Mi Mejor Apuesta

Capítulo 3:Combo doble.

Valeria tapó mi boca y me arrastró lejos de mi blanco de venganza al adivinar mis intenciones de arremeter contra el rubio desalmado. Intenté zafarme de su agarre y me fue imposible. Tenía fuerza la condenada.

Él, por su parte, nos miró extrañado, como si no me reconociera. Nos ignoró y continuó hablando con su grupo de amigos como si nada. Sólo recordar cómo me había mirado después de destrozar a mi Sol, hizo que mis entrañas se retorcieran de rabia.

Valeria me sentó en la banca y me tomó de los hombros. Miró hacia atrás, temerosa. Luego me encaró, espantada.

—¡¿Te volviste loca?! ¡Dijiste que somo le dirías amablemente que nos había empapado por accidente!

—¿Accidente?— reí con amargura—. De seguro no fue un accidente— vi como subía al auto para marcharse e intenté volver a levantarme Valeria me sentó de golpe—. ¡Oye! Tú no lo entiendes.

—¡No, tú no lo entiendes! No puedes meterte con Black Donnovan. Créeme, sale más barato pagar la lavandería que meterse con él.

—¡Esto no es por mi ropa!—exclamé, molesta.

Suspiré. Yo no era así, pero ese chico sacó lo peor de mí al destrozar mis ahorros durante seis arduos meses. Mi ánimo decayó. Valeria se sentó a mi lado y tocó mi hombro.

—No me digas que te acostaste con Black Donnovan y te dejó embarazada. 

—¿Qué? ¡No,no!— entrecerré mis ojos—. Peor que eso.

—¿Te contagió? Ay cariño, pero si escuché a tu papá dándote la charla.

—Tampoco fue eso. No tiene nada que ver en el ámbito sexual, pero es un acto imperdonable—lloriqueé. No quise decirle porque no quería verme ridícula.

—Lo mejor será que des vuelta a la página y no intentes nada contra él. Se dicen muchas cosas de Black y es mejor que no las confirmes. Además, es hijo del decano, así que siempre se sale con la suya.

—Ese fue un comentario muy corrupto.

—Pero realista.

Fruncí mis labios, descontenta. Eso explicó por qué había reaccionado así en el local. Al no tener lo que quería— como ya le era una costumbre— prefirió estropearlo para hacerme sentir miserable.

Qué imbécil y caprichoso hijo de su papá. 

No hablamos más sobre el tema, preferí dejar las cosas así, antes de seguir metiéndome en problemas. Ya tenía sobrada experiencia con bravucones  abusadores y no estaba dispuesta a tener más. La universidad era diferente, y yo quería empezar con el pie derecho. 

Después de recibir mi horario de clases y terminar de desempacar, comencé a hacer bocetos para mi próximo episodio. La mejor forma que tenía de desestresarme era dibujando. La plataforma de cómics había sido el refugio perfecto para olvidar mis problemas. Papi Gabi me sugirió registrarme en ella hace tres años y ahora era una dibujante oficial que recibía honorarios.

 Por supuesto, no esperaba ir más allá con algo que sólo era una forma de desahogarme y relajarme, pero no estaba de más recibir dinero extra que me servía para pagar mi media beca. 

Una universidad tan destacada, también tenía un costo destacado. No pude conseguir la beca completa ya que mis padres tenían buenos trabajos, pero las deudas—sumado a gastos extras como alquiler de habitación,comida, útiles escolares, aseo personal y pare de contar—nos dejaban en una posición apretada. 

—Aurora,¿no vas a dormir?

—¿Ah? Sí— apagué el monitor, dejé el lápiz óptico a un lado y estiré mis brazos

—Espero que cuando entremos en confianza puedas enseñarme lo que dibujas.

Sonreí, nerviosa—. Claro.

Me recosté en la cama y cerré mis ojos. Recibí un mensaje por el grupo que tenía con mis padres.

Papi Gabi: recuerda dormir y no trasnocharte dibujando.

Ya estaba a punto de dormir.

Papi Gabi: No te creo.

Lo juro.

Papi Leo: No jures en vano o el diablo te llevará de las patas.

Recogí mis pies por inercia.

No puedes decirme eso mi primera noche durmiendo fuera de casa ¿Qué clase de padre eres?

Papi Leo: Si no juraste en vano, no tienes nada qué temer. Recuerda ir a ver a tu prima mañana. Ya hablé con ella, te ayudará a guiarte por el campus.

Hice una mueca. Eso no podría ser.

Sí, iré con ella. Ya voy a dormir. Tengo que levantarme mañana temprano. Deberían aprovechar que no estoy y divertirse un poco.

Papi Leo: Ya nos divertimos todo el día 7w7

Papi Gabi: Leonardo…

Sonreí.

Descansen, cochinos ¡Los amo!

Apagué el teléfono antes de leer su respuesta.

Mis padres y yo apenas nos habíamos mudado a la ciudad por mis estudios, el cambio de casa y el alquiler del lugar de consulta de papi Gabi también se sumaban a la lista y yo no quería ser una carga cuando ya era capaz de generar mis ingresos.  Ellos jamás me lo pedirían y estaban en contra de que trabajara, pero ya me estaba convirtiendo en una adulta que tenía que afrontar responsabilidades. Tenía que ayudarlos.

No podía ser un problema y tampoco debía meterme en ellos.

Sólo tenía que concentrarme en estudiar y dibujar para conseguir dinero.



La clase era a las ocho de la mañana y ya eran las ocho y dieciséis. Me vestí temprano, pero me confié, pensé que tenía tiempo de sobra y me quedé dormida.

《Soy un desastre desde el primer día》

Ni siquiera me dio chance de maquillarme. Me puse una falda de cuadros con una camisa blanca al estilo de los años setenta. Siete era el número de la suerte, así que esperaba tener una pizca de ella ese día. 

Compré un hot dog antes de entrar al edificio de la facultad y corrí, apresurada. 

Me comí mi hot dog antes de ver el aula que me tocaba. Me apresuré y choqué accidentalmente con alguien.




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