La semana transcurre lenta, cada mañana recibo el mensaje de James con la cuenta regresiva y a eso le sigue mi llamada siempre y cuando no tenga reunión.
Por suerte mañana vuelvo a Barcelona.
Quedamos en que él iría a la estación a recogerme y de ahí iríamos a lo de mi amiga Clara, ya que entre ellos dos me organizaron una cena de bienvenida.
Aquel día aproveché de pasarlo con mi familia.
A la tarde siguiente, mientras esperaba el tren, mi madre me daba las miles de recomendaciones de siempre, eso me hacia sentir en casa.
Cuando el tren llegó al anden que me correspondía, me despedí de ellos no sin antes hacerme prometer que volvería pronto y con James.
Dos horas después, al entrar en la estación, desciendo del transporte, como si hubiesen pasado años desde que me fui a Madrid.
Al bajar con los bolsos en las manos, siento que alguien me toca un hombro y giro como un resorte. Al ver esos ojos verdes me quedé sin respiración.
-Hola hermosa. -Yo reacciono y dejo caer mis cosas para abrazarlo- Por fin llegaste. Te extrañe mucho.
-Hola amor, yo también te extrañe. -Me aparto solo para verlo dos segundos y él se acerca de vuelta para darme un tierno beso.
-¿Vamos? Los chicos nos están esperando. -Dice mientras me ayuda con el bolso.
Durante el trayecto, lo puse al corriente de todo lo sucedido durante esa semana y de como habían reaccionado al saber de él.
Al llegar, James me presentó a su otro mejor amigo Dylan, puesto a que ya había conocido a Matt. Me presentaron por último a la novia de éste, Victoria. Todos trabajamos en el mismo lugar menos la novia de Matt.
-Y cuentanos Laura, ¿Es verdad lo que nos contó James cuando lo conociste? -preguntó Matt mientras se llevaba la copa de vino a la boca. Yo me quedé sorprendida, ¿Qué les contó? ¿Les habrá contado que me quedé a dormir en su casa? Si es así mataré a James.
-Matt... -La voz de James sonaba amenazadora.
-¿Qué les contó? -pregunto haciendo caso omiso de la reacción de James.
-¿Es verdad qué cuando se conocieron tú lo ignoraste? -preguntó Matt. Mi alma volvió a mí cuerpo y pude volver a respirar.
-Pues debo admitir que sí. Es que no soy muy sociable. -Contesto con una sonrisa mientras me llevo un bocado de spaguetti para saborearlo.
-Es que James cuando nos contó, parecía que iba a desfallecer. -Al contar eso, Dylan comenzó a reír.
-Ya Dylan, no hace falta que cuentes todo. -Dijo James avergonzado. ¿puede ser que mi novio se haya ruborizado? Es algo que no olvidaré jamás.
-Igual, nos pone contento verlo feliz a nuestro James. Hacía rato no lo veíamos así.
-Y nosotros, hacía rato que no la veíamos reír de esa forma a Laura. -Esta vez es Clara quien habla.
-Es bueno que se hayan encontrado. -Se suma Víctor.
Cuando todos nos retiramos, James pone el carro en marcha y comienza a manejar.
-Te extrañé hermosa. Esta semana que pasó se me hizo eterna. -Él apoyó la mano libre en mi regazo y me miró a los ojos.
-Si quieres esta noche me puedo quedar contigo. Yo también te extrañé demasiado. Ya quería llegar para verte.
-Por mí, esta bien. -Dice sonriendo volviendo a concentrarse en el camino.
-Antes debo pasar por casa a buscar ropa para ir mañana a la oficina.
-No hace falta. -Dice James con una sonrisa seductora.
-¿Me perdí de algo? -Pregunto alarmada.
-No, quedate tranquila que no.
Al llegar al departamento de James, llevamos los bolsos al cuarto que me había prestado la primera vez que me quedé a dormir allí.
James, se quedó en la puerta mirando lo atónita que estaba.
-¿Y esto? -lo miro sin poder creerlo. La cama estaba repleta de bolsas y cajas.
-Es para ti. Me tomé el atrevimiento de ir con Clara al centro comercial y comprarte algo de ropa. Ahora, cada vez que quieras quedarte lo podrás hacer sin preocuparte de no tener que ponerte.
-Esto es demasiado James, no hacía falta que te pusieras en gastos. -Digo yendo hacia donde esta él y lo abrazo besándolo con ternura.
-No es nada Hermosa. Enserio. Ahora te dejare para que te pongas cómoda. Cualquier cosa estoy en la cocina. -Dice comenzando a cerrar la puerta detrás de él.
-Gracias amor. -Le respondo antes de que desaparezca y comienzo a sacar un pijama de pantalón corto y remera de una de las bolsas.
Luego de bañarme me pongo el pijama nuevo y salgo rumbo a la cocina.
-Mmmm, necesitaba una buena ducha para relajarme. -Le digo abrazándolo por detrás y dándole un beso en la espalada.
Él se gira con dos tazas de café en la mano.
-Ahora para completar, preparé dos tazas de café.
-Mmm, creo que me puedo acostumbrar a que me consientas. -El se ríe y se acerca para besar mis labios.
Nos sentamos en el sillón de la sala a mirar una peli mientras bebemos el contenido de las tazas.
Cuando esta termina, nos levantamos y llevo las tazas al fregadero.
Luego nos retiramos a los dormitorios, pero como ninguno de los dos se quiere separar del otro, decidimos dormir en la misma habitación. Todavía tengo que admitir que me afecta bastante el tenerlo tan cerca, pero ambos sabemos que no ha llegado el momento para pasar al siguiente paso en la relación. Así que solo dormimos abrazados.
Antes de caer en un sueño profundo, siento como me acaricia en forma circular la espalda, eso hace que me termine de relajar y me termino de dormir.
Editado: 04.01.2020