Nicolás:
Llegue a mi casa después de pasar dejando a Antho en la suya.
Saludo a mis padres, que no hace mucho tiempo habían llegado de un viaje de trabajo, que tenían en Colombia con unos inversionistas, por lo que supe era una junta muy importante, porque cerrarían el trato para poder crear una fundación de ayuda social a infantiles. Esta fundación estaría a cargo de abastecer los orfanatos, ya que el objetivo principal era darles una buena vida mientras están allí, y los que estarían a punto de cumplir la mayoría de edad, les otorgarían empleos, para así ayudarlos a tener una vida como se la merecen.
Mi hermana y yo fuimos los que propusimos esta idea emprendedora a mis padres, los cuáles aceptaron sin ningún tipo de negación. Investigue por algunos días junto a Felicity sobre otros inversionistas interesados en apoyar nuestra idea innovadora. Ambos conseguimos dos inversionistas muy interesados en nuestra propuesta, y mis padres con sus contactos encontraron a más inversionistas. El fin de semana cerrarían el trato, en el cual constaba que se crearía una fundación para apoyar de manera monetaria a los orfanatos y después si a la fundación le va bien ampliarían sucursales en otros países vecinos y la ayuda ya no sería solo para niños sino también se ayudara a los ancianatos, para que les den una mejor calidad de vida a los viejecillos.
Mis padres estaban tan orgullosos de tener a dos hijos los cuales se preocupan mucho por el bienestar de la sociedad, y busca brindarles ayuda.
-Estamos tan orgullosos de ustedes, tenemos tres hijos bellos y preciosos, los cuales se preocupan por el bienestar de los demás, sin importa las dificultades sé que están dispuestos a apoyar- dijo mi madre acariciándose el vientre mientas le sonreía a papá.
-Pues si somos tres… espera… porque te acariciaste el vientre mientas dijiste tres…. Acaso vamos a ser hermanos…. Mayores…
-Estas embarazada!!!- por Dios madre, porque no los habías dicho antes.
-Felicity!!, vamos a ser hermanos mayores- la felicidad brotaba de mi como una cascada, solo fluía dentro de mí, mis ojos comenzaron a sentirse borrosos, y sentí como una lagrima de felicidad, si, de felicidad recorría mi mejilla.
-Vamos a tener un hermanito!!!-dijo Felicity prácticamente llorando de la alegría.
Mis padres solo nos veían muy entusiasmados, al ver nuestra reacción al saber de esta estupenda noticia. Una sonrisa de oreja a oreja estaba en mi rostro, no recuerdo cuando fue la última vez que sonreí así, pero era tan reconfortante sentir la alegría recorriendo cada espacio de mi ser. Mis padres nos abrazaron y dijeron que tendríamos que festejarlo, esa era la tradición, festejaron cuando supieron que mamá estaba embarazada de mí, celebramos cuando mamá me contó que tendría una hermanita, y ahora seguiremos con la tradición e iremos a festejar por el nuevo miembro de la familia.
-Invita a Anthonella, ella también es mimbro de la familia- dijo mi padre con mucha autoridad.
-Eso haré, pero primero necesito una ducha, estoy que apesto-
-Si que la necesitas, y de urgencia- dijo Felicity riéndose incontrolablemente, mientras agitaba sus manos muy cerca de su nariz.
-Pues no soy el único que necesita una ducha- dije mientras coloqué mi mano sobre su hombro y encogiendo un poco la nariz.
Felicity cogió su camiseta, la estiro un poco hacia delante y se olio.
-Ushh, sí que necesito una ducha, huelo a rayos y centellas-
-Vayan a bañarse, ya esta tarde, mejor festejamos mañana, su madre debe descansar, a sido un día muy agitado para ella, porque no es nada fácil llevar un Mendoza en su vientre. - dijo mi padre acariciando suavemente el vientre de mi mamá, y llevándola prácticamente en sus brazos hacia a su cuarto.
Subí a mi cuarto, cogí la primera toalla que encontré y me metí en la ducha, necesitaba un baño de urgencia, estaba tan feliz que puse mi playlist y me puse a cantar, tengo una lista para cada ocasión, y esta ameritaba una buena canción de perreo.
Pongo una lista de perreo y me viene a la mente las ocurridas palabras de Anthonella, y me pongo a pensar:
Es cierto si me caigo y me muero mis padres tendrían que sacarme de la ducha encuerado y no que vergüenza, además que en mi certificado de defunción diría: Joven de 17 años muere por perrear. En los noticieros sale un flash informativo de último momento:
<<Chico de 17 años de nombre Nicolás Mendoza, es encontrado muerto en la ducha debido a realizar un baile exótico: “El perreo”. Eso si fue un perreo mortal. Sigan conectados para estas y más noticias, soy Ana María y estas son las noticias de último momento, Buenas noches.>>
No podía salir en las noticias, al menos no de esa manera. Asique después de mi debate mental de los pros y contras de perrear en una ducha, opte por no hacerlo debido a mi integridad y a mi dignidad, que llegaría a estar por los suelos si eso llega a suceder.
Pongo otra lista de música, opto por electrónica, me baño en agua fría, porque ayuda a relajar mis músculos tensos debido al partido de hoy, me esforcé mucho para sorprender a Anthonella, y pues lo logre, ella estaba dando brincos desde el graderío, escapó a recibir en varias ocasiones golpes por parte del balón, pudo esquivar la mayoría pero uno estuvo a unos cortos centímetros de darle en su preciosa carita, si no hubiera sido por Alex que estaba alado de ella sentado, el cual ágilmente detuvo el balón con su mano, y así evito que recibiera un golpe que por mínimo le hubiera hecho sangrar la nariz. Ella abrazó a Alex por agradecimiento, y grito:
- ¿Acaso me quieres matar o qué? -
-Perdón, no quería lastimarte- dijo uno de los chicos, no me sabia su nombre, pero en eso momento quería tener en mis manos la mismísima death note, para escribir su nombre y darle una hora específica para su muerte.
Sacudo la cabeza para deshacerme de esos recuerdos que llegan a mi mente en manera secuencial. Me visto, con un pijama súper floja, porque no me gusta dormir apretado, si por mi fuera dormiría en bóxer, pero por respeto a mi hermana y a mi mamá duermo con ropa, porque en las noches me levanto al baño y no quiero que me encuentren casi semidesnudo.