Nicolás:
- Mi primer día de clases, mis padres decidieron cambiarme de colegio debido a que tenía muchos problemas en el anterior colegio, se podría decir que soy un chico rebelde, al que no le gustan seguir las reglas, soy un antisistema :v.
No estoy muy entusiasmado por llegar así que decidí faltar a la típica inauguración y me fui a la casa de Josué mi mejor amigo a jugar play y a pasar el rato, vivo en este país alrededor de 3 años y él ha sido el único amigo que me ha apoyado, lo considero mi hermano.
Por la tarde como es común nos hacen formarnos en el patio del colegio, nos presentan a los profesores, y demás cosas absurdas que no me interesan para nada, así que me fui al bar del colegio, me perdí un rato hasta poder encontrarlo. Este colegio es demasiado grande y tiene muchas aulas- dije con un tono enojado. Cuando por fin logré encontrar el bar, me encontré con dos chicas muy simpáticas, estaban tan concentradas conversando y supongo que, hablando de cosas de chicas, que ni siquiera notaron mi presencia, me compré un jugo y me dirigí al patio para así poder saber en qué aula me tocará recibir clases.
Al entrar en el salón veo a las mismas chicas del bar, por lo visto seremos compañeros, me parecen dos chicas muy extrovertidas, y por lo que logro notar nunca se separan. Sigo caminando y noto que una chica me comienza a hablar (es la típica chica que te habla el primer día de clases), le respondo ligeramente con la cabeza, y sigo hasta encontrar un asiento para dejar mis cosas y poder utilizar mi celular, mis padres me advirtieron que no lo dejan usar en clases, porque así son las reglas del colegio, pero no me gusta seguir las reglas y no le doy importancia a sus advertencias.
Las horas pasan demasiado lento, hasta que por fin es hora de irme a mi casa, recojo mis cosas, me pongo auriculares, y pongo mi playlist para así relajarme hasta llegar a mi casa, en el camino noto que varios chicos van por el mismo camino para coger bus, o viven por esa zona. Decido ir solo, pero no he podido quitarme de la cabeza a esas dos chicas que vi me intrigan mucho, y además descubrí que se van iguales a sus casas; ¿estas chicas nunca se separan o qué? - me dije a mi mismo con un tono sarcástico.
Llego a mi casa, saludo a mis padres y me encierro en mi cuarto, me encanta pasar tiempo a solas, comer chocolate blanco, y tocar la guitarra. Reviso mi celular y veo que me mandaron una solicitud de amistad, no sé si es casualidad, o el destino pero era la misma chica que no puedo sacarme de mi mente, se llama Anthonella, eso logre entender mientras hacia su presentación ante todo el curso, no es muy buena en eso porque parecía un tomate, se puso muy roja, y hablaba muy rápido, su amiga Cleo le hacia una seña para que se diera cuenta y hablara más despacio.
Mañana le voy a hablar...