Mi Mejor Amigo

EXTRA

FINAL ALTERNATIVO

 

Si deciden quedarse con este final deberán de omitir los últimos capítulos desde el capítulo 43 hasta el prólogo.

 

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Parte 1

Al regresar de nuestra luna de miel, nos mudamos a la casa que nos regalaron nuestros padres. La cual era hermosa, de tres pisos, jardín enorme delantero y trasero, con un pequeño bosque de fondo el cual era separado solo por una cerca. Simplemente perfecta.

*****

Luego de una semana ya habíamos acomodado todas las cosas de la casa.

Y también había investigado y preguntado más sobre un posible embarazo, pero lastimosamente recibí malas noticias, ya que según estudios, las personas que reciben quimioterapias quedan totalmente estériles, así que no podremos tener hijos, eso me dolió mucho ya que yo tenía la ilusión de tener un hijo con Matth, aunque me dolió no le dije a él ya que no quería afectarlo con tal noticia, pues tenía hasta un cuarto apartado para él bebe, el cual empezó a decorar y arreglar desde que nos mudamos. Como se veía tan ilusionado simplemente lo apoye y ayude a tener todo listo, aun sabiendo que era imposible que pudiéramos tener un bebe.

—Tenemos que comprar la cuna. —Dijo sonriendo, ya que era lo único que nos faltaba. Pues mientras yo trabajaba se iba a comprar las cosas con su mamá y la mía, aunque algunas cosas las compramos juntos en mis días libres.

—Está bien, la compramos mañana. —respondí sonriendo. Intentando ocultar cuanto me seguía doliendo esto.

—Claro, si no donde dormirá él bebe. —contestó sonriendo. A lo cual yo le devolví la sonrisa. La verdad es que este secreto solo lo sabían dos personas, Fernanda e Isaías, los cuales me apoyan mucho con el dolor que me causaba saber la verdad.

****

Siete meses después:

Estos meses han pasado muy rápido y aun no le he dicho a Matth la verdad del porque no he quedado embarazada aun. Simplemente le he dicho que quizá aún no es el tiempo. Pues no quiero verlo triste, ni mucho menos desilusionado.

Estas últimas semanas hemos salido mucho con Matth a diversos lugares, parecemos dos adolescentes, aunque quizá él ya no es el mismo, ya que ahora se cansa muy rápido. Pero por eso trato de que comamos saludable y de que realicemos pequeñas caminatas para que él no se sienta mal y poco a poco recupere sus fuerzas. Hasta compramos un perrito, pues desde hace mucho queríamos uno. Y hace tres meses fuimos a adoptar a un hermoso bebe de tan solo dos meses. El cual nos hace reír día a día con sus travesuras, ocurrencias o berrinches, así que ambos lo nombramos y por decir ambos quiero decir yo solamente, Snowball ya que insistió que llamarlo pato o conejo no era muy coherente que se diga, aunque a mí me suena de lo más normal del mundo, pero bueno por esa razón ahora se llama Snowball y es nuestra pequeña bola de pelos.

Hace quizá un par de meses tomó la decisión de retomar sus clases solo que ahora serán vía internet para que se le facilite, seguirá con arquitectura ya que le sigue apasionando aunque le gusta mucho que cocinamos juntos, también cocina con nuestras mamás cuando me toca trabajar y la verdad es que estoy muy feliz, ya que siento que poco a poco se siente mucho mejor. Pues no ha tenido recaídas desde unos días antes de la boda, ya no tiene mareos o náuseas, eso alimenta mi esperanza solo espero no estar ilusionandome de más ya que eso me devastaría.

Hoy es el primer día que paso lejos de Matth. Ya que normalmente solo realizo medios turnos. Pero por una emergencia médica me solicitaron estar todo el día, lastimosamente en el hospital hay muy pocos neurólogos.

Me siento muy ansiosa ya que he pasado toda la mañana ocupada y no he podido hablar con Matth, ya que cuando me vine a trabajar aún estaba dormido y no quería despertarlo, así que no me despedí de él.

Estoy revisando el papeleo de mis pacientes cuando se me acerca Isaías con cara de asustado.

—Sami. —Me dijo al estar a lado mío.

—Hola Isaías. ¿Qué pasa? —Le pregunté, ya que lo conocía tan bien que sabía que me quería decir algo.

—No es nada, solo quise venir a visitarte. —respondió mostrándome una sonrisa forzada.

—Isaías sabes que te conozco muy bien, acaso no recuerdas que compartimos departamento cuando hice lo de Matth y no quisiste dejarme ir sola. —Le dije, pues así fue, él estuvo conmigo en todo ese proceso dándome su apoyo.

—Ufff, cómo olvidar esa locura. —contestó entre risas.

—Bien, pues tienes la misma cara que hacías cuando me ibas a contar sobre tus conquistas y sabías que te regañaría. —Le dije, pues más de una vez lo regañe por ser tan enamoradizo, ya que llegaba al punto de tener a dos chicas comiendo de la palma de su mano, así que tenía que hacerlo entrar en razón para que cambiara y gracias a eso es que ahora se encuentra comprometido nada más y nada menos que con mi mejor amiga. Si lo se, soy toda una cupido, a veces creo que me confundí de profesión. ¿En qué estábamos?

—Está bien, odio que me conozcas tan bien. —Dijo haciendo un puchero.

—Por algo soy tu mejor amiga, ha y también la mejor amiga de tu prometida, así que es punto doble. —Le dije riendo.

—Si lose, lose. Bueno la cuestión es que he visto a Matth entrar al consultorio de Leandro. —Dijo muy serio. Lo cual me puso nerviosa, ya que el doctor Leandro Velásquez es un compañero de mi área y no entiendo que hace Matth aquí.

—¿Y le hablaste? —Le pregunté muy nerviosa y preocupada.

—No, decidí venir directo contigo, pensé que sabías que hacia aquí. —Me respondió apenado al darse cuenta que yo no sabía nada.

—No, la verdad es que Matth no me dijo nada. —Le dije viendo un punto fijo.




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