Maratón 3/4
Cuando se hace la hora del almuerzo los tres bajamos al entrepiso y aprovecho para avisarle a Helena de que venga a almorzar con nosotros ya que hoy es su primer día de trabajo.
Una vez que nos entregan lo que pedimos, buscamos una mesa del fondo.
Mientras almorzamos y conversamos, por la puerta aparece Helena.
-¡Helena! -La llamo y ella voltea para ver quien es la que la llama y sonríe automáticamente.
Una vez que llega con su bandeja, se la presento a los chicos y ambos la reciben cordialmente.
A Clara y a mi no se nos pasó por alto, el chispazo que provocó en Víctor la llegada de Helena.
Ambas sonreímos disimuladamente.
Helena y yo les contamos como fue que terminó trabajando para James.
Ella les contó de María Laura y que fue lo que había pasado.
Cuando Helena terminó de contar como fue que terminó siendo madre soltera, Clara y Víctor terminaron con el entrecejo fruncido.
-No entiendo como hay personas que dejan desamparada a una persona cuando más necesita apoyo. -Dijo Clara- Suerte que la vida te puso a dos seres maravillosos en tu camino.
-La verdad es que Laura ha sido un ángel. La conocí en un momento crítico y ella me dio las razones para no hacer lo mismo con mi hija.
Luego de terminar nuestro almuerzo, nos quedamos un momento más hablando. Y a todo esto Clara tubo la brillante idea de unirlos para la boda de Matt.
-¿Por que no van Juntos Helena y tú? -Le dice Clara a Víctor- Pueden ir en plan de amigos. Así se sentirán cómodos.
La joven agachó la cabeza, sin duda le había dado vergüenza y Víctor se había atragantado con su soda.
-Me encantaría, pero no sé si la pareja lo acepte.
-Tonterías, le vas a caer bien, es más este fin de semana tengo planeada una cena en casa, venite con la beba que la quiero conocer. -Replicó Clara.
-Bueno, después pasame la dirección y voy.
Más tarde, cuando se hicieron las cuatro, Clara y yo fuimos al centro comercial. Debíamos comprarnos los vestidos para el casamiento de Matt y Victoria.
Estábamos viendo vidrieras cuando encontramos los vestidos perfectos. Cuando Vicky nos dijo de ser las madrinas de honor dijo que debíamos elegir vestidos color azul.
Entramos al local, y elegimos nuestros talles.
-Creo que a Víctor le gustó Helena, lo noté cuando ella contó cuando el novio la abandonó.
-Yo pienso lo mismo que tú Lau. Creo que estos dos van a terminar liados.
Nos volvimos a poner nuestras ropas y luego de pagar, fuimos por unos helados.
Ya estaba terminando el verano y los días calurosos no eran tan seguidos.
Nos sentamos en una de las mesas y una moza nos trajo los helados diez minutos después.
-Harían una linda pareja. -Digo mientras tomo un poco del postre.
-Eso es verdad, ella es muy bonita. -Contesta.
Eran las siete de la tarde y ya me encontraba en casa, estaba acomodando un poco las cosas de la sala y James aún no había llegado. Quizás se había prolongado la reunión.
Al llegar, dejó el maletín en el piso y las llaves en el perchero para llaves. Caminó hasta donde me encontraba y apresó mis labios con los suyos en un beso tierno.
-Perdón que llegué tarde cariño, es que la reunión duró mas de lo previsto. -Dijo sosteniéndome por la cintura.
-No pasa nada bebé. -Contesto con una sonrisa.
-¿Ya merendaste?
-No aún no. -Digo siguiéndolo a la cocina.
-Bueno dejame que te prepare algo. -Dice abriendo la heladera y fijándose que encontraba.
Mientras James cocinaba algo, yo tomé asiento junto a la barra.
-Este sábado vamos a lo de Clara a cenar, la invitó a Helena para que la conozca el resto. -Digo jugando con una marquita invisible en la barra.
-Me parece bien. -Dice James volteandose a verme dos minutos.
-Me parece que a Víctor le gustó Helena. Se la presenté a él y a Clara.
-Mmmm, ¿me parece a mi o te gusta hacer de celestina? -Dice con una sonrisa.
-Ahora que lo pienso es lindo ese papel. -Digo mientras finjo que lo pienso.
Ambos reímos y James se acerca, me toma de nuevo en sus brazos y me susurra en el oído.
-Por eso decidiste ser mi novia cuando te lo pedí y ahora en seis meses vas a ser la mamá de mi hijo. -Al decir eso tan cerca de mi oreja, me provocó escalofríos.
Me aparto y le doy un beso breve.
-Y lo volvería a hacer.
Me vuelve a besar y se interna en la cocina de nuevo.
El viernes llega y con el, un nuevo control, nos encontrábamos en la sala de espera para hacerme mi primera ecografía.
Durante la espera, me tomé el agua correspondiente para que el ecógrafo pueda ver a mi bebé.
Por una puerta asomó la cabeza una doctora.
-De Franco-Gonzalez. -Llamó con una lista en las manos.
Entramos y yo me acosté en la camilla con el vientre al aire.
La doctora puso un gel frío en mi panza.
-¿Es tu primera ecografía? -Pregunta con una sonrisa.
-Si y la verdad es que estoy ansiosa.
-Bien, tengo una noticia que darles. -Al escuchar esto me recorrió un escalofrío por la espalda.
-¿Q... Que sucede con mi bebé? -Pregunta angustiado James.
-Pues... Que no van a tener un bebé.
-¿Cómo? ¿Qué quiere decir? -Pregunto con un hilo de voz.
-Claro, no van a ser padres de un bebé sino de dos. -Responde- Van a tener mellizos.
Fue una mezcla de sensaciones. ¿Cómo podía ser que fuese a tener mellizos?
-¿Me los puede mostrar? -pregunto con voz temblorosa por la emoción.
-Claro. -Da vuelta el monitor y sube el volumen, podía ver dos corazoncitos moviéndose y por los parlantes se escuchaban sus latidos.
Lo miré a James y ambos estábamos llorando de la alegría.
-¿Podría imprimir esa imagen? -pregunta James.
-Si, por supuesto. -Luego de que le diera la imagen, comenzó a hacer su trabajo.
-Bien, las medidas son las correctas para los tres meses, aún es muy pronto para saber los sexos de ambos. Todo esta bien. La ecografía la podrán retirar a partir de pasado mañana.
Editado: 04.01.2020