Mi mejor desición.

~Capítulo 48~

Maratón 1\5:

Dos meses después:

Un ruido me fue despertando, al principio se escuchaba lejano a medida que mis neuronas iban despertando, el ruido se iba incrementando.

Al terminar de despertarme, reconocí la alarma, provenía del teléfono de James.

Intenté levantarme de la cama, pero mi novio me tenía prisionera.

-¡Aún es temprano! -Exclamó sin abrir los ojos.

-No amor, vamos. -Dije apartando su brazo de mi vientre.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño.

-Por favor, cariño, vuelve a la cama. -Grita desde la habitación.

-Ya es tarde James. -Le digo mientras enjuago mi boca- Debes levantarte para ir a trabajar.

-¿Podría pegar el faltaso? -pregunta mientras se pone boca abajo, dejando al descubierto su hermosa y ancha espalda.

-Lamentablemente no. Tienes reunión con los arquitectos para ver quien se queda con el nuevo proyecto.

Protestando James se levantó y se pegó una ducha rápida. 
Mientras él estaba en el baño, yo me levanté a acomodarle la mesa para el desayuno.

Cómo ya estaba de licencia hacía dos meses, no tenía apuro para preparar el mío.

Cuando mi novio bajó del cuarto ya con su impecable traje, yo ya me estaba sentando con una taza de chocolate caliente. Me senté y él tomó asiento a mi lado.

-Extraño tu café. -Dice en mi oído para que yo solo lo escuchara.

-Pronto volveré a hacértelo cada mañana amor. -Respondo riendo.

Luego de que James saliera para su trabajo, entre Miriam y yo lavamos lo que usamos para el desayuno y me puse a preparar lo que necesito ya que a la una de la tarde tenía una de las ecografías. Ojalá se dejaran ver bien y poder saber si serían niño o niña.

La mañana se pasó rápido, tomé una ducha y me cambié. 
Estaba preparando mi bolso cuando mi móvil comenzó a sonar. 
Lo tomé y en el identificador aparecía el nombre de James.

-"Estoy abajo."

-"Enseguida bajo." -Se lo mandé, tomé mis llaves y salí de mi casa.

El auto se encontraba estacionado en la vereda de enfrente por lo que tendría que cruzar la calle. Estaba a medio camino, cuando apenas logro ver un auto color rojo avanzar a alta velocidad. Intenté volver a la vereda, pero ya era tarde,  pues el auto estaba demasiado cerca. Lo último que noté fue que del espejo retrovisor colgaba una kitty, después de eso sentí un golpe sobre el costado derecho de mi cuerpo, y después nada.

Abro mis párpados, no logro distinguir nada, tengo la vista demasiado borrosa así que cierro mis ojos de nuevo.
Intento moverme, pero me duele el cuerpo como si me hubiese arrollado un tren. La respiración se me entrecorta debido al dolor. ¿Qué me pasó? Pienso mientras abro de vuelta mis ojos e intento enfocar. De a poco mi vista va volviendo a la normalidad. 
Inspecciono el cuarto y reconozco que es de un hospital, pues me doy cuenta de que estoy conectada a un equipo que marca mis pulsaciones y un sobre de suero con una manguera la cual está conectada a mi brazo.

Barro la habitación y me encuentro que estoy sola.

Sigo sin comprender que fue lo que sucedió. Intento sentarme en la cama pero no puedo ya que el dolor me quita la respiración. 
Bajo la vista y lo que observo me congela la sangre.

Mi vientre está bajo. Levanto mi bata y me encuentro con una venda junto con una faja tapando parte de mi vientre.
De inmediato pienso en mis bebés ¿Dónde están mis bebés? ¿Por qué James no está conmigo? Ruego por que no les haya pasado nada... 
Por favor Dios mio, no dejes que nada malo les pase》 Pienso y empiezo a desesperarme. Sin importarme el dolor que siento en el cuerpo intento levantarme. Me arranco el suero e intento ponerme en pié, pero apenas apoyo mis piernas en el piso, me desplomo como gelatina.

Justo entra una enfermera y al verme allí tirada, sale a toda velocidad por el pasillo. Cuando vuelve, lo hace con una eo me vuelven a depositar en mi cama, intento safarme, ppero ero no lo logro

-¿Qué me sucedió? ¿Mis bebés, donde están mis bebés? ¿Están bien que les pasó?

-Tranquila señorita De Franco. Sufrió un accidente de transito.

-Si, necesitamos que se calme.

¿Qué me calme? ¿Cómo me puedo calmar cuando me despierto y veo que mi vientre a desaparecido?

-¿Qué sucedió con mis bebés? ¿Dónde están? -Siento que estoy a punto de devolver. Dios no permitas que les suceda nada.

-Ambos bebés están bien, cuando llegó se le tuvo que hacer una cesárea de urgencia. Ellos se encuentran neonatología, están sanos los dos.

-¿Pero cómo? Aún no deben nacer, solo llevo siete meses de embarazo.

-Cuando la ambulancia llegó, se encontraba con contracciones debido al trauma y al golpe.

El nudo en mi estomago se aflojó sólo un poco.

De pronto recuerdo... ¡¿James?! ¿Dónde estaba? ¿Por qué no está a mi lado?

-¿James? ¿Dónde está él? -pregunto con voz temblorosa.

-Se encuentra afuera, apenas el médico la revise él podrá entrar.

Cuándo una de las enfermeras me puso el suero de vuelta, un médico joven hizo acto de presencia.

-Laura, ¿Cómo te encuentras? -Preguntó alumbrando mis ojos con una pequeña linterna- ¿Te duele la cabeza? ¿Estas mareada? ¿Náuseas?

-Me duele todo el cuerpo, pero creo que estoy bien. No me siento ni mareada ni con náuseas.

-Es lógico que te duela el cuerpo, pues tuviste un accidente y te debimos realizar una cesárea de urgencia.

-¿Cómo se encuentran mis hijos?

-Bien, están en peso, son una niña y un niño. Están en neonatología, se irán a casa cuando te demos el alta. Por suerte han sido sólo golpes y raspones.

-¿Cuando podré verlos? -pregunto ansiosa.

-Ahora cuando termine de examinarte, mandaré a Norma que te los traiga.

Luego de esto, los tres me dejaron sola en la habitación y al minuto entró James al cuarto.

-Cariño. -Dijo acercándose a la cama con su rostro realmente preocupado- Me alegra de que estés bien. Estaba muy preocupado.




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