Sentí que algo me rozaba la mejilla.
-Cariño... -Podía escuchar que alguien me llamaba a lo lejos- Laura.
Decidí abrir mis ojos. Luego de algunos segundos me acostumbre a la claridad que entraba por a través de la ventana, vi que James estaba recostado sobre un codo mientras que con un dedo de su mano libre me acariciaba la mejilla.
-Buen día cariño. -Me saluda y me da un beso en los labios- ¿Descansaste bien?
-Si, amor ¿Tú?
-Siempre duermo bien cuando estas a mi lado.
Siempre, desde que lo conocí fue tierno conmigo, y por eso me enamoraba cada día más.
-Eres un tierno, me gusta.
-Solo contigo. Pero shhhh -mientras decía eso se puso un dedo en los labios haciendo gesto de silencio- no le digas a nadie en el trabajo que soy así. -Hablaba en voz baja- No quiero que se enteren.
-Bueno señor Gonzalez. -Le respondo de igual forma.
-Te amo hermosa.
-Te amo mi amor. -Contesto y él se acerca para adueñarse de mis labios.
-Me encantaría poder estar todo el día así contigo, pero debemos tomar un tren. Es mejor que nos levantemos.
Dicho esto, nos comenzamos a vestir y tomamos un desayuno rápido.
Cuando el taxi llegó después de esperarlo durante veinte minutos, entre mi novio y el chofer guardaron las valijas en el maletero y nos pusimos en marcha hacia la estación.
Una vez qué el tren arribó al anden, subimos y tomamos nuestros lugares.
Mientras nos acomodamos, una niña pequeña, rubia de grandes ojos azules, de unos cuatro años se asomó por el borde del asiento que mi novio tenia delante y comenzó a hacerle sonrisas.
Lo miré a él y vi que también le sonreía. Ese gesto me llenó de ternura, ¿Cómo sería mi novio si él y yo teníamos una niña o un niño? ¿Sería igualmente de cariñoso? Comencé a pensar en como trataba a Ramiro, cada vez que el niño hablaba o preguntaba algo, James siempre le prestaba atención, esta bien, él es su hermano, pero algo dentro mío decía que a él se le daba bien los niños.
-¿Cómo te llamas? -Le preguntó la niña.
-James, ¿Y tú? -Le preguntó mi novio.
-Alma. -Respondió la niña.
-¡Alma!, es un lindo nombre. -Repite él.
-¿Tú como te llamas? -me pregunta a mi.
-Laura. -Respondo con una sonrisa.
-¿Y qué edad tienes alma?
-Tengo cuatro años. -Mientras lo decía con su pequeña manito marcaba el cuatro.
-¿Con quien hablas Alma? -preguntó una mujer, la cual supuse, sería la madre.
-Con James y Laura mamá. -Respondió la niña.
-¿Con quien? -volvió a preguntar y se asomó hacia atrás.
-James y Laura. -Volvió a responder la niña.
-Oh, disculpen a mi hija. -Dijo la mujer avergonzada mirándonos a ambos -suele ser muy charlatana.
-No se preocupe. -Dijo mi novio con una sonrisa.
-Tiene una niña encantadora. -Digo aún analizando lo que sucedió tan solo un minuto atrás.
-Gracias señorita.
Durante todo el viaje, la niña no dejaba de conversar y contarnos que tenía dos perros y un gato y que su abuela la había ido a visitar.
James estaba muy atento a su conversación y en ningún momento la interrumpió e hizo comentarios cuando la niña parecía querer escucharlos. Yo me sentía realmente feliz de haber encontrado a alguien tan dulce y tierno como él.
cuando llegamos a nuestro destino, nos despedimos de Alma y su madre y comenzamos a caminar hacia donde se encontraban mis padres.
-Hola ma, hola pa. -Digo abrazándolos y dándoles un beso en la mejilla a cada uno a la vez que ellos me abrazaban- Quiero presentarles a James Gonzalez. Él es mi novio.
-Un placer James. -Dijo mi madre acercándose y dándole un beso en la mejilla- Bienvenido.
-El placer es todo mio señora... -Dijo sin saber que nombre decir.
-Noemi.
-Un placer Noemi. -Dice con una sonrisa- Y gracias.
-Él es mi padre, Dante.
-Un gusto, señor De Franco. -Dijo James mientras tomaba la mano que mi padre le tendió.
-Bienvenido James. -Dijo mi padre apoyándole una mano en el hombro -¿Les parece si vamos yendo?
-Si Dante. -Dijo mi madre tomándolo del brazo.
James me tomó de la mano y salimos de la estación.
Una vez en la calle, James alquiló un coche asique salimos detrás de mis padres.
Cuando llegamos a casa estaba el auto de mi tía estacionado
en frente de la casa de mis padres.
-Mi madre le dijo a mi tía que vendríamos. -Le comento a James. Debí suponer que lo haría.
-De paso podré conocer a tu familia cariño.
-Perdón amor. No sabía que vendrían. -Mientras digo esto espero que él me mire con desaprobación, pero lo hace con amor.
-No pasa nada hermosa. Estoy ancioso por conocerlos. -Responde pasándome un brazo por los hombros.
Entre James y mi padre bajaron el equipaje y caminamos hasta la entrada desde donde se podía sentir el olorcito a carne asándose en la parrilla del patio.
-¡¿Llegamos?! -Gritó mi madre una vez que entramos a la casa y cerró la puerta.
Desde el pasillo, vino mi tía Marian con el bebé en los brazos.
-¡Laura! Que alegría de que estés aquí. -Mientras decía esto, me abrasaba.
-Hola tía. -Digo mientras tomo a Brandon en mis brazos una vez que me suelta de su agarre- Quiero presentarte a alguien. -Digo poniéndome al lado de James.
-Él es James, trabaja en donde yo.
-Tú debes de ser el novio de mi sobrina. -Dice mi tía con una sonrisa.
-Si señora, soy él mismo. -Dice él devolviéndole la sonrisa.
-Encantada, soy Marian. -Se presenta.
-El placer es todo mío. -Dice mientras le toma una mano y se la besa.
-Pero que caballero. -Comenta mí tía ruborizándose y yo me río.
-Y él es mi primito Brandon. -Digo mientras James se acerca para depositar un beso en la frente.
-¿Qué les parece si pasamos al fondo? -sugiere mi papá una vez que terminan las presentaciones.
-Si pasen. -Dijo mi madre- pónganse cómodos.
Luego de dejar las maletas junto a las escaleras, pasamos hacia el patio trasero.
Editado: 04.01.2020