Al día siguiente, me desperté entre los brazos de mi novio, cuando me terminé de despertar, me giré en sus brazos y me topé con sus hermosos ojos verdes.
-Buenos días hermosa ¿Descansaste bien? -Pregunta mientras me da un besó en la frente.
-Si amor, adoro dormir en tus brazos. Me haces sentir segura. -Le contesto mientras le abrazo la cintura también.
-Es lindo saberlo, ¿Tienes hambre? -me pregunta rodando y poniéndose encima de mí.
-Si, amor, -Contesto incorporándome sobre mis codos y dándole un beso corto y rápido.
-Bien, quédate aquí en la cama y deja que yo me encargue. -Dijo, apartándose y saliendo de la cama hacia la cocina.
Cuando el desayuno estuvo listo, mi novio entró por la puerta de la habitación con una bandeja en las manos.
-Espero, que tengas bastante hambre, preparé café, zumo de arándanos, tostadas, mantequilla, mermelada y trozos de frutas.
Al llegar al lado de la cama, me incorporo a la par que el apoya la bandeja y se recuesta a mi lado.
Mientras desayunamos, prendo la tele y busco el canal de noticias solo para que haga un poco de bulla.
Comenzamos a tomar nuestros cafés mientras organizamos nuestro día.
Cuando terminamos de desayunar, James se metió a ducharse y yo me vestí con un short y una remera holgada. Antes de salir del cuarto me amarré el cabello en una coleta alta.
Al ir a la cocina con la bandeja que James había llevado para el desayuno, me encontré con Miriam preparando todo para el almuerzo.
-Buen día Miriam. -Saludo alegre.
-Buen día mi niña, ¿cómo estas? -Pregunta con una sonrisa.
-Bien, ¿y tú?
-Bien, por suerte. Pensando que cocinar. -Contestó riendo.
Luego de almorzar con James, me fui al cuarto y me puse unos jeans oscuros, una remera negra y los tacones.

Mientras me termino de arreglar, me llegó un mensaje al móvil.
-"Estoy abajo Lau."
Tomé mi mochila, me despedí de mi novio y salí a encontrarme con Clara.
-Hola, chicos ¿Cómo están? -pregunto con una sonrisa al ver que Dylan y Clara estaban juntos.
-Bien Lau. -Contestaron al unísono.
-¿Estará James? -pregunta Dylan.
-Claro, ¿quieres subir? -le pregunto manteniendo la puerta aún abierta.
-Por favor, no creo resistir una tarde de chicas. -Responde riendo.
-Oh, vamos cariño, solo serán cuántas... ¿veinte bolsas? -pregunta Clara riendo.
-Ya entiendo por que lo dices. Sube, James está en casa. -Cuando pasa por mi lado, lo despido, cierro con llave y sigo a mi amiga al interior del auto.
Una vez que llegamos al centro comercial, mi amiga aparca el carro, nos bajamos y una vez que entramos comenzamos a ver vidrieras.
Recorrimos los cuatro primeros locales sin encontrar nada, ya en el quinto local de la planta baja, encontré el vestido perfecto. Era de color azul Francia, largo, al cuerpo, con mangas de encaje largas y una pequeña cola, hacía que se me amoldara a las curvas con espalda descubierta.
-¿Qué tal? -pregunto mientras doy un giro fuera del probador.
-Ay, Lau, es hermoso. -Dice mi amiga con una sonrisa.
-Bien, ahora es tu turno. -Contesto entrando al probador para ponerme mi ropa.
Al salir, le extiendo el vestido a la vendedora y tomo asiento un un sillón a la espera de que Clara saliera del probador con el primer vestido puesto.
Clara se probo tres vestidos, pero ninguno la convenció, por ese motivo me puse a recorrer y encontré uno que creí, podía llegar a ser el indicado. Era color bordo, con mangitas tres cuartos, la falda llegaba un poco mas arriba de la rodilla.
Se lo alcancé y se lo probó.
Al cabo de unos minutos salió del probador con una sonrisa de oreja a oreja.
-La verdad es que me encanta. -Contestó al salir del probador.
-Te queda muy lindo. ¿Qué haces? ¿Lo llevas?
-Por supuesto. -Contestó mi amiga que ya se estaba cambiando de nuevo.
Luego de que le entregara el vestido a la misma vendedora, pagamos y nos fuimos a buscar alguna tienda de zapatos.
Entramos en una de las zapaterías, y comenzamos a buscar un modelo que nos gustara.
Encontré unos en color plateado con algo de brillo. Sin duda quedarían bien con el vestido y Clara se compro unos dorados.
Cuando terminamos con las compras nos dirigimos a una cafetería que había en el lugar y pedimos para merendar.
-¿Cómo sobrellevan su relación pública? -preguntó Clara luego de que el mozo se retirara.
-Bien, si bien hace un mes que pasó todo y aún me estoy acostumbrando a que la gente se me quede viendo. -Si bien ya no molestaban tanto los periodistas, lo más incómodo era que las personas se te quedan viendo, como pasó con las vendedoras del local de vestidos las cuales debieron cerrar el local para podernos atender tranquilas.
-Es algo normal, supongo, ya te acostumbrarás.
-Eso espero, ojalá y se termine pronto toda esta atención.
-Lamento decirte que no, ahora que eres la futura nuera del principal accionista de Techint todos los ojos estarán puestos en ti.
Editado: 04.01.2020