A la mañana siguiente, desperté a media mañana con un ligero malestar. Me encontraba sola en la cama, me desperezé y me puse la camiseta que James había arrojado hacía unas horas atrás cuando me hizo el amor.
Fui al baño, hice pipí, me lave las manos, la cara y los dientes.
Luego de esto, salí del cuarto haciéndome un rodete en lo alto de la cabeza.
Al llegar a la cocina, encontré a James haciendo café y cortando algo de fruta.
-Buen día amor. -Lo saludé con un beso en los labios y llevándome un trozo de sandía a la boca.
-Buen día hermosa. -Contestó.
Cuando el café estuvo listo, lo ayude a preparar la mesa.
Cuando, estaba por acercarme la taza de café para beber, el olor provocó que el malestar se acresentara y me dieran náuseas. Dejé la taza en la barra y salí corriendo al baño.
Luego de expulsar lo único que había ingerido, me lavé la boca de nuevo.
-¿Éstas bien cariño? -Me preguntó evidentemente preocupado.
-Si, debe de ser que algo me calló mal de lo que comimos ayer.
Busqué una toalla de mano en el mueble debajo de la bacha para secarme. Cuando abrí la puerta lo primero que veo es un paquete de toallas femeninas. Un frío me recorrió la espalda.
-Amor, traeme mi bolso. -Dije sacando la toalla que necesitaba para secarme las manos y la boca.
A los pocos segundos, llegó trayéndolo en sus manos.
Al tomarlo, lo apoyé en la cama y comencé a rebuscar hasta que encontré mi agenda.
En la parte de atrás tenía un calendario específico para anotar mi período. Me senté en el borde conteniendo el aire en los pulmones. Llevaba tres semanas de retraso
-¿Qué sucede amor? -Preguntó sentándose a mi lado.
-Creo... Creo que estoy embarazada. -Le contesté entrecortadamente sin despegar la vista de mi agenda.
-¿Qué? -parecía estar atónito- ¿Embarazada?
-Es una posibilidad. -Digo mirándolo al fin- Llevo tres semanas de retraso. Necesito hacerme una prueba.
-Espera aquí, iré a una farmacia de turno y te traeré una.
James se levantó, me dio un beso en los labios y salió a toda velocidad del departamento. Yo me quedé allí, sentada en la cama aún digiriendo lo que acababa de pasar. Nosotros tomábamos precauciones, pero había veces en la que la pasión nos ganaba y teníamos relaciones sin protección. Me toqué el vientre acariciándolo ¿Estaría embarazada o solo sería el estrés del trabajo o los mensajes anónimos que hacía que no me viniera? Una parte de mí quería que fuese un embarazo. Aunque solo hacian ocho meses que estábamos de novios y había visto a James como era con los niños no creía que fuese diferente si supiera que iba a tener un hijo propio.
A los veinte minutos, sentí la puerta del departamento y los pasos de James por el pasillo, yo aún me encontraba sentada tal cuál él me dejó ahí.
-Amor, conseguí esta. La farmacéutica me dijo que es confiable y que se puede hacer en cualquier momento. -Dijo extendiéndomela.
Creo que debido a los nervios, increíblemente me dio ganas de hacer pipí. Agarré la prueba de embarazo y corrí al baño.
Tome la muestra como indicaba el prospecto, y esperé los minutos indicados. Cuando estuvo lista, la tomé y me quedé de piedra, el resultado fue positivo. Se veían bien marcadas las dos lineas.
Un golpe en la puerta me sacó del letargo. Salí del baño con la prueba todavía en la mano.
-¿Qué salió? -Preguntó, estaba impaciente.
Yo me quedé muda mirándolo con la prueba aún entre mis dedos.
-Amor, ¿Qué salió? -Se estaba exasperando al ver que seguía muda.
-Po... Positivo. -Lo miré a los ojos- Salió positivo. Estamos esperando un bebé.
El comenzó a reír cada vez más y yo a sonreír.
-Esto es... Maravilloso. -Dijo abrazándome y besándome por todo el rostro.
Luego de esto, se arrodilló y comenzó a darme besos en el vientre. Yo comencé a reír a la par. No podía creerlo, dentro llevaba el fruto del amor que compartíamos mi novio y yo.
-Ven tienes que alimentarte, no has comido aún. -Dijo esto mientras me arrastraba a la cocina.
Me senté en la silla frente a la barra y comencé a ingerir la fruta, James se llevo mi taza de café y la reemplazó por una con leche y un poco de azúcar.
Mientras desayunabamos, él no me dejaba de mirar con una sonrisa en los labios.
-Hace un momento, me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo amor. Un bebé, tendremos un bebé.
-No caigo aún. ¿Qué te gustaría? ¿Niño o niña?
-Mmm, cualquiera de los dos para mí está bien.
-Mañana iré al médico a hacerme un chequeo.
-Yo te acompaño, solo avisame antes de ir así paso por tu oficina.
Luego de decir esto, se acercó a mí y me abrazó. Luego apoyó una mano en mi vientre.
-No te preocupes por nada, ni a ti, ni al bebé les va a faltar nada. Yo me voy a encargar de todo.
-Gracias amor, te amo demasiado. Esto es fruto de lo que sentimos él uno por el otro. -Le digo apoyándole una mano en la mejilla.
-Lo primero que vamos a tener que hacer es mudarnos a una casa. Quiero que mi hijo tenga un patio donde pueda dar sus primeros pasos. Después de la visita al médico, iremos a ver un par de casa.
-Bueno amor, voy a llamar para que me den un turno.
Cómo era domingo y había comenzado a llover, nos quedamos viendo películas todo el día. Para el almuerzo, preparé un revuelto de verdura con carne picada.
Mientras almorzabamos en el sillón, James no dejaba de mirarme.
-Te ves hermosa, y más ahora que llevas dentro un hijo mío. -Al decir esto, lo miro y siento mis mejillas arder.
-Gracias amor.
Después del almuerzo, lavamos los trastos y volvimos al sillón. Cuando me senté, James se recostó con la cabeza apoyada en mis piernas, comencé a acariciarle el cabello. Al cabo de un rato comenzó a roncar. Como no quise molestarlo, me acomodé y cerré solo un momento los ojos.
Al despertar me encontraba en el cuarto con la luz apagada y la puerta entreabierta. Por lo visto, en algún momento me había quedado dormida y mi novio me llevó al cuarto cuando despertó.
Editado: 04.01.2020