Martes por la mañana y como lo habíamos acordado, todos nos encontramos desde primera hora en la aburrida y monótona sala de espera de la clínica a esperar noticias de Isabella tal y como hicimos ayer. Tengo que aceptar que hoy estamos menos ansiosos y/o preocupados que ayer, sobre todo Ann, Sebastián y yo, por lograr infiltramos en su habitación para verla y percatarnos por nuestros propios medios que ella está bien, o por lo menos no tan grave como nos imaginábamos. El problema ahora es que como sabemos que ya despertó, todos queremos entrar a verla y no nos lo permiten, algo que además de parecerme extraño, es significado de problemas porque casi puedo asegurar que los chicos planean hacer otra infiltración.
–Bueno me harte, hoy seré yo quien entrara a verla – Anuncia enojado Luis después de regresar de hablar con una enfermera que le confirmo que aún no tenemos permitido ver a Isabella.
– Igual nosotros queremos entrar a verla – Señala Alex y Jessica asiente.
– Yo quiero ver a Nill – Apunta Evelyn y Luis la mira extraña.
– Ya les dijimos que está bien – hablo y Ann asiente a mi lado junto con Sebastián.
– Queremos verla y vamos hacerlo, el que ustedes nos digan que está bien no cambia nada.
– Técnicamente lo empeora – Reconoce Vanessa – Ah y mi primo si puede recibir visitas, entra y velo si quieres.
– No es justo que ustedes la vieran y nosotros no – Observa Luis, frunciendo el ceño cuando Evelyn se acerca a Vane para hablar de Nill.
– Pues a ver cómo le hacen porque desde que nos atraparon ayer, pusieron a ese camillero gorila para proteger la puerta – Señalo en tono malvado, dejando escapar una pequeña sonrisa mientras miro en su dirección.
– Simple, ustedes vigilan mientras nosotros entramos – Apunta Alex – Como hicieron ayer, pero sin dejar atraparse.
– Excelente – Afirma Luis sonriendo en compañía de Jessica.
– Pero... – Empiezo a quejarme, pero los tres me fulminan con la mirada, así que obedezco a regañadientes.
–Bien Laura ve a coquetear con el enfermero – Me ordena Vane.
– ¿Qué? ¿Por qué no vas tú?
– Porque tiene que ser uno de ustedes tres y Sebas es hombre y Ann no se le da lo de seducir, sin ofender – Confiesa mirando a Ann, esta le resta importancia con un gesto – Así que solo quedas tú.
– Pues no quiero y no van a obligarme – Declaro, cruzándome de brazos.
– Está bien, yo lo hago – Acepta de repente muy animada Evelyn – Puedo esperar hasta que le autoricen las visitas para verla. Además, quiero vengarme por lo de ayer – Le ofrece una sonrisa malvada a Luis y se va muy coqueta, hacia el gorila.
Todos nos quedamos mirando a Evelyn, que se acerca toda golfa al gorila, agarrándose las puntas de su cabello y sonriendo de manera muy atrevida y coqueta.
Los chicos empiezan a concretar la otra parte del plan, distraer a la recepcionista y buscar el momento exacto para entrar, pero Luis empieza a lucir enojado cuando Evelyn entabla conversación con el enfermero/camillero, y aprieta los puños con fuerza hasta dejarlos blancos cuando esta posa sus manos sobre el pecho y los brazos del tipo con una sonrisa en su rostro. Todos notamos la situación y por precaución Sebas se coloca frente a él y yo le agarro la camisa cuando decide dar un paso con la cara roja de ira, entonces Evelyn se gira en nuestra dirección con una expresión seria y molesta, casi tan molesta como lo está Luis y luego de un par de palabras más regresa totalmente frustrada.
– ¿Qué paso? No hiciste la señal – Pregunta Vane. La irritación de Evelyn se le escurre en la cara.
– Es Gay – Contesta entre dientes. Todos miramos boquiabiertos al gorila.
– El gorila es Floripondio – Se burla Alex, Vane y los demás estallamos en risa.
– ¡Qué mal te salió la venganza mi amor! – Luis relaja los puños y se une a la burla entre carcajadas.
Por un momento todos olvidamos el plan y nos unimos en risas, excepto Evelyn claro, que hace un mohín y nos mira molesta.
– Te dije que era afeminado – Le dice Sebas a Alex.
– Sí, sí, toma tus cinco mil – Se queja Alex estirando un billete frente a él.
–Bueno ¿y ahora cómo hacemos? – Pregunta ahora sería Jessica
– Pues me dijo que Luis era muy guapo así que... – Comenta Evelyn con malicia.
– ¿Qué dijo qué? – Luis arruga su cara en una mueca.