Mi mejor casualidad

Capítulo 11: Desilusiones

Anthonella:

Hoy estoy muy feliz, todo me ha salido bien hasta el momento y eso me intriga un poco porque normalmente no tengo muy buena suerte, pero no voy a permitir que mi día cambie solo por mis inseguridades.

Hoy por fin se estrena la nueva temporada de mi serie favorita, tengo mi cajón de la felicidad lleno, estoy con mi mejor amiga, mi cantante favorito subió una nueva canción, que más se le puede pedir a la vida.

Se podría decir que es uno de mis mejores días. Es como que todas mis inseguridades y confusiones se desvanecen conforme va pasando el tiempo, y una parte de mi alma se siente libre, hasta que reviso mi celular y noto que Alex me escribió, con tan solo decirme un simple hola me revolvió todo, mi mundo se vino abajo, no entiendo como una persona puede tener tanto poder sobre ti, noto que las lágrimas acarician suavemente mis mejillas, recorren por todo mi rostro hasta mojar mi camiseta. Cleo lo nota, se preocupa mucho por mí y revisa mi celular, se dio cuenta que mi tristeza era porque el me escribió, nunca fuimos nada, él es como mi hermano, cuando estoy con el puedo ser yo misma.

- ¿Por qué lloras princesa? -  

-No lo sé, las lágrimas comenzaron a fluir de mí, sin razón alguna-dije mientras sollozaba

- ¿Deberías sentirte feliz? – dijo algo confundida

No logre responder solo la abrace y no me separe de ella por un buen tiempo, ella me consuela. Le respondo mientras lloro, lo único que quiero saber es si está bien, no lo he visto hace mucho tiempo y ese sentimiento me carcome lentamente el alma, hasta llegar a lo más valioso que tengo: mi corazón.

Abro mi cajón de la felicidad, agarro un chocolate y me lo como lentamente, Cleo también agarra un chocolate, no era necesario hablar, el echo de que ella este junto a mi es valioso.

Me pude tranquilizar, y estabilizarme emocionalmente, aun no entiendo porque llore, solo sucedió sin explicación alguna.

Escucho música y me quedo dormida, lo que comenzó siendo uno de mis mejores días se transformo en un día lleno de confusiones e inseguridades. Me despierto en la madrugada y noto que Cleo está llorando, ella es una persona sensible pero no por eso le gusta llorar delante de las personas. Ella cuando se siente mal llora por las noches, y al otro día se levanta como si nada y sigue con una energía extraordinaria; por eso la admiro tanto porque no le da miedo demostrar sus sentimientos y además está dispuesta a poyarte en las buenas y en las malas. Si pudiera definirla lo haría simplemente con una palabra: PERFECTA.

No quiero decir nada, sé que el hecho que yo esté a su lado, ya es de mucha ayuda, le abrazo tan fuerte como puedo, la acaricio suavemente, y siento como su corazón empieza a latir suavemente hasta que se tranquiliza por completo. Ambas regresamos a dormir, me despierto tempano para prepararle el desayuno a Cleo. Preparo wafles con crema batida y fruta, admito que no son tan buenos como los que ella prepara, pero no están tan malos, se podría decir que están comestibles.

-No eres una experta culinaria, pero no están nada mal- me lo dice mientras pone música a todo volumen en el parlante.

-Lose, la cocina no es lo mío, pero tampoco te voy a dejar con hambre- le dije alzando ligeramente los hombros

Le pedí que se arreglara porque tenia un plan para el día de hoy. Llame a Elizabeth y le dije que nos venga a ver para salir a comer, hoy es nuestro día de chicas.

Elizabeth llego rápido por nosotras y nos fuimos al centro comercial, pasamos un rato muy largo hasta que nos dio hambre y cada quien pidió algo diferente para comer, a Elizabeth le gusta mucho la comida china; a Cleo le gusta mucho la comida que viene en combos, y a mí me gustan mucho los postres y las cosas dulces.

Cada quien se fue a comprar su comida y nos encontraríamos en una mesa, compartimos la comida y decidimos ir a jugar un rato en los juegos de máquinas, son nuestros favoritos.

Al salir del centro comercial notamos que un señor vendía pulseras y no pudimos resistir comprarlas, cada una tiene una pulsera diferente, pero al juntarlas forman una frase.

Llegamos a mi casa, nos pusimos pijama, y comenzamos a conversar sobre chicos. Elizabeth comenzó hablando, nos habló de su ex, lo llámanos el innombrable. Por fin pudo superarlo después de varios meses lo logro y ahora esta solteroski.

Cleo nos hablo de su novio, él le trata mal, pero ella está tan ilusionada que no podemos ayudarla.

-Voy a terminarlo- dijo Cleo mientas lloraba.

Elizabeth y yo nos miramos sorprendidas.

-Si eso es lo que quieres, te apoyamos. - dijimos al unísono

-El no me merece, yo merezco amor de verdad y no sobras de amor de cualquier idiota-

No paraba de llorar, pero es lo más sano, ella debe dejar salir sus emociones, debe desahogarse. Yo nunca he tenido novio y no sé lo que se siente, pero sé que cuando amas de verdad te duele y mucho.




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