Mi Mayor Obra De Arte

Prólogo

Una de las ilusiones más grandes de un joven es ser independiente, cumplir todos sus metas y tener un futuro soñado.

 

Pero él o ella no ve la responsabilidad que eso conlleva hasta que lo vive en carne propia. A mis 14 años de edad ya yo sabia lo que quería lograr, aunque no recibí el apoyo de mis padres luché, me gradué de la secundaria y tiempo después me mudé lejos al departamento que con tanto sacrificio había logrado rentar.

 

Gracias al talento y pasión que sentía por el arte, el trabajo que hacía era alucinante y se vendía como pan recién salido del horno. Eso me ayudaba tanto para pagar el lugar que había adoptado como mi hogar como para pagar al lugar que me otorgaría mi título universitario.

 

Con el pasar de los meses la situación se fue enfriando y necesitaba buscar un nuevo metodo de ingreso, pues las cuotas iban en aumento y los gastos se multiplicaban con cada día que pasaba.

 

Estoy en una situación muy grave, económicamente hablando. Literalmente estoy entre la espada y la pared. No sé que hacer.

 

-Dime qué es lo que puedo hacer- dije un poco preocupado. Mis pensamientos me agobiaban.

 

-No lo sé- respondió Kristen pensando en una solución que podría ayudarme en la situación en la que estaba.

 

-Asi como vendes tus obras artísticas, también podrías vender, que se yo... Dulces, bisutería o cualquier otra cosa.- opinó Robert.

 

-¿Con qué tiempo? Estoy literalmente limitado entre la universidad y mi arte- respondí.

 

-Si, pero tal vez Robert tenga razón Theodore. Tienes que hacer otra cosa que te dé de verdad ingresos.- sugirió la castaña pero me negué.

 

-Lo sé, pero esa es mi pasión y mi futuro Kristen. No puedo dejarlo- dije definido.

 

-Cabeza dura- susurró rodando los ojos, e iba a responderle pero me interrumpieron.

 

-Tengo una idea pero no sé si te gustará- habló Robert un poco pensativo.

 

-No importa, solo dilo.- exigí ya casi a punto de desistir.

 

-Bueno, podrías alquilar tu departamento- propuso y sonreí ante la incrédula idea.

 

-No es mala idea- le apoyó Kristen.

 

-¿En serio? ¿Cómo puedes pensar que alquilaré mi departamento? Capaz viene alguien con costumbres raras o un ladrón y adiós a todo- respondí enseguida.

 

-No seas negativo hombre. Mira, hay tres habitaciones, dos baños, la cocina es lo suficientemente grande al igual que los demás espacios- dijo la castaña señalando su alrededor.

 

-No me convence del todo- hablé después de unos minutos rascándome la cabeza aún dudando.

 

-No te preocupes, tengo al inquilino perfecto en mente- respondió Kristen.

 

-¿Cómo?- pregunté aún más dudoso que antes.

 

-Tranquilo, yo manejo todo, solo me toca preguntarle si aceptaría la propuesta- habló pensativa.

 

-¿De quién hablas?- volví a preguntar.

 

-De la persona posible ocupante, obvio. ¿De quién más?- respondió sin más. Miré a Robert y estaba sonriendo. Me encogí de hombros seguido de él.

 

-Bueno, todo sea por el dinero- dije más para mí mismo que para ellos dos.

 

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-¿Así comienza la historia?- pregunta Emma.
 

-Más o menos- respondo.
 

-¿Entonces como comienza?- cuestiona ansiosa.
 

-Bien. Esta es la historia de...



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En el texto hay: novelajuvenil, amor, sheo

Editado: 14.11.2020

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