Mi mejor amiga.

Planes de un sábado.

Alenda. 🍊

El sábado por la tarde estaba en pleno apogeo, y mi habitación era un caos de ropa tirada por todas partes.

Después de haber consumido mi desayuno inmediatamente me había dado una ducha rápida y me había encerrado en el cuarto.

Incluso si tenía que permanecer en mi casa, quería mantener una imagen distinguida pero tampoco tan estética.

No podía decidir qué ponerme. Después de lo que pasó ayer con Haru, no quería que Sandra pensara que algo había cambiado entre nosotras, pero tampoco quería verme desarreglada. Si bien eran muchos los rumores relacionados a Haru, casi nada, por momento, no era real. Ella había sido estupenda conmigo y en ningún momento me había faltado el respeto, se centró en que me divirtiera con sus amigas.

Opté por algo sencillo: un short de mezclilla y una camiseta verde pastel, lo suficientemente cómoda como para pasar la tarde en casa sin sentirme demasiado expuesta, pero no tan descuidada. Me recogí el pelo en una coleta alta y me miré al espejo una última vez antes de bajar.

La casa estaba en silencio, ya que mi padre había salido a trabajar y mi madre estaba fuera haciendo recados. Sería solo Sandra, Casper, y yo. Me gustaba la idea, aunque no podía evitar sentir esos nervios que siempre aparecían cuando Sandra estaba cerca.

Tal vez porque era mi primera amiga verdadera.

Sandra llegó puntual, como siempre. Al abrir la puerta, me encontré con su sonrisa despreocupada, y la habitual energía que traía consigo llenó la sala. Llevaba una camiseta gris de Nirvana, que le quedaba un poco grande, y unos jeans rotos que parecían haber visto mejores días, pero que en ella se veían perfectos.

Es que ella siempre lucía genial, todo parecía combinar con su piel trigueña. Con su esbelto cuerpo y actitud encantadora, adoraba el hecho de haberla conocido.

"¡Hola, Ale!" me saludó, entrando como si fuera su propia casa "¿Preparada para una tarde de películas?"

Desde ese día del incidente en el transporte público ella parecía evitar mencionar la palabra casa. Fue una suerte que se haya olvidado de tal acción, no quería que se sintiera culpable por lo que había pasado, finalmente nadie puede controlar los sucesos que van a pasar de un momento a otro.

"Más que preparada" respondí, cerrando la puerta detrás de ella y sonriendo.

Nos acomodamos rápidamente en el sofá. Sandra se tiró con total despreocupación, estirando las piernas sobre la mesa de centro, mientras yo me sentaba más formalmente al principio, aunque no tardé mucho en imitarla.

No había necesidad de cumplir las etiquetas que una dama debía seguir según lo establecido por la alta sociedad. Ya no estaba envuelta en dicho mundo, al menos por ese instante.

Las películas que habíamos elegido eran una mezcla de comedia y acción, lo típico que solíamos ver cuando queríamos pasar una tarde relajada.

"¿Qué empezamos a ver?" pregunté mientras tomaba el control remoto y buscaba en el catálogo de películas.

"¿Qué tal algo clásico?" sugirió Sandra "Ya sabes, algo como Duro de Matar".

Reí al escuchar su sugerencia. Duro de Matar era una de esas películas que nunca fallaban para pasar un buen rato, con Bruce Willis en su papel icónico de John McClane, un policía que, por casualidad, siempre termina en el lugar equivocado en el momento equivocado. En este caso, un grupo de terroristas toma el control de un edificio y McClane, descalzo y herido, se las ingenia para frustrar sus planes.

"Esa película tiene siglos, pero siempre funciona, ¿eh?" comenté mientras la buscaba en la lista de películas.

"Es la magia de las pelis de acción de los ochenta. Tiros, explosiones y frases inolvidables" dijo Sandra, estirándose para tomar un puñado de palomitas.

Pensaba que no me iban a gustar ese tipo de cinematografías debido a los objetos que empleaban, pero vaya que me divertí, y más con la compañía de Sandra. Por supuesto que terminé cediendo ante la recomendación, me parecía algo estupendo.

La tarde parecía comenzar bien.

Pero justo cuando íbamos a empezar, oí el sonido de la puerta principal. Mi corazón dio un salto.

¡Papá!

No esperaba que volviera tan pronto. Antes de que pudiera reaccionar, Sandra, con un instinto rápido, saltó del sofá.

Bueno, ella seguía siendo la chica rápida y valiente que conocí, y podría decirse que me gustaba ese reacción suya, siempre buscaba una solución a un problema y se encargaba de resolverlo.

"¡Voy al baño!" exclamó, corriendo hacia el pasillo. Ni siquiera me dio tiempo a pensar en dónde esconderla.

Mi padre entró justo después. Llevaba unos papeles en la mano y su expresión era relajada, pero claramente se sorprendió al verme tan nerviosa en la sala con toda la comida esparcida sobre la mesa.

Si bien mi padre era un tipo prudente, no era tan observadora como mi madre, aún así debía evitar que se pusiera cauteloso.

"¿Alenda? ¿Estás bien?" preguntó, frunciendo el ceño.

Tragué saliva, buscando la primera excusa que me viniera a la mente. Eso de mentir no lo era lo mío, pero vaya lo que últimamente lo estaba haciendo a menudo.

"Sí, papá. Es solo que... bueno, me ha venido el periodo, y tenía antojo de comer algo. Por eso puse tanta comida" mentí rápidamente, señalando las bolsas de palomitas y las galletas en la mesa, intentando sonar convincente.

Él pareció comprar la excusa y asintió lentamente. Sin embargo, justo cuando iba a moverse hacia el baño, donde Sandra estaba escondida, el pánico me invadió.

"¡Papá, no vayas al baño!" dije, casi demasiado rápido. Intenté calmarme y agregar "Es que lo dejé hecho un desastre y me da muchísima vergüenza que lo veas así".

Mi padre me miró por un momento, evaluando la situación, pero al final se encogió de hombros.

"Está bien, hija. Solo vine a buscar unos archivos, no te preocupes. Ya me retiro a la oficina".

Suspiré aliviada cuando se dio la vuelta y desapareció por el pasillo. Esperé a escuchar el sonido de su puerta cerrándose antes de caminar lentamente hacia el baño. Toqué la puerta y la abrí solo lo suficiente para ver a Sandra, que estaba apoyada contra el lavabo, aguantando la risa.



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En el texto hay: chicaxchica, lesbianas, saga

Editado: 12.11.2024

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