Roto en pedazos
—Si claro, dígame. —respondí pensando que haría chiste de eso, pero me equivoque ya que él seguía igual de serio, evitando nuestro contacto visual lo cual me lastimo.
—La verdad es que lo nuestro ya no puede continuar, así que por el bien de ambos debemos terminar esto en este momento. —dijo y la verdad es que cuando lo escuché, todo mi mundo se cayó a pedazos, no podía procesar lo que él me estaba diciendo.
—¿Es una broma verdad?, Matthew si es una broma no es nada chistosa, sabe que no me gusta que juegue así. —Dije con una pequeña sonrisa en el rostro intentando no partirme en mil pedazos y que mi voz no se quebrara tanto, pero él seguía sin verme y con el gesto serio lo cual hizo que enseguida borrara la sonrisa de mi rostro, pues no podía creer que esto estuviera pasando.
—No Samanta, no es ninguna broma, la verdad es que me canse de esta relación a distancia, me canse de todo esto, de intentar mantener una relación que para mi no tiene futuro y lo mejor es que no nos volvamos a hablar... ni... a ver. —contestó lo último casi en un susurro y con la voz cortada, lo cual me pareció muy raro ya que él era el que me estaba destruyendo a mí con cada palabra que salía de su boca. Después de escuchar eso ya no pude soportar más y aunque intenté ser fuerte no pude y empecé a llorar en silencio, aunque unos sollozos se escapaban de mi boca sin que yo pudiera detenerlos.
—¿Por qué Matthew? ¿Por qué me hace esto, por qué me lastima de esta forma?, no entiendo porque dice estas cosas, si hace apenas unos días me decía que me amaba y hoy dice esto ¿por qué? simplemente no puedo entender. —agregue dándole pequeños golpes en su pecho, sin poder evitar llorar, sintiendo una gran opresión en el pecho la cual sentía que acabaría conmigo.
—Lo siento Samanta, pero es lo mejor, enserio ya no podía más con esta farsa y tal vez la llegue a amar, pero la distancio se encargó de arrancar todos esos sentimientos de mi corazón y no le quiero mentir ni mucho menos que perdamos el tiempo en algo que para mi no tiene sentido. —Me dijo agarrándome las muñecas para que dejara de pegarle, lo que hizo y dijo me enfureció tanto, levanté el rostro y noté que tenía los ojos cristalizados, pero eso ya no me importa, necesitaba sacar este dolor que me consumía, todo el dolor que él me provocaba con sus palabras, ese dolor que se arraigó en lo más profundo de mi corazón.
—No puedo creer lo cruel que puede llegar a ser. ¿Tiene otra verdad, eso es lo que pasa, me cambio aun cuando yo lo amo, solo me utilizó y allá está con otra, es eso verdad dígame es eso? —Le pregunté casi en gritos sin poder reprimir mis lágrimas, las cuales salían de mi sin permiso alguno rodando por mis mejillas llegando a mojar mi camisa.
—¡Si eso es lo que quiere, si tengo otra a la que sí amo y usted solo fue un pasatiempo mas solo la utili...! —No deje que terminara, ya que le estampe mi mano es su rostro con toda la fuerza que pude, ya que no lo podía escuchar más, pues cada palabra que él pronunciaba era como si se encajaran un millón de cuchillos en mi corazón.
—¡Lo odio Matthew, lo odio, me ha lastimado como no tiene idea, espero que esté feliz y que seas feliz con ella! le juro que nunca olvidaré el daño que me causó, ya que yo daba la vida por usted, simplemente lo convertí en mi prioridad lo cual claramente fue un error ya que yo daba todo por alguien que ni siquiera valía la pena, enserio que ojala y el karma no le haga pagar lo que me está haciendo y sea feliz aun cuando no se lo merece. —Dije corriendo hacia el estacionamiento abrazando a mi osito, al llegar a mi auto entre y deje el oso en el asiento del copiloto para después entrar yo y cerrar la puerta, cuando ya estaba adentro no pude más y empecé a llorar más de lo que había llorado en toda mi vida. No puedo creer que él ha hecho esto, me siento muy mal no sé qué hacer siento que ha roto todo lo que tengo adentro, se siente como si muchos luchadores me hubieran golpeado a la misma vez al punto de dejarme casi muerta, así se siente solo que mil veces peor, solo que el dolor no es físico, sino emocional lo cual lo vuelve peor, ya que es tan asfixiante que me cuesta respirar, tan solo pensar me duele. No puedo dejar de llorar simplemente las lágrimas salen de mi sin detenerse y los sollozos poco a poco aumentan, así que espero en el auto hasta que esté tranquila, ya que no quiero tener un accidente, ya que por más destruida que él me haya dejado nunca atentaría contra mí vida.
Después de quince minutos ya no tenía más lágrimas que derramar, así que decidí que era tiempo de manejar, después de manejar por veinte minutos llegué a mi casa. Cuando llegué vi un auto estacionado al lado del de mi padre. Cuando baje ya sin ganas de nada agarré mi oso y metí la llave en la cerradura para después entrar en mi casa y en la sala había un invitado hablando con mis padres y la verdad es que cuando se volteo me di cuenta quien era, me sentí un poco feliz aunque aún no lo suficiente para borrar un poco del dolor que yacía en mí interior por culpa de Matth, ese invitado era Isaías, pues aunque no olvidaba lo que habia hecho, no tenía sentido pelear por defender algo inexistente.
—Hola mi niña, que bueno que llegas, Isaías te está esperando ya que te vino a visitar. —Me dijo mi mamá.
—Emm si hola, lo siento. —Dije yo intentando sonreír, aunque eso ahora era muy difícil, casi imposible.
—Tranquila, lo bueno es que ya estás aquí, y dime ¿cómo has estado?, ¿cómo está Matthew? —me dijo Isaías sé que con buena intención intentando hacer lo que le dije, ya que ellos no saben nada, pero al escuchar su nombre el dolor se hizo más intenso casi insoportable, casi quitándome el aliento y no pude evitar empezar a llorar, así que salí corriendo a mi habitación, necesitaba acostarme, estar sola. Luego de llegar a mi cuarto y empezar a llorar en mi almohada, tocaron mi puerta.
#4319 en Novela romántica
#269 en Joven Adulto
el primer amor, desamor tristeza amargura corazn roto, mejoramigo
Editado: 16.01.2023