Mi mejor desición.

~Capítulo12~

Escuchó alguien llamándome a lo lejos. Entre abro los ojos y no se donde estoy. Cuando los termino de abrir lo veo a James arrodillado frente a mi cara. Yo me desperezo y me incorporo.

-Perdón por despertarte hermosa. -Dice en voz baja y me da un tierno beso en los labios- No quise despertarte, pero estoy preparando café, ¿Quieres?

-Ay, ¿No me digas que me quede dormida? -pregunto sintiendo que mis mejillas comienzan a arder por la vergüenza.

-Si, me dio pena molestarte. -Ya se encuentra sentado al lado mío.

-¿Qué hora es? -pregunto.

-Tres y media. -Contesta poniéndose de pie.

-Si, te ayudo a preparar la merienda. -Lo imito y vuelvo a ponerme los tacos.

Cuando terminamos de merendar, James me llevo a casa.

Salimos a la calle y subimos al coche. Mientras conduce, yo pongo musica en una estación de radio y justo están pasando mi canción favorita: Phtograph de Ed Sheeran.

Una vez que llegamos el detiene la marcha.

-¿Quieres pasar? -Le pregunto.

-Si, si no es molestia claro. -Dice después de darme un beso.

-No, que va. Vamos. -Contesto riendo.

Una vez que descendemos, me encamino hacia la puerta de entrada del edificio, saco mis llaves, entramos y tomamos el ascensor.

Una vez que llegamos a mi piso, voy hasta mi cuarto a dejar las cosas y vuelvo con mi móvil en la mano.

-¿Te puedo ofrecer algo de beber? -Le pregunto mientras dejo el móvil sobre la barra- ¿Café, té tal vez?

-Por ahora estoy bien. -Responde mientras se sienta en la barra.

-Tu casa es muy bonita también. -Me dice con una sonrisa sincera.

-Gracias. -Respondo.

-¿Te parece si vemos otra peli? -Me pregunta y va hacia el plasma.

-Buena idea. Prometo no dormirme esta vez. -Le prometo riendo.

-Eres hermosa hasta cuando duermes. -Dice mientras me acaricia la mejilla. Yo me estiro y le doy un beso en los labios.

Apenas arranca la peli, nos acomodamos en el sillón y comenzamos a verla.

Cuando se hicieron las ocho de las noche, ambos nos levantamos del sillón después de conversar por casi dos horas.

-Debo irme hermosa. -Dice James algo desanimado.

-Bueno. ¿Te veo el domingo no? -le pregunto.

-Si, por supuesto. Acuerdate de traerte un bolso aparte con ropa para quedarte en casa así en lunes te llevo a la terminal.

-¿Siempre obtienes todo lo que quieres? -le pregunto.

-Casi siempre. -Contesta y termina sonriendo de costado- Ayer obtuve lo que quería. -¿Qué quiso decir con eso?

-¿Qué quieres decir?- le pregunto.

-Y si, te vi, me gustaste y ahora eres mi novia. -Responde y me da un beso rápido en la mejilla.

-Eres... -Digo sin concluir la idea.

-¿Soy...? -me alienta a seguir acercándose un poco.

-Eres imposible James Gonzalez. -Y completo la frase terminándome de acercar.

-Pero te gusto. -Dice poniendo voz seductora.

-Es verdad. -Me pongo de puntillas y lo beso.

Hace una hora que James se fue y me encuentro acostada dando vueltas en mi cama. Hace rato que hablé con él dándole las buenas noches y aún no logro pegar un ojo.

Tomo mi móvil y reviso el estado de James pero hace rato esta desconectado. Vuelvo a apoyar mi móvil en la mesa de luz, me giro en la cama y me decido a dormir.

Tres días después... Me desperté sin el sonido molesto de la alarma.

Tomé mi móvil y debo admitir que me desilusionó no encontrar el "Buenos días hermosa" de cada mañana. Ese chico tierno y a veces egocéntrico me encanta realmente, así que decido mandarle yo.

-"Buen día, James. Espero que hayas amanecido bien."

Se lo mando, y me levanto para comenzar el día tomando una ducha.

Mientras busco el toallon, suena el timbre.

-¿Alo? -contesto por el portero.

-Hola hermosa, buen día. -¿Qué? ¿Cómo podía ser que estuviera acá?

-Hola, enseguida bajo.

Salgo de mi cuarto, tomo mis llaves de la barra y bajo a abrirle.

-Perdón que te atienda así, -Le digo mientras subimos al ascensor- es que recién me levanto. -Y no puedo evitar sonrojarme.

-No importa, me gustas igual. -Responde agachándose y besándome a modo de saludo- Que bueno que recién te levantas, eso quiere decir que no has desayunado. -Baja la vista y es cuando reparo en que tiene un paquete en las manos.

Una vez que estamos en mi departamento, cierro la puerta y me giro hacia él.

-Enseguida vuelvo. Sientete como en tu casa. Me voy a entrar a bañar.

-Vale, yo mientras voy a preparar el desayuno.




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