de ella en ningún momento Gaspar y su padre trataban de consolarlo; pero era imposible.