Mi medicina

CAPITULO UNO

Corre...

Corre...

Corrí desesperadamente, sentí el viento frío soplando en mi cara, mis brazos estaban cansados ​​de moverlos, mis pies hormigueaban por la pista dura en la que corría, mis latidos se aceleraban cada vez más, mi pecho me dolía mucho, mi frente tenía densas gotas de sudor y mi respiración era totalmente incontrolable.

Sentí la presión en el pecho y el dolor en mi cabeza se intensificaba. El aire sencillamente se negaba a llegar a mis pulmones. 

Me sentía mareada, demasiado.

Miré hacia atrás para ver si la persona que me seguía antes estaba detrás de mí,  esperando que me cansara, pero por fortuna no vi la silueta ni nada que pudiera lastimarme, así que decidí reducir la velocidad.

Cuando sentí que estaba segura, me detuve, puse las manos en las rodillas y levanté la cabeza; y vi la noche con pequeños destellos que deslumbraban mi vista , era lúgubre y extraordinaria .

Es como contemplar y sentir un tranquilizante que recorre cada parte de mi cuerpo.

―Aaaaaow! This hit, that ice cold Michelle Pfeiffer, that white gold This one, for them hood girl Them good girls, straight masterpieces Stylin'...

―Nooo, 5 minutos más ― murmuré por lo bajo al escuchar mi alarma sonar.

No quería ir a trabajar, quería quedarme en mi casa, en mi cama donde me siento segura, donde sé que estaré bien.

Pero lamentablemente no puedo darme el lujo de hacer eso. Soy una interna en cirugía, tomarse un "respiro" definitivamente no es una opción.

Me levanté con pereza y apagué mi alarma, me desplacé hasta donde se ubicaba la ventana y abrí las cortinas; todavía no amanecía , aún estaba oscuro .

Y por alguna razón lo disfrutaba , disfrutaba su dulzura, su silencio.

Simplemente, me encantaba.

―Es simplemente maravilloso.

Decidí dejar de admirar la vista y cambiarme para ir a mi turno. Bajé las escaleras y olí el delicioso olor a pasteles que se esparcía por toda la casa.

―Apuesto que es Emma.

Al terminar el último escalón me asomé disimuladamente para observar quien era .

Y dicho y hecho, era ella.

―Sabes que tienes todo un departamento para ti sola ¿No?― no sé por qué ella siempre está aquí, no me malinterpreten. Ella es mi amiga y amo que se quede aquí, pero a veces no entiendo el motivo por el cual ella deja un lujoso departamento para venir a mi humilde hogar. 

―Eso va directo al corazón, Kita ― bromeó poniendo una mano en su pecho, fingiendo estar afectada por lo que expresé.

―Ja, hace tiempo que no me dices así, Emití ― hablé con una sonrisa burlona , recordándole cuando éramos adolescentes. No recuerdo la última vez que nos llamamos así, fue hace demasiado tiempo.

―Te hice unos panqueques y agradece al cielo, porque no están quemados y libres de cualquier causa que provoqué intoxicación ―habló y estiró el brazo con un plato lleno de panqueques cubiertos por miel, junto con una pequeña cereza para la decoración. Lo recibí y fui a sentarme al mesón para poder comerlos, o si es que podía

―Más te vale ― los probé y por alguna extraña razón estaba delicioso.

Mhhh, sospechoso.

Examiné detalladamente el lugar para ver si encontraba alguna pista de que los haya comprado en un supermercado, porque no había manera de que les hubieran salido tan ricos.

―Te aseguro que lo hice yo ― habló notando mis intenciones.

―Admito que estoy sorprendida ― y vaya que lo estaba. Miraba fijamente los panques buscándole un defecto, pero no había ninguno, parecía asta hechos por los propios dioses. 

Emma se sacó el mantel de cocina y lo dejó en una silla para luego caminar hasta donde yo estaba y se sentó a mi lado , pude ver por el rabillo del ojo que me observaba fijamente como si dudara en hablarme o pensara muy bien lo que iba a decir , pero finalmente suspiró y me comentó: 

―¿Vas a trabajar en la noche? ― cuestionó lentamente, mencionado cada palabra con delicadeza y cautela.

―No ― le respondí y decidí enfrentarla ―. Solo en la mañana ya que tengo que cantar en la noche. Por algo te pedí prestado el vestido azul .

―¿Y cómo es que se llama esa familia?

―Hum...Si es que la memoria no me falla ... es Mercedes. Si, la familia Mercedes .

La esposa , la señora Julie; me contacto para cantar en la fiesta de cumpleaños de su esposo ya que desde que llegué aquí, trabajo como cantante en ceremonias y eventos pero ahora que trabajo en el hospital puedo tener más ingresos y pagar gastos adicionales.

En el momento de contratarme, Julie me indicó que era una ceremonia formal, ya saben ; vestidos largos , un lugar gigantesco , música clásica de fondo y señores mayores tomando una copa de vino blanco .

―Y... solo por curiosidad ¿No hay un chico guapo y galán dentro de esa familia? ―indagó con una cara que conocía muy bien.

―Emma... sabes que no me gusta socializar con las familias, solo canto, me pagan y me voy .

―Ohm, Camille, déjame ir. Por favor, te lo suplico amiga .

―Sabes que diré que no― repetí levantando mi vaso y tomando un sorbo de él .

―Muy bien, entonces ― se levantó de la silla y se dirigió hasta el marco de la puerta , hizo uno toquecitos en ella y me miró por encima de su hombro ―. Creo que el vestido que me pediste para esta noche no estará disponible por hoy .

¿Disculpa?

―No te atreves ―inquirí en tono de advertencia. Ella no podía hacerme esto y solo por una tonta fiesta .

―Claro que puedo, es más,  lo estoy haciendo ahora mismo. Tres horas ; solo tres horas y después nos podemos ir a casa tranquilas y felices .

Muy bien, perfecto .

Ella quiere jugar de esta forma, entonces; que comience el juego, cariño

―Dos horas ―lancé mi primer trato, tenía que aceptarlo, solo era una hora menos .




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.