La tarde dio paso a la noche, cuando terminamos de cenar y mis tíos se fueron, mi madre le mostró a James el cuarto de huéspedes el cual ocuparía, tomó su valija y la siguió escaleras arriba. Por mi parte, yo me alojaría en el que antiguamente era mi cuarto, pues mis padres eran chapados a la antigua y no aprobaban que durmieramos juntos sin estar casados aún. Según ellos era su casa, sus reglas.
Una vez que me despedí de él y de mis padres, entré a mi cuarto y me puse el pijama. Apoyé un baso de agua y mi móvil en la mesa de luz del costado y me acosté. Mientras intentaba conciliar el sueño, mi moví comenzó a vibrar.
Al prender la pantalla, observé que era de mi novio.
-"¿Duermes hermosa?" -Al leer esto sonrío por inercia.
-"No aún no, es que no logro conciliar el sueño."
-"Estamos igual." -Mientras leo esto, recibo al instante otro mensaje más.
-"Si quieres te llamo y hablamos hasta que uno de los dos se duerma."
-"Me parece que es buena idea." -Contesto, y automáticamente me acuerdo de la película "Todo sucede en Elizabethtown", en donde los protagonistas hablan por su celular todo el tiempo.
Mientras recuerdo esto, mi móvil comienza a vibra, pero esta vez es una llamada.
-Hola hermosa. -Dice del otro lado con su voz sexy.
-Hola amor. -Contesto y no puedo dejar de reír.
-Te extraño.
-Estamos a una pared de distancia. -Respondo mientras sonrío.
-Lo sé, pero necesito tenerte pegada a mi para poder conciliar el sueño. -Cuando termina la frace hace como que llora.
Después de hablar un rato. Me levanto de la cama y salgo de mi cuarto, hacia la puerta donde está James del otro lado.
Abro muy despacio la puerta, entro y cierro con mucho cuidado de no hacer ruido.
-¿Qué haces aquí?, tu padre nos matará si sabe que has entrado a la habitación de tu novio sin su permiso. -Giro y veo que esta recostado.
-Solo será un rato, además ya tengo veintidós años, no quince. -Le respondo mientras me meto bajo las mantas junto a él.
-Necesitaba estar así. -Cuando termina la frase, me da un beso rápido.
-Yo igual. -Me acerco y apoyo mi cabeza entre su cuello y su hombro- Estaba necesitándote.
Estuvimos abrazados por largo rato, en silencio escuchando nuestras respiraciones pausadas disfrutando de la compañía del otro.
Cuando me levanté para volver a mi cuarto, me acerqué a él, le di un tierno beso en los labios y me fui a mi cuarto tal cual a como entré.
A la mañana siguiente, cuando me desperté, podía escuchar los movimientos abajo en la cocina, por lo visto, mis padres ya se habían levantado. Me levanté, preparé lo que iba a usar aquel día y me metí a bañarme.
Cuando bajé a desayunar con mi laptop bajo el brazo, escuché la voz de mi novio en la cocina. Hasta en días de descanso le gustaba madrugar a heste hombre.
-Buen día. -Saludo entrando a la cocina.
-Buen día hija. -Saludo mi mamá- ¿Cómo descansaste?
-Bien, gracias. -Le contesto- Buen día amor.
-Buenos días cariño. -Se acerca a mí y me saluda con un beso rápido.
-¿Dormiste bien? -Le pregunto.
-Si, como un angelito. - Me mira y me guiña un ojo. El gesto me hizo reír.
Desayunamos los tres juntos ya que mi papá desayunó antes de ir a hacer unas compras al súper.
Mientras tomaba mi café como todas las mañanas, prendí mi portátil y revisé si me había llegado algún correo de la oficina, pero no había nada en mi bandeja de entrada, por lo visto Clara y Víctor se estaban haciendo cargo perfectamente de todo.
-A no, hija, amo que seas responsable,9 -Gruñe mi mamá- pero por lo que me contó James, vinieron a descansar unos días. Así que, nada de trabajo.
-No ma, igual no mandaron nada. Clara y Víctor están llevando las cosas a las mil maravillas. Solo revisaba los correos.
-Tu madre me cae demasiado bien, debo decir. -Yo lo miro y me quedo boquiabierta- Por lo visto es la única que logra que te desconectes del trabajo aunque sea por un rato.
-Gracias amor por defenderla, -Contesto riendo- ,pero recuerda que gracias a que soy muy aplicada en mi trabajo te salve esas hermosas pompis de la bancarrota.
-Es verdad, y siempre estaré en deuda contigo. -Toma mi mano, la gira y da un beso en mi muñeca. El leve roce de sus labios provoca que mis pulsaciones se aceleren a mil.
Los días pasaron rápido, nos la pasamos saliendo a pasear, a comer y a cenar. Amo Madrid y si bien es lindo Barcelona y tiene sus encantos, no hay nada que lo supere al lugar donde nací y me crié.
En Argentina, la gente era más amable, cálida, en cambio en Barcelona, son mucho más fríos, siempre parecen estar apurados y pensando en si mismos. Yo supongo que debe de ser por la forma de vida en que se lleva.
Al principio de mi carrera en la universidad, solo pensaba en estudiar, hacer mis pasantías en algún lado y luego regresar a mi país natal. Así fué en un principio, luego uno de los profesores, nos contó que en la constructora Jhonson & Company estaban tomando pasantes. Entonces aproveché y me anoté para hacerlas, solo me ocupaba media jornada. Durante la mañana trabajaba y por las tardes iba a estudiar. Eso hizo que me pudiera ganar un sueldo mínimo para poder solventar gastos mínimos ya que mis padres me pagaban la renta y los estudios. Cuando pasó lo del problema con uno de los socios, yo hacía poco que me había recibido y estaba a punto de avisar que renunciaría cuando mi jefe me ofreció el puesto permanente y yo terminé por aceptarlo. Así fue como mi plan original cambió de rumbo. Después conocí a James quien ahora es mi novio y realmente no me veo abandonando todo lo que logré aquí para volver allá. Argentina es mi lugar especial en el mundo, pero acá en España comenzó mi nueva vida.
-¿En qué piensas? -pregunta mi novio sacándome de mis pensamientos.
-En como ha cambiado mi vida en seis años. De cuando me fui de Argentia para venir a estudiar a Barcelona hasta el día de hoy que estoy contigo.
Editado: 04.01.2020